La Reina Mortífera | Lazos Malignos #1

Capítulo 1

Dos años antes.

25 junio de 2020
Ginebra, Suiza.
9:45 a.m.

Scarlett

En la mesa solo se escuchaban los tenedores chocando levemente con el plato. El silencio abundaba como también lo hacía la incomodidad.

— Bueno, creo que todos saben el por qué de nuestra reunión de hoy, no?— habla mi padre sentado en la cabeza de la mesa justo a mi lado.

— Mañana daremos inicio a La Competencia, partiremos a la hacienda en Zermatt donde ya están preparándose para nuestra llegada.— dice mi tía Diane

— Ya hemos perdido suficiente tiempo, Alexia ya ha cumplido la mayoría de edad y es hora de que el próximo Señor o Señora se haga cargo del negocio.— espeta Albert para luego retirarse de la mesa.

Mañana comienza el evento para el que tanto me han entrenado. No estoy nerviosa, sé que voy a ganarla, ninguno de mis primos puede alcanzar mis tácticas o trucos.

Me gusta esto, la sensación de poder y superioridad siempre ha sido mi deseo desde que vi como los hombres se inclinaban y bajaban la mirada al ver a mi padre pasar.

La familia siempre fue grande. El abuelo Anthon y la abuela Beatrice tuvieron 5 hijos. Petter, Albert, Diane, Heston y Susan. Todos habían sido criados para encargarse del negocio al igual que nosotros, el tío Heston era de los favoritos, pero al traicionarnos fue condenado a muerte.

Luego de que mi padre ganara la competencia, los hermanos buscaron pajera con quién tener un hijo (y en el caso de Petter dos) y luego de esto entrenar hasta llegar a este punto.

El negocio está viento en popa, mi padre ha hecho alianzas estratégicas que nos han puesto entre las mafias mas peligrosas.

Yo al ser su pupila he aprendido todo lo que él ha hecho y eso me hace de las más capacitadas para el puesto. Ejercicio arduo todos los días ya que se requiere buena condición física, clases desde manejo de armas hasta bioquímica, padre quiere perfección y eso es lo que le dí desde pequeña.

— La semana será larga, volveremos el lunes siguiente. prepárense que vienen días duros.—dicho esto mis tíos se levantan y abandonan el comedor también.

— Algo que decir antes de que les demos una paliza?—Reimond ríe junto Russel quienes chocan sus puños en el aire.

— Eso crees? Dime ¿Ya tienen una estrategia?— dice con una sonrisa burlona Andreu.

— No hace falta estrategia cuando somos los mejores, a que si Russ?— Reimond voltea a ver como su mellizo asiente.

— Estar confiados les costará mucho luego de perder.— Alexia ríe y luego gira hacia mi.— Y tú qué Scarlett, algo que decir?

— No, mañana en el campo veremos quién da la talla para ser el próximo Señor. No pierdan tiempo en estupideces y vayan a alistar todo lo del viaje.— digo Restándole de manera dura.— No es cualquier cosa por la que vamos a competir.

— Que humor de perros tienes Scarl.— es lo último que escucho antes de salir del comedor.

Desde pequeña el laboratorio había sido mi lugar favorito, experimentaba con ratas o conejos alterando su ADN creando mutaciones. Mi padre me enseñaba sobre las sustancias mientras el las hacia, decía que sería excelente para la ciencia y tenía razón.

Me divertía ver a los animalitos retorciéndose del dolor agonizante que les causaban mis pruebas.

Al llegar encuentro a mi padre viendo por un estetoscopio la nueva sustancia que estaba poniendo a prueba.