CAPITULO 10

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—¿Qué harán? — pregunta Bella, angustiada y un poco exaltada. Este tipo de situaciones antes en su vida eran prácticamente nulas o inusuales.

—Te quieren a ti…— murmura Zatanna, su mirada fija en mí.

Algunos mechones de su cabellera negra eran desordenados levemente por el frío viento debido a que aún nos encontrábamos frente a la puerta abierta y el agente de el D.O.E del otro lado.

—Que te diga dónde está sucediendo todo y marchamos juntas. Me cambiaré de ropa— le indiqué, con mi mentón señalando al agente para dar entender a quién me refería y dando el primer paso marcha atrás.

Al darme la vuelta me encontré con la mirada inquieta de Bella y sin poder evitarlo bajé mi cabeza. No sabía qué palabras tranquilizantes darle o qué gesto compasivo ofrecerle, mi mente en ese momento no prestaba la debida atención a lo demás, ya que se encontraba ante la incertidumbre de lo que probablemente estaba sucediendo con la mujer de ojos verdes, Lena.

Sin desperdiciar otro segundo más, dejé la forma habitual con la que solía desplazarme imitando a los demás y ante los ojos de Bella seguramente me vi como una mancha borrosa que desaparecía frente a sus ojos para segundos después volver con otro cambio de ropa.

—Hablaré con Bella, tú haz lo otro— dije con cierta cautela a Zatanna, tampoco quería que sonara a una orden, aunque creo que no funcionó pero nada se me fue cuestionado.

Cuando estuve apartada junto a Bella la tome de los hombros y trague saliva. En el interior desesperada porque las palabras simples no venían a mi cabeza. La ira y la desesperación nublaban mi razón.

—Asegúrate de ayudar a cuantos puedas— empieza a decir Bella—. _________, este es tu momento para demostrarles a los demás que eres la primera con las suficientes ansias de acabar con esto. Yo estaré esperando aquí. Sé que estoy a salvo aquí. Vete con Zatanna.

—Bien... Entonces, perfecto— asentí frenéticamente, preparándome para partir—. Y lo siento. No soy buena con las palabras y menos en estos momentos.

Bella sonrío de manera forzada, como si se estuviera calmando a sí misma, y supe que estaba en lo cierto cuando se abrazo a sí misma. Dejé de tomar sus hombros y con pasos firmes me dirigí al lado de Zatanna, quien de mal humor le decía al agente “Bien, bien, ya lo tengo claro”.

—Han dejado de esconderse y decidieron causar alboroto frente al edificio más conocido de National City— empezó a decirme la pelinegra, apartando al agente de su camino y saliendo de la cabaña. A lo que seguí sus pasos—. Supuestamente hay un gran festín frente a L-Corp.

No mostré sorpresa cuando Zatanna con ayuda de su magia cambia su vestimenta. Volviendo a estar vestida toda de negro y su piel pálida resaltará aún más.

—Tú— se dio la vuelta cuando bajamos los escalones de la entrada al porche de la cabaña, señalando con su dedo índice al agente que aún se encontraba de pie frente a la entrada—. Mantén guardia mientras no estemos. Cuida de Bella.

El agente no demoró ni dos segundos en asentir casi de manera exagerada, cerrar la puerta de la cabaña y ponerse en guardia tomando con fuerza el arma que llevaba consigo.

—Hora de marcharnos— indicó Zatanna, más para sí misma que otra cosa, pero la seguí estando de acuerdo.

Dimos unos cuantos pasos más hacia adelante y cuando Zatanna alzó levemente sus brazos y de sus manos salió la conocida niebla oscura, que debido a la noche a simple vista siguió siendo oscura y pareció no cambiar a un color morado. Las dos fuimos envueltas por ella de pies a cabeza, lo que causó que de pronto todo quedará en silencio y no tuviera visión de nada, solo era consciente de mi respiración y el latir de mi corazón, y del leve zumbido en mis oídos.

Lena Luthor y Tú | Mi Misión Eres TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora