CAPÍTULO 4

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Una vez más los días transcurrían sin que nada interfieran en ellos, pero en mí solo provocaba malestar e impaciencia. No había vuelto a ver a Kara o a Bella, además de no haber recibido ningún tipo de noticia por parte de Diana, y eso solo me hacía pensar que me están manteniendo apartada como un recurso más. Lo cual entendía, pero no creo confiar en que aún sean los suficientes concientes de lo que se está dando.

De pronto dieron tres toque a la puerta indicando que iban a abrir y cuando lo hicieron me encontré con los agentes que comúnmente suelen estar vigilando me. Indicando que el director de la D.E.O, J'onn J'onzz, había permito que se me hicieran unas cuantas visitas, pero que estas serían en una de las salas de interrogación.

—Andando— soltó uno de los agentes de forma seca. Haciendo que me pusiera de pie y los siguiera.

Al estar fuera de la habitación extendí los brazos dejando mis muñecas a la vista pensando que serían sujetas a aquellos brazaletes de Kryptonita, pero no fue así cuando un agente me indicó lo contrario. Simplemente me rodearon en el transcurso del camino y mis manos fueron a parar dentro de los bolsillos traseros de mi pantalón. Nuevamente pude notar las miradas entre desprecio y curiosidad, y por mi parte solo les dirigía mi mirada pesada, causando que algunos apartaran sus miradas de inmediato.

Segundos más tardes nos detuvimos frente a unas puertas dobles, las cuales identifique como la sala de interrogación y al ingresar cerraron nuevamente las puertas tras de mí quedando a solas. Sin saber qué sucedería a continuación, tomé asiento en la mesa que había en el lugar. Cruzando mis piernas al hacerlo y dirigiendo mi mirada a uno de los ventanales del lugar. Viendo como unos cuantos curiosos dirigían su mirada hacía mi dirección y en segundos volvían a apartar su mirada.

Observé a mi alrededor dándome cuenta que habían cámaras en toda la sala y no me sorprendió a decir verdad, sabía que las únicas visitas en privado habían sido las de Kara, Bella y Diana.

Pasaban los segundos y mi inquietud iba en aumento por saber cuál era la visita. Sabía que nuevamente tendría que pasar por el proceso en donde todos venían a mí preguntando por el por qué de mis acciones y una vez tendría que mostrarme vulnerable, pero mi sorpresa fue cuando ví pasar dos figuras por el ventanal, sabiendo de quiénes se trataban. Por instinto me coloqué de pie y cuando las puertas de la sala se abrieron un nudo en mi garganta comenzó a aparecer. Sintiendo como mis rodillas parecían no soportar mi peso por tal sorpresa y a la vez sintiendo como mis ojos comenzaban a nublarse por las lágrimas que amenazaban con caer. Pero antes de que me derrumbará aquellos que he considerado mis salvadores avanzaron hacía mí y me invitaron a refugiarme en sus brazos.

—Mi niña...— murmuró Eric, su voz llena de nostalgia.

—Sabía que volverías a nosotros— esta vez habló Abraham, dando caricias a mi cabello y pudiendo oír como su voz se quebraba.

De esa manera nos quedamos unos cuantos segundos hasta que ellos tomaron la iniciativa de tomar distancia y una vez más mirarnos a los ojos. Pude notar al instante que el pasar del tiempo había hecho un leve cambio en ellos, pero aún así se podía apreciar aquellas sonrisas que siempre me han ayudado a seguir y sentirme en paz.

—Tomemos asiento— dije sin dejar de verlos, sentía que debía de aprovechar cada milisegundos.

Ambos tomaron asiento frente a mí y cada uno tomó una de mis manos por encima de la mesa. Dando leve caricias con sus pulgares.

—Cuando Clark y Kara nos comunicaron que habías regresado no lo podíamos creer— comenzó a decir Eric, como siempre una sonrisa en sus labios y algunas arrugas decorando alrededor de sus ojos— sentimos que lo peor había acabado.

Lena Luthor y Tú | Mi Misión Eres TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora