Nᴀʀʀᴀ ʟᴀ ɴᴀʀʀᴀᴅᴏʀᴀ.
Rantaro y Shuichi estaban dormidos tranquilamente, sin ninguna preocupación alguna,solo les acompañaban las estrellas y la luz de la luna viéndolos desde su ventana. El primer nombrado estaba un poco alerta por si acaso su novio tenía una pesadilla, no era la primera vez ni la última que pasaba eso,a él no le importaba, desde que habían salido del Killing game ya nada era lo mismo, por culpa de eso las pesadillas de Saihara solo aumentaron, como veía a todos sus compañeros que habían muertos, los que más le dolían es que siempre los protagonistas eran dos personas : Rantaro, su pareja y Kaede, su mejor amiga.
Como pequeñas lágrimas salían de sus ojos, su cuerpo empezaba a sudar y sus extremidades no paraban de moverse, para intentar salir de esa horrible pesadilla, solo salía de ese trance si Amami lo despertaba, después lloraba en los brazos del contrario hasta quedarse dormido de nuevo, era algo que devastaba al peliverde por dentro, una potente impotencia crecía sobre él solo de pensar que no podía hacer nada, solo tranquilizarlo cuando toda la tragedia había cesado, como cuando despertaron...
Esta vez, no fue diferente, la pesadilla empezó con Akamatsu colgada de una cuerda sonriendo,aunque sabía que le iba a pasar a su amiga.
-"Todo estará bien, Saihara"- dijo Kaede, antes de irse de allí para aparecer en un escenario colgada en un piano, la música empezó a sonar, cada nota marcaba menos aire en el cuello de la pianista hasta que ella dejó de quejarse o hacer cualquier cosa, solo estaba colgada sin oponer ninguna resistencia, cuando la melodía cesó el piano, se tumbó hacia alante y acabó con el cuerpo de la rubia, salpicando el escenario con sangre.
El detective solo gritaba y lloraba, intentando salvar a su amiga sin dar resultado alguno, el resultado fue solo desesperación, nada más que ese sentimiento.
Todo estuvo en negrura por unos momentos hasta que vio a Rantaro, este fue a abrazarlo cayendo al suelo para darse cuenta de que este se había apartado de él para después que alguien tirase una bola de metal a su cabeza, matándolo.
Todo estuvo cubierto de sangre, todos sus compañeros muertos alrededor suyo. Esto era un pesadilla, pero una pesadilla desesperante.
Amami intentaba despertarlo, hasta que en la conciencia de Shuichi pudo oír esa voz tan conocida para él.
-"Saihara, si me oyes, porfavor despierta..."- este corrió hasta escucharlo más cerca de él, pequeñas lágrimas recorrían su cara, su ropa manchada de sangre y un sentimiento nuevo en su corazón llamado esperanza, esperanza de poder verlo vivo.
Poco a poco abrió sus ojos,encontrandose con la mirada de Rantaro intentando tranquilizarlo, este lo tenía apresado en sus brazos lo había estado tranquilizando desde hace buen rato.
Shuichi solo ocultó su rostro en el pecho del contrario, llorando como siempre, la historia se repetía. El aventurero en vez de solo verlo, empezó a acariciar su cabello con delicadeza pasando sus dedos por cada cabello que se encontraba, para el detective esto era tranquilizante y a la vez estaba feliz, feliz de verlo vivo, no como en su pesadilla.
Este levantó el rostro de Shuichi con sutileza para unir sus labios en un dulce beso, no entendía como pero Rantaro había ahuyentado todos sus miedos y los había tirado por la borda, haciendo que su corazón solo quedara felicidad y el amor que este le otorgaba.
Era una sensación hermosa que no quería que terminase nunca.
-"Sabes Shuichi, yo te amo mucho. Más de lo que puedes imaginarte"- habló Amami, empezando a acariciar todo el cuerpo del detective, este se sonrojó por las palabras dichas por el peliverde.
-"Yo también te amo mucho, Rantaro"- dijo Shuichi, disfrutando de las caricias que le brindaba el peliverde.
Cuando llegó a sus caderas lo alzó un poco para sentarlo en su regazo, este cojió sus manos y empezó a besar los nudillos del detective, haciendo que este se deje llevar por las caricias del contrario, sabía que no tenía ningún indicio de lujuria o perversión en sus gestos.
Después de de besar los nudillos de Saihara, pasó a su cuello y dejó pequeños besos por todo su cuello, alguna que otra vez hacía alguna mordida que después lamía para que no saliese sangre.
Amami dejó de brindarle caricias para darle uno de sus anillos a Shuichi y ponerselo en su dedo índice.
-"Esto es para cuando estes solo, mira a tu mano y verás que cuando llegues yo estaré"- dijo Rantaro, acriciando las mejillas del detective que tenían un pequeño tono carmesí en ella.
Para Amami la cosa más adorable de este mundo era su novio, para él cualquier cosa que hacía su novio era adorable, era como si el mundo hubiera juntado la ternura en un sola persona.
-"¿Por qué no eres "la ternura definitiva"?- dijo el peliverde, el contrario solo soltó una pequeña risa ante ese comentario,después de eso los dos chicos cayeron rendidos ante los brazos de Morfeo.
Fin.
Palabras : 840.
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Mimos ! ¡Saimami! ♡
FanfictionDespués de una pesadilla, Shuichi recibe mimos de su novio Rantaro.