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Se estaba haciendo tarde, no nos habíamos percatado de la hora, acababa de terminar de explicar el plan, decidimos dividirnos, Yoon-gi se encargaría de falsificar identidades, Ji-min de conseguir pocas provisiones y yo me encargaría del resto. Al salir, Yoon-gi y Ji-min tomaron el camino a la Universidad, mientras que yo me dirigía a otro lado.

Manejando por la carretera mi visión se quedó fija en un hermoso Audi que se encontraba delante, el cual frenó en un semáforo rojo, haciendo que quedáramos a la par, uno con el otro, volví mi vista al frente, pero una sensación como si alguien me observara me hizo voltear de nuevo al auto, note que era una hermosa chica con labios dulces impregnados con un labial rojo carmesí, los cuales me incitaban a besarlos, me quedé enamorado de su belleza sin igual. Por suerte, su ventanilla estaba abajo, aunque a la vista tenía un acompañante, lo cual me hacía sentir celos.

-Hola, belleza, ¿por qué no vienes a pasar un buen rato conmigo?- Le pregunte de forma estúpida, pues no se me ocurrió nada más que decir.

La chica de aquel Audi, volteo, cruzamos miradas por pocos segundos, los cuales para mí se habían hecho horas, su mirada me obligaba a cometer pecados, quedé maravillado por la hermosa figura que se encontraba en aquel Audi. Aquella chica me tenía hipnotizado, sentí una presión en mi pecho, sentía que ya la conocía de algún lado, pero no sabía de donde, esperaba con ansias una respuesta proveniente de ella, para mi mala suerte, levanto el dedo medio subiendo el vidrio con una sonrisa, la cual se me hacia conocida de algún lado.

Cuando el semáforo cambio a verde el Audi marcho a lado contrario a mi llevándose a la belleza, era inevitable sacar la de mi cabeza, era imposible no pensar en esos ojos negros intensos que parecía que penetraban tu alma, pero al pensar en esos labios rojos provocándome ensueños lívidos, me hacían querer morderlos de solo pensarlo se me hacía agua la boca y me la imaginé de mil formas. Sin embargo, ese deseo húmedo desaparecía al no saber quién era, me preocupaba el no poder volver a verla.

Me dirigí a casa para recoger mi mochila, bañarme y volver al camino para ir a la facultad. Sabía que nadie se encontraría, así que aprovecharía ese momento. Cuando llegue note que en el estacionamiento estaba vacío, por lo que me imagine que la casa estaba sola, subí a la habitación, me bañe lo más rápido posible, me vestí con lo primero que encontré, una playera negra, pantalón negro y una chamarra del mismo color, tome mi mochila y una maleta tomando diferentes mudas de ropa, deje una pequeña nota a mi madre en mi cama y aun lado mi teléfono para no ser resteado y salí de nuevo, pero no en mi moto si no en la Hyundai de mi madre.

En la universidad.

 ~Min~

Habíamos llegado a la universidad Woo-bin me había dejado en el estacionamiento, se dirigió a su aula y yo a la mía, camino rumbo al salón vi a un chico con cabello color café, su piel blanca, con una sonrisa que podía verse a kilómetros y unos tiernos ojos cafés que le daban un brillo encantador. Se trataba de mi mejor amigo Jung Ho-Seok, traía toda su ropa de blanco, sudadera, pans y tenis.

-hola princesa, ¿cómo estás? - me pregunto mientras me abrazaba, sonriendo tiernamente inclinando un poco su cabeza.

– hola Ho-Seok, estoy bien... y tu ¿cómo estás?- mientras correspondía el abrazo,

– yo estoy más que si bien... - dijo muy feliz, -y... donde esta Tete- dijo mientras volteaba a todos lados buscando al mencionado.

-no pudo venir...- dije con un leve suspiro.

-entiendo... - su miraba había recaído, al parecer ya sabia por donde iba la cosa.

Habíamos llegado al aula, nuestros compañeros estaban entrando, nosotros dos nos sentados donde siempre, en la tercera fila de la puerta para adentro, nos gustaba sentarnos en medio. Saco su Macbook Pro, mientras que yo saque mi iPad Pro, con funda que parecía libreta y su Pencil.

Ante todo túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora