🌙ʏᴏᴜ'ʀᴇ ᴍɪɴᴇ 🌙ᵗᵃⁿᶻᵉⁿ ²ᵈᵃ ᵗᵉᵐᵖᵒʳᵃᵈᵃ

ɪɪɪ

- No hay nada tuyo ni mío en el lugar, fue un asesinato improvisado perfecto.- de manera infantil, alzó las manos con felicidad, se podría decir que orgulloso de si trabajo.

Zenitsu lo veía perplejo ¿Estaba feliz? ¿Lo esta gozando? Definitivamente quería llevar a su novio a un psiquiatra, pero de seguro ocurriría dos cosas:

1. Tanjirou termine matando al psiquiatra y todo el personal, Dios sabrá el porque.

2. Lo atrapen y lo metan a la cárcel, cuando sea juicio sera condenado culpable y sera ejecutado.

Las dos posibilidades hicieron temblar al rubio, no quería ver más muertes, pero tampoco quería que su demente novio muriera. Entonces seguiría con el plan de intentar manipularlo para que deje de hacer ciertas atrocidades, como la que acaba de contemplar hace unos momentos.

Observo como el pelirrojo se acercaba para tomar su mano, dejo que lo tomara pero aun estaba algo aturdido. Quería regañar al burdeo por cometer tal barbaridad, podría haberlos golpeado y dejarlos inconscientes. Solo lo pasaría por alto porque, eran personas horribles y causaban mal a otras personas.

Tanjirou caminaba a su lado, sosteniendo su mano y entrelazando sus dedos, su cara estaba brillante, sonriente, como si nada hubiera pasado, al igual que su sonido, antes solo era una sonata siniestra que te ponía los pelos de punta, ahora solo es un sonido melifluo. No hablaron durante la trayectoria, ni siquiera una palabra. Solo había un silencio en ellos, no era incómodo, bueno, al menos no para el joven de cabellos rojizos.

Llegaron a la casa, se quitaron sus zapatos y se colocaron sus pantuflas. Zenitsu entró de primero, dirigiéndose a su habitación. Tanjirou le preguntó si cenaria, lo cual esté respondió desde allá negativamente junto con una mentira, la cual el burdeo percató. No molestaría a su pareja, ya que se hacia una idea del porqué sus actitudes raras.

El asesinato de los delincuentes.

"Tal vez no debí haber sido tan rudo y mucho menos si Zenitsu estaba presente." Pensó mientras su cara mostraba un poco de tristeza. Claro, la escena donde uno de ellos le cayó el contenedor sobre la cabeza aplastandola, esparciendo algo de los sesos y la sangré, fue una horrible escena para el rubio de puntas anaranjadas. Quiere disculparse, va a disculparse.

Subió a la habitación, encontrándose con un pequeño bulto en la cama. Se acercó con cautela hasta quedar a su lado, acariciando lo que se supone donde debería estar la cabeza. Zenitsu se removió un poco, destapandose la cara para que sus ojos amielados chocaran con el color vino del Kamado.

- Zenitsu, lamento mucho la atrocidad que cometí hace unos momentos... yo... me deje llevar y más cuando vi que querían hacerte daño.

El anteriormente mencionado sonrió levemente, llevo su mano hasta las mejillas del pelirrojo y las apretó de manera brusca, sacándole un chillido al menor.

- Eres un tonto, tonto, al parecer todo lo que te digo te entra por una oreja y te sale por la otra.- rio bajo soltando la ya rojiza mejilla.- pero te perdono, además eran personas horribles, los escuché, no valían la pena que siguieran, solo causarían mal al mundo.

Tanjirou acaricio su mejilla, le dolía por la fuerza que ejerció su novio. Pero igual sonrió como un bobo enamorado, quería hacer lo que sea para que su pareja estuviera bien y si debía controlar o olvidar su intención de matar a la gente a diestra y siniestra, lo haría, nada más actuaría si es alguna emergencia.

Se quitó sus pantuflas y se acostó a su lado,  pegando su cuerpo junto al pequeño del Agatsuma, abrazó su cintura y su rostro en la coronilla del rubio, inhaló aquel dulce aroma a durazno que tanto le encantaba, un aroma embriagador y exquisito, no se cansaría de ese olor que solamente su pareja poseía. El rubio reía por las cosquillas que inconscientemente el burdeo le hacía, su cuerpo es tan sensible en ese momento que cualquier roce leve su cuerpo reaccionaría.