"Nunca confesó abiertamente su amor, pero sí es cierto que los ojos hablan y hasta un idiota se habría dado cuenta de que estaba locamente enamorada."
Mientras miraba hacia la ventana de mi habitación y sentía una ráfaga de viento frío en mi cuerpo, leía uno de mis libros favoritos, "Cumbres Borrascosas".
Me aparté de ella y la cerré a la par que cerraba el libro, ya era tarde y tenía que estar dormida ya que mañana era mi primer día de trabajo y no quería estar impresentable.
Iba a trabajar como limpiadora en una mansión de unos amigos de mi madre, cual familia no se ni su nombre ni ningún otro dato, así que tendré que esperar.
Este trabajo no iba a ser para siempre, es para pagar mi piso en Surrey mientras que estudio mi carrera de enfermería y así no depender siempre de mi madre.
Mi madre vive en España pero mi padre, que falleció a mis 6 años, nació aquí, en Surrey. Por ello decidí venir a esta ciudad a estudiar, aparte de que tengo una beca está claro.
Dejando mi vida laboral aparte, me llamo Addison Becker y tengo 23 años.
Me gustaría contar toda mi vida pero por desgracia a los 12 años tuve un accidente y perdí la memoria de todo lo que pasó anteriormente a esa edad, pero tampoco es que quiera contar mi vida, no le veo nada interesante.
A se me olvidaba, soy adicta a las chucherías, me encantan, no viene al caso pero por si lo queríais saber.
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La alarma de esta mañana sonó temprano, rondando las 7 y media aproximadamente.
Preparé todo lo necesario para comenzar con la limpieza de aquella casa, ya que no sabía si allí tenían los productos necesarios, más vale prevenir.
Me vestí y guardé mi uniforme en la maleta, desayuné y llame a mi madre para decirle que ya me iba.
Bajé las escaleras de mi edificio para subirme al taxi que ya me esperaba en la puerta, así que me subí, dije la dirección y nos fuimos.
Cuando llegamos la verdad me sorprendí, era una especie de mansión muchísimo más grande que mi casa. En la puerta decía en color dorado Felton, por lo que me imaginé que esos eran los apellidos de los residentes.
Toqué el timbre de la casa y me abrió una señora de baja estatura muy amigable.
-Hola buenas, tu eres la nueva limpiadora?
-Si encantada, me llamo Addison un gusto en conocerle.
-Hola, yo soy la cuidadora de los hijos de la señora Bethany Felton, espero seamos buenas amigas.
-Si eso espero.
-Bueno pase, le enseñaré toda la casa y y su habitación.
-Espere, habitación?
-Si, tu madre llegó a un acuerdo con la señora Felton para que usted se quedase aquí y no tener que trasladarse todos los días a su piso.
-Oh, bueno muchas gracias.
-Bueno pase, pase. Tenemos todo el día para saber dónde está cada cosa, ya que los Felton no están.
-Perfecto.
Al entrar a la mansión me topé con una gran sala de bienvenida con un salón y un comedor preciosos. Lo que daría por vivir aquí...
Rose, que así se llamaba mi acompañante, me enseñó toda la casa, los baños, habitaciones, cocina...
Era una casa muy grande y la verdad me gustaba, pero claro para limpiar sabía que iba a ser complicado.
Luego me enseñó mi habitación.
Tenía un aspecto acogedor, había una cama sencilla a un lado que parecía bastante cómoda, un armario donde guardaría mi ropa y mis cosas, un escritorio y en el suelo una gran alfombra con colores dorados y blancos.
No era nada del otro mundo pero estaba bastante bien, al menos era más cómodo que mi piso.
Dejé mi mochila y acomodé mis cosas, me amarré el cabello en una coleta y me puse mi uniforme para empezar con la cocina.
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Llevaba más de tres horas limpiando esa cocina, la verdad si estaba sucia, pero Rose me dijo que no era porque la familia no fuese limpia, sino porque los señores Felton trabajan mucho y no tienen tiempo suficiente como para limpiar la casa, por lo que lo único que hay limpio lo han limpiado los hijos.
Rose me explicó que tenían 2 hijos, uno mayor de 23 años al igual que yo y una niña pequeña que tenía 10 añitos.
Terminé después de bastante rato, más o menos 5 horas, y decidí ir a mi piso a por mi ropa y las cosas que necesitaría en la estancia en la casa de los Felton.
Avisé a Rose y con gusto me dejó ir, no sin antes cambiarme claro.
Cuando fui cogí todo lo que pude de mi armario y todos mis accesorios y los metí a una maleta, al igual que mi ropa interior y mis cosas de higiene personal.
Me fui de nuevo a la mansión, pero está vez cuando toqué la puerta la abrió un muchacho muy apuesto.
Llevaba un traje puesto, estaba muy bien peinado y olía a perfume caro.
Pero tenía unos ojos, madre mia. Eran de color azul grisáceo que me miraban detrás de la puerta esperando a que hablase.
-Hola soy Addison y soy la limpiadora, solo venía a traer mi ropa y mis cosas para mi estancia.
-Si bueno pasa, soy Tom Felton y ahora sí me disculpas tengo trabajo así que no quiero ruidos por favor.
-Un gusto conocerle, yo no haré ruido lo prometo.
-Bien.
Y con eso me dejó allí en la puerta, la verdad un poco impactada por cómo me habló.
Tampoco pido que me trate demasiado bien pero bueno, seguramente él sea así.
Aún así era super apuesto y la verdad era muy guapo, pero claro era imposible que en algún momento de mi vida yo estuviese con el, rico y guapo y yo limpiadora, tampoco fea, pero limpiadora.
Opté por entrar a la casa e ir directamente a mi habitación a dejarlo todo en los armarios y en el escritorio y decidí seguir leyendo mi libro mientras esperaba a que Rose me llamase para almorzar.
En eso siento que me quedo dormida, oh no!
No podía dormirme en mi primer día de trabajo así que bajé las escaleras lo más rápido que pude para encontrarme allí a toda la familia Felton, padres e hijos.
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