Diferentes tipos de destino.

Capítulo 8 : Maldiciones sangrientas

La boda tuvo lugar a principios de otoño, cuando todavía hacía calor, y había sido un hermoso día para una boda real.

Invitados de todo Camelot y reinos vecinos amigos se habían reunido en la Ciudadela para la ceremonia mientras la gente de la Ciudad Baja esperaba en la plaza donde se llevaban a cabo las ejecuciones para echar un vistazo a la pareja real recién casada, incluso la madre de Merlina vino a ver tal suceso, además que trajo consigo un hermoso vestido de novia para su unica hija que cuando Arturo la vio se quedo sin palabras de lo bella que se veia su amada.

Por la noche, en la intimidad de su lecho nupcial, la nueva princesa heredera de Camelot había encantado sus anillos de boda con el hechizo anti-amor más poderoso para evitar que ninguno de ellos se apoderara de ninguno de ellos. Ella acababa de romper el hechizo Sidhe, y no quería que algo así sucediera de nuevo. Pero si ella fuera víctima de tal hechizo, no había nadie cerca para romperlo.

Ese día había sido hace casi 5 meses, y el Príncipe Heredero y la Princesa todavía se comportaban como si estuvieran en su período de luna de miel.

Y ahora, los trabajadores estaban excavando en las cuevas de piedra debajo de Camelot, tratando de encontrar tumbas selladas de Pendragons anteriores, sus suegros, Caballeros e importantes consejeros que habían servido a los anteriores Reyes de Camelot.

Ni Arturo ni Merlina pudieron dormir ni un minuto.

"Esto me está volviendo loco". El rubio gimió.

"No es como si fuéramos los únicos que no podemos dormir". Murmuró la joven reina mientras volvía el rostro hacia la ventana.¨ Y está sucediendo por orden de tu padre.¨

"¿Por qué no pueden simplemente detenerse por la noche? Realmente a veces no entiendo a mi padre ". dijo el joven príncipe

"Yo tampoco." y fue entonces cuando la mujer se sintió un poco... fuera de lugar. Se sentó, su rostro frunció el ceño mientras intentaba ubicar la sensación que estaba teniendo.

El príncipe miró a su esposa. "Estás bien?."

"Espero estar equivocada ... pero podría pasar algo malo". y Merlin se levantó de la cama para ponerse un vestido decente sobre su diminuto camisón.

"¿Debería ir contigo?" Preguntó Arturo.

La mujer de cabello azabache negó con la cabeza. "Solo si realmente quieres".

"Entonces definitivamente voy a ir". y él también tiró las sábanas de su cuerpo parcialmente desnudo antes de vestirse. No iba a llamar a Morris para esto.

La pareja casada bajó a las catacumbas debajo del castillo, donde rápidamente se toparon con el médico de la corte.

"Majestades, no sabía que venían aquí". dijo el anciano.

"Me temo que es un poco difícil dormir". Arturo murmuró.

"Solo puedo simpatizar, señor." Dijo Gaius. "No he visto mi cama en días. Todos estos jóvenes parecen meterse en problemas con la caída de rocas y cortándose en las paredes ".

De repente, hubo un grito de ayuda.

El médico suspiró. "Parece que tengo que irme".

"Iré contigo." Dijo Merlin. "Tengo un mal presentimiento sobre esta noche".

"Bien. Quédate cerca ". dijo el anciano

A medida que se adentraron más en las catacumbas, encontraron a uno de los mineros hiperventilando.

"Dios mío, ¿qué te ha pasado?" preguntó el anciano.

"No quiere decírnoslo". dijo otro minero. "Parece que está ... en estado de shock".