La villana retrocede el reloj de arena ⏳ (Final)

Capitulo 281.

Historia adicional III: Una mujer malvada es una mujer malvada para siempre.

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Después de una reunión tan breve con las damas nobles, Aria regresó directamente a su habitación.

Tan pronto como Aria se sentó a la mesa, Ruby sacó el té de inmediato. Sin embargo, su expresión era extraña, aunque habría escuchado toda la historia. Aria no había estado mucho tiempo con ella, pero había comprendido su carácter durante días. Tenía muchas ganas de hablar de algo.

—¿Sabía usted que?

—Sí.

Entonces, cuando se le preguntó la verdad, Ruby respondió rápidamente que sí. Parecía como si hubiera esperado que se la preguntaran a sí misma.

—Yo era el único que no sabía a pesar de que se trataba de mí. ¿Hay otra princesa heredera que sea más tonta que esta?

—No sabía cuándo decírtelo. He estado esperando el momento adecuado.

La respuesta de Ruby a la autocrítica Aria no dudó. Era como si estuviera mirando a Annie, que se había vuelto un poco más inteligente. Parecía querer aprovechar esta oportunidad para convertirse en su fuente de información.

No era mala idea tener siquiera una sirvienta que tuviera sus raíces en el Castillo Imperial. No, necesitaba una criada que le diera la noticia rápidamente ante algo tan desagradable como ahora. Sí, Ruby sería perfecto para eso. Ella estaba buscando una oportunidad para meterse desde el principio.

—Dime.

Entonces, cuando le permitió el papel, Ruby, cuyos ojos brillaban, comenzó a contarle todo lo que sabía, a vender a alguien como Annie para satisfacer su propio interés.

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—¿Aria?

Fue una persona inesperada la que dio la bienvenida a Asher, que había terminado su trabajo por la noche y salió de la oficina. Aria se movió a su lado e hizo una sonrisa con sus ojos.

—Estás fuera ahora.

—...

En lugar de preguntarle por qué había venido a recibirlo, cuánto tiempo había estado esperando o por qué no había indicado cuándo había venido, Asher eligió abrazarla con su mano alrededor de su cintura.

—Ojalá hubieras enviado a alguien para que me lo dijera con anticipación.

—Acabo de llegar. Y a veces no estaría mal para mí esperarte primero.

—...

Mientras se quedaba sin habla ante las palabras, miró en silencio a Aria en sus brazos. ¿Hay algo más que pueda decir sobre mi encantadora esposa?

—¿Estuvo mal que esperé a voluntad?

Aria preguntó a Asher, parpadeando deliberadamente de arriba abajo con sus ricas pestañas. Ella se veía tan bonita.

—... Hah.

Asher soltó un breve gruñido y respondió poniendo sus labios sobre los de ella.

—¿Qué pasa si alguien te ve? —Aria le dio un ligero golpe en el pecho y refunfuñó.

Pero no fue porque no le gustara, incluso si alguien lo vio. En primer lugar, había sucedido en cualquier momento, y cuando los dos estaban juntos, nunca se habían preocupado por los ojos que los rodeaban. Así que ninguno de los sirvientes, que siguieron a Asher y Aria, parpadeó.