Carta 5

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Viernes, 23 de abril

Ana,

Hoy te escribo esta carta, no porque te haya visto en el bar (tampoco ha pasado nada diferente), sino porque hoy es 23 de abril. Hoy haría años que te declaré mis sentimientos, todo lo que sentía por ti, y que empezamos a ser pareja. Me acuerdo perfectamente de ese día: habíamos quedado a las 17:00h al parque que había cerca de tu casa. Llegué quince minutos antes, pues no quería retrasarme. Estaba muy nervioso. Cuando te vi llegar des de la lejanía, mi corazón se aceleró a unos niveles científicamente imposibles. ¿Cómo podía ser que me alterases de aquella forma? Escondí la mano con la que sujetaba la rosa detrás de mi espalda. Quería que fuera una sorpresa. Y así fue. Todavía me acuerdo de la cara de ilusión y sorpresa que pusiste. Te me lanzaste encima para darme un fuerte abrazo. I después, sin pensarlo mas, solté todo lo que sentía por ti. Aquel San Jorge fue el mejor de todos. Pasear por la rambla cogidos de la mano; aquel pasea tuvo un sabor distinto al de los otros años. Simplemente, fue uno de los mejores días de mi vida.

Me pregunto que habría pasado si aquel verano no me hubiera ido. Me pregunto si ahora mismo estaríamos casados, si tendríamos algún hijo, si todavía estaríamos juntos o, si por lo contrario, nos hubiéramos acabado separando (pero no por el motivo que acabó siendo).

Te escribo esta carta para decirte que no ha habido un solo día en el que no haya pensado en ti. Ni una sola noche en la que antes de irme a dormir no haya mirado las estrellas y, en la lejanía del horizonte, pensando en ti, le haya dedicado un: "buenas noches, Ana". Te he echado mucho de menos.

Te escribo para decirte que siento lo mismo por ti des de aquel 23 de abril en el que me dijiste: "a mi también me gustas mucho i me encantaría salir contigo".

Te escribo para decirte que te quiero de igual forma desde el día en el que tuve que irme. Que nada de lo que ha pasado ha hecho que cambie lo que sentía y siento por ti.

Te escribo esta carta porque no puedo explicarte exactamente todo lo que pasó. Porque, aunque nos hayamos reencontrado, no puedo asaltarte con la verdad de los echos; porque tu, ahora mismo, tampoco sabes quien soy; porque no tengo derecho a volver a destrozar otra vez tu vida; porque no puedo dejarte ir todo lo que siento por ti, de la nada, 14 años después sin vernos.

Te escribo esta carta porque necesito explicarte muchísimas cosas pero todavía siento que no es el momento.

P.D.: algún día te regalaré tantas rosas como años ausente he estado de tu lado.

Todavía te quiero,

Manu.

Reencuentro peligrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora