Capítulo 42

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Narra Eva:

por dónde empiezo. Ya no estoy en la casa vieja, al día siguiente de estar ahí me llevaron a otra casa en las afueras donde había un bosque.

Solo me alimenta para comer y cenar.
Me desató pero solo para ir a peor, me violó y no solo una vez en estos días que llevo aquí, cada día viene y me viola siempre por la misma franja horaria. Cuando acaba me vuelve atar en la silla.

Me duele todo el cuerpo, y cada vez tengo menos fuerzas para todo;
También tengo por todo el cuerpo moratones de cuando me ha dado.

Cada vez le tengo más miedo, confío en que mi familia con la policía me saquen, pero espero que no tarden porque cada vez que viene me deja peor.

Siempre que escucho la puerta mi cuerpo se contrae del miedo, mi pelos se ponen de punta, y me suda todo el cuerpo a causa del nerviosismo.
Como ahora mismo.

Carlos: hola princesa.

Eva: ¿que quieres?

Carlos: ahora mismo dinero, el que no me ha dado tu padre por eso estas aqui, aunque no te voy ha mentir te ubiera hecho lo mismo.

Eva: ¿cuanto les has pedido?

Carlos: tres millones.

Eva: tú estás loco!

Carlos: a mi no me levantes la voz perra.

-y me pegó una bofetada fuerte en la cara-

Carlos: a mi no me vuelvas a gritar, ¿entendido?

-dijo con un tono autoritario, yo solo asentí con miedo-

Carlos: bueno, yo creo que ha llegado la hora del día de divertirnos un poquito.

-con unas cadenas que hay en la cama me las pone en las manos y pies, sin aún desatarme de la silla, para que no me pueda escapar. Luego me quita las cuerdas y me lleva a la cama.
Siempre lo hace así para que nunca pueda escaparme.
También me pone un pañuelo en la boca para decirme que no me queje-

Carlos: más vale que no te quejes, así podré disfrutarte más.

-me lo hizo una vez, me escocía, ardía y sobretodo dolía mi feminidad.
Solo sentía que me quería lavar y frotar mi cuerpo para no sentirle más y no notar todo su cuerpo y sus manos encima de mi.
Me repugnaba y me daba asco escuchar sus gemidos.
Por lo menos se ponía preservativo, la única cosa que me aliviaba, no quería tener un hijo suyo nunca-

Carlos: si piensas que he acabado, piensas mal. Hoy me apetece volvertelo ha hacer.
Más vale que no te quejes si no ya sabes lo que pasa.
Prepárate por qué te voy ha tocar toda entera.

-no pude más y mis lágrimas empezaron a recorrer toda mi cara-

Carlos: que no llores puta!

-tenía miedo, mucho miedo.
De repente se abrió la puerta de la habitación tirándola hacia abajo-

Policía 1: cojer al chico.

-dos policías se acercaron hasta la cama y lo cogieron, le pusieron las esposas y se lo llevaron fuera.
Yo estaba medio desnuda ya que aún tenía el sujetador y el tanga, quería moverme y taparme con mi ropa que estaba tirada en el suelo pero no tenía fueras para hacer eso.

Policia 1: hola, supongo que sabrás que ya somos la policía y venimos a ayudarte.

-dijo intentando tranquilizarme y quitándome las esposas de las manos y los pies-

Eva: sacarme de aquí por favor.

-dije llorando-

Policia 1: en eso estamos. Ya está.

Policia 2: toma ponte esto.

-me dio una bata para taparme.
Me ayudo el primer policía a llevarme hasta fuera ya que no podía andar del dolor, no podía dar ni un paso si no caería al suelo.
El otro se encargó de coger toda mi ropa-

Narra Hugo:

estaba en medio del bosque y la casa estaba enfrente.
Los policías estaban dentro de ahí quería que la sacaran ya, se escuchó un fuerte ruido y al nada salió un chico era el tal Carlos.
Tenia ganas de ir allí y pegarle hasta que me cansara, pero solo me quedé ahí quieto esperando.
Hasta que la vi salido con un policía sujetándole, no podía andar.
¡Hijo de puta!
Por otra parte estaba súper feliz de volver a verla, que estuviera aquí ya y eso se podía notar en mi cara-
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Hasta aquí el capítulo cuarenta y dos.
Hasta el proximo.
🥰

Yo te voy a cuidarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora