Leyendo Persephone Jackson en Hogwarts // James Potter

LA TRAICIÓN

Era una noche oscura en Nueva York, el frío te calaba hasta los huesos y una gran nube cargada de agua que prometía una gran tormenta, se cernía sobre la ciudad.  Así que no había nadie fuera del calor de sus hogares, sumiendo la ciudad que nunca duerme, en un silencio sobrecogedor que no se veía después de varios años.

Lo que los mortales no sabían, es que encima de ellos exactamente en la planta 600 del Empire State building, o más conocido como el olimpo, se estaba llevando acabo un juicio injusto. Estaban realizando el juicio de Persephone Jackson, acusada de haber traicionado al campamento y a los dioses al a verle pasado información a Gaia. Esa pelirroja que había dado todo por ellos, había luchado dos guerras, había matado a miles de monstruos, maldita sea, había hasta caído al Tártaro por ellos, y aun así, se encontraba atada en mitad de la sala del trono atada por unas cadenas hechas por Hefesto, rodeada de todos ellos a los que alguna vez consideró sus amigos y familia. Al levantar la mirada se encontró a gente mirándola de muchas maneras, algunas eran de comprensión, apatía, apoyo, como eran las de Quirón, Grover, los Stoll, Clarisse y algunas diosas, como Hestia, Artemisa y sorprendentemente Hades. Pero sin duda lo que más le dolió fueron las mirada de repugnancia y asco que le otorgaban a los que consideraba su familia, como son los siete de la profecía, e incluso su propio padre.

POV Percy

Después de esos minutos de silencio Zeus habló.

-Muy bien Persephone Nerea Jackson al traicionar al olimpo por hacer un pacto con Gaia, se ha decretado que serás desterrada no podrás volver a pisar este lugar ni ninguno de los campamentos, además de que se te quitaran tus poderes, y por petición de alguien serás devuelta a la edad en la que descubriste el mundo mitológico a los 11 años. ¿Estamos todos de acuerdo? - La mayoría levantó la mano otros simplemente desviaron la mirada.

-Al menos- Hablé yo levantando la vos para que se escuchará. -Al menos quitadme ese apestoso olor a semidiós, si no quieren que forme parte de este mundo eliminadme cualquier rastro de él.- Terminé de decir y rogaba por dentro que cumplieran mi deseo ya que sin mi espada y poderes, con el fuerte olor a hija de Poseidón no creo durar mucho.

Al principió los dioses me vieron con un poco de duda pero luego sin más asintieron y aceptaron.

-Persephone Jackson- Dijo Poseidón desde su trono -Tienes algo que decir antes de que seas desterrada, hija mía- terminando de decir eso último con un tono de asco.

-Sí, de hecho si me gustaría decir algo, en verdad es recordaros que yo siempre estuve ahí para vosotros que lo di todo luchando por al parecer una causa perdida, para la cual arriesgué mi vida infinidad de veces, recordaros mi defecto fatídico me parece también importante, por si no os acordabais es la lealtad. Pero ya estoy harta, ya no puedo más, se acabó. Solo me queda una cosa por deciros, en cuanto os deis cuenta del grave error que habéis cometido, y volváis llorando a suplicar el perdón yo no estaré ahí y cargareis con el peso de haber hecho algo muy malo, injustamente toda vuestra existencia.-

Al acabar de soltar esas palabras el ambiente se notaba aún más tenso que antes, pero de un solo chasquido por parte de Zeus una nube de polvos dorados me rodeó, por un momento me sentí mareada pero, en cuanto esa sensación acabo pude ver que estaba frente a la  puerta del apartamento de mi madre, antes de llamar a la puerta mire mi cuerpo, y me di cuenta que en verdad había vuelto a ser una niña de 11 años. Toqué el timbre y mi madre abrió la puerta con una sonrisa que cambió a una cara de conmoción nada más verme, y en ese omento exacto me rompí. No pude soportarlo más y me eche a llorar en los brazos de madre. estuvimos así un rato tiradas las dos en el umbral de la puerta, hasta que logré calmarme y entramos al salón, allí se encontraba Paul con mi pequeña hermanita, Estelle, ambos jugando hasta que me vieron.

Yo me senté en el sofá y mi madre me preguntó exactamente que había pasado, yo se lo conté todo mientras nuevas lagrimas amenazaban con salir de mis ojos. Cuando terminé de contar la historia, se podía notar la expresión de ira en el rostro de mi madre, y fue en ese momento en el que me acordé del otro mundo al que también pertenezco y del que nunca debí haberme ido.

-Mamá, quiero volver al mundo mágico.-

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Siento mucho la tardanza pero es que por razones personales he estado muy ocupada y no he podido subir la historia. 

Otra ves lo siento y espero que os haya gustado el capítulo.(づ￣ 3￣)づ