Es curioso, mi propósito de año nuevo fue no llorar más, y apenas van once días del año y es lo único que no puedo dejar de hacer.
En un instante mi futuro se fue por el desagüe y levantarme de la cama se volvía cada vez más difícil, sentía como me dejaba morir lentamente, pero honestamente ya no me importaba.
Muchas veces había caído hasta el fondo del avismo, pero era la primera vez que no me importaba quedarme para siempre en el ¿Que caso tenía intentar salir cuando cada vez volvía a unirme?Mi rutina era sencilla, llorar y lamentarme por cada una de las cosas que había perdido, pero lo que más me dolía era haberme perdido a mi, fingir ante mis amigos que todo andaba bien, pelear con mi mamá por no hacer nada, y llorar por no poder hacer nada, el fracaso era mi nuevo amigo y adoraba dormir gran parte del día, deseando con ansias quedarme para siempre dormida, ahí no dolía, ahí no importaba ser una buena para nada, ahí era feliz, así como alguna vez lo fui aquí.
Lo único que me mantenía viva era mi perrita, esa pequeña traviesa era por la que intentaba levantarme, pero llegando un punto nisiquiera ella me ayudaba a seguir adelante.
Si me voy, no haré falta, total era una fracasada.
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Relatos de una chica depresiva
Ficção Adolescente¿Te cuento un secreto? Las personas más frías que parece que no les importa nada, esas son las que guardan un mundo entero de sentimientos dentro.