Que grato es poder ver su bello rostro, que muestra una sonrisa tan tierna como la de un niño comiendo su pastel favorito cada vez que nos vemos. No podía evitar ver como su preciosa piel de seda brillaba mientras contemplábamos como la cálida luz del sol se marchaba a su descanso diario, para dar paso a la fría luminosidad de la luna que se alzaba por los cielos y comenzaba a iluminar nuestro camino a casa.Mientras recorríamos el camino de regreso a nuestro nidito de amor, comencé a escuchar una especie de silbido, el que lentamente comenzó a interrumpir nuestra bella escena. A medida que aquel extraño sonido se hacía más intenso, también aumentaba la intensidad en que todo lo que teníamos a nuestro alrededor comenzaba a desaparecer. Una extraña masa de oscuridad comenzaba a absorber todo lo que teníamos en nuestro horizonte. Hipnotizado por aquella horroriza imágen, empecé a sentir que una parte de mi desaparecía y lentamente comencé a recuperar mis sentidos, pero ya era demasiado tarde. En ese instante, ella ya había emprendido su viaje hacia el abismo. Al percatarme de aquella fatídica escena, y en un desesperado intento por salvarla, extendí mi mano buscando su suave piel, sin embargo, esta rechazó tajantemente mi oferta de auxilio y mientras veía como el amor de mi vida se hacía uno con la oscuridad, con una suave voz como la de un anciano en sus últimos segundos, me decía – despierta... -. Cuando oí aquellas palabras, los engranajes de mi cerebro iniciaron sus funciones.
Mis párpados comenzaron a separarse lentamente permitiendo que la luz del día acariciara mis ojos, señalando que un nuevo día había comenzado. A lo lejos podía una voz bastante áspera y grave:
-Despierta luego oh, mira que tienes visita hoy – Dijo un hombre que se encontraba apoyado en una reja metálica. Luego de recuperarme de la ceguera matutina logre reconocer que era Don Eusebio, el gendarme a cargo del bloque 2.
- Han sido solo 6 meses, pero siento que ha pasado toda una eternidad desde aquella vez en que nos vimos por última vez. ¿Quién iba a pensar que todo terminaría así? – Murmuré pensando en ella, mientras me disponía a vestirme con mis mejores harapos para poder atender a mis visitas. Este era un día muy especial para mí, pues ha llegado una persona interesada en mi historia. Espero poder otorgarle un buen espectáculo, pues no dispongo de mucho tiempo para poder conversar y, a decir verdad, es mucho lo que me gustaría soltar antes de marcharme al descanso eterno con el que todos soñamos.
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Saldando Cuentas
Não FicçãoEl dolor de una perdida puede transformar a el hombre más correcto en un monstruo. Esta es una historia en donde un criminal relata su historia a su abogado mediante una serie de cartas, con el objetivo de que este pueda comprender los hechos que l...