El Stripper +18 (COMPLETA) PARTE 1 y 2

Capítulo 46

Capítulo 46

Narra Audrey

Los días habían pasado rápido.

Muchas cosas habían mejorado entre los demás, incluyendo la asocialidad de Nathan. Deniel me contó que presenciaba que algo raro estaba pasando, y que Azael lo sabía, pero que quizás era algo para nada malo para hablarlo con nosotros, más bien insignificante.

—¡Audrey, Amy, vámonos! —escuché el grito de Azael cuando Amy y yo veníamos saliendo de mi casa. Traíamos en las manos bolsas con ropa y comida, todo lo suficiente para pasar una tarde en la playa, disfrutando del sol, la arena, el agua y los chicos haciendo bromas.

—Ya vamos, espera —avanzamos más, pero antes de entrar al coche que iba a hacer piloteado por Azael, mamá y papá se posaron en el marco de la puerta.

—Te cuidas mucho, hija —escuché decir mamá, azotando una mano a los lados como despedida, al igual que papá.

Hice lo mismo hacia ellos, lanzándole un beso para ambos.

—Amy, ¿te vas sola? —pregunté cuando vi que la rubia se metió a su auto en el que no estaba nadie.

Dirigí mi mirada al otro coche y vi a los chicos metidos allí.

—Sí, me voy sola, ¿te quieres venir conmigo? —ella bajó la ventana del copiloto del auto, echándose hacia delante para verme mejor y captar la respuesta que me iba a dar.

No quería dejarla sola, así que iba a ir en dirección a Deniel para decirle que me iré con ella, sin embargo, el pito de un auto que se integró me sacó de mi trance acompañado del grito de un chico que conocía bastante bien. Me quedé un poco asombrada, desconcertada, al verlo.

—¿¡Y para dónde creen que van ustedes, eh!? —mi primo salió de un carro que nunca había visto, de color gris, abriendo los brazos, con una sonrisa amplia en su cara.

—¿Y ese carro, primo? —indagué, curiosa. El color gris brillaba de lo limpio que estaba, me acerqué para verlo mejor, pero una segunda persona se encontraba en el copiloto.

—Mío, de quién más crees —sonreí, aplaudiéndole con deleite al ver lo lindo que era —. Vine a enseñártelo a ti y a mis tíos, también me dijo un angelito que se iban a la playa y no me invitaron.

Papá y mamá estaban afuera, se acercaron al carro que Josué comentó que era de su propiedad y felicitarlo por lo mismo. Vi que papá le hizo una seña cómplice con los ojos con respecto a la chica de tez morena que estaba dentro del carro.

Nuestras miradas se entrelazaron por unos segundos y elevé la mano derecha, sonriéndole como saludo mientras la movía a los lados. Ella me asintió, haciendo lo mismo para salir del auto.  

—Hola —saludó después de salir. Vestía con un pantalón corto que le llegaba a los mulos, con varias roturas, un abrigo atado en su cintura de color negro, una blusa sin manga, viéndoseles el sostén blanco que traía. Su cabello era trenzas que le quedaban muy cool.

—¿Pero qué coños pasa? Muévanse —farfulló Azael, en tono brusco y tocando el claxon del auto repetidamente. Los chicos dentro del carro se quejaron por el ruido.  

—Ya va —le hice una seña de espera para que se tranquilizara.

Conociéndolo, él era hasta capaz de acelerar el auto y dejarme aquí parada.

—Hola —saludé a la chica, esta vez tendiéndole la mano. Ella me la aceptó con gusta y vino donde mí, dándome un beso en la mejilla.

—Hola —saludó papá, dándole una sonrisa.