Prólogo

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10 de Octubre del 2009
Diama

Mis lentes están a pasos de mi.

Trato de alcanzarlos con mis manos, pero un zapato marca Converse me pisa la mano, causando un dolor, que creo que la mano se me va a partir en dos. Suelto un grito.

- ¿Qué pasa, orangutana?- Ashley Hayes, mi pesadilla, se carcajea- ¿Te duele?

-Déjame en paz, Ashley- la voz se me quiebra.

-Awww- finge que llora-. La orangutana gorda no quiere que le duela- presiona más sobre mi mano, incrementando el dolor de esta.

-Por favor, Ashley- grito-, déjame en paz.

-Así, orangutana, quiero que me supliques- me escupe.

-Por favor...- sollozo.

-Miren, chicas- grita. No veo nada más allá del dolor de mi mano, y de lo mal que me siento por no poderme defender, por ser débil, por paralizarme.

Lloro, lloro y lloro, esperando a que aparezca un profesor, y me saque de este suplicio que vivo.

-Vamos a darle una lección a la orangutana- dice Michelle Woods, una de las mejores amigas de Ashley.

-Imbécil- dice Anna Smith, otra de las abusivas que me hace bullying-. No te das cuenta que das asco- me patena el estómago y me quedo sin aire.

-No lo entiende- Ashley me escupe otra vez.

Y así mi sufrimiento empieza.

Patadas...

Puñetazos...

Bofetadas...

Lágrimas...

Y todo se oscurece...
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18 de Octubre del 2009
Diama

Abro los ojos lentamente, y me encuentro en una sala pintada de blanco.

La cabeza me palpita, y me pesa mucho acostumbrarme a la luz. Poco a poco, giro la cabeza hacia un lado, donde veo un precioso ramo de rosas rojas de tallo largo, mis favoritas; y al otro lado, una mata de precioso cabello rojo, igual que el mío.

Diana Evans, mi madre, descansa sentada en una silla, con la cabeza recostada en el borde de la cama de hospital, donde estoy conectada a algunos equipos.

-Mamá- le acaricio el pelo.

-Diama- las lágrimas empañan sus ojos verdes.

- ¿Qué pasó?- sollozo. No puedo ver a mi madre llorar.

-Cariño- me coloca un mechón del cabello detrás de la oreja- no es el momento.

-¿Qué me pasó?- repito más firmemente.

-Te encontraron inconsciente en el patio de la escuela, Diama.

Esa voz, me congela hasta la última gota de sangre en el cuerpo.

<<Ashley Hayes>>
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20 de Octubre del 2009
Diama

Hace dos días que volví a la consciencia, y me voy recuperando.

Las visitas de Manuela, mi mejor amiga, me alegran los días.

Son las 2:00 de las tarde, y el sol brilla opaco en lo alto de Londres.

Estoy entretenida con las vistas al viejo Londres; histórico y precioso, que no me percato que alguien más entra en mi habitación.

-Hola orangutana- esa voz, me crispa hasta el alma.

Phoenix © [En progreso]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora