Día 5. Meeting family / Kids

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Vil se revolvía en su asiento de primera clase. Aquel era el peor viaje que había hecho en toda su vida, no le cabía la menor duda. Y lo peor era que el pronto aterrizaje lo único que hacía era ponerle más nervioso. Cuando le dijo a Leona que estaba preparado para conocer a su familia, lo había dicho muy en serio, así que no entendía por qué el prospecto de conocer a sus suegros le causaba tanta ansiedad. Por los Siete, él era un actor, vivía con una sonrisa falsa en la cara sin que nadie se diera cuenta de sus auténticos pensamientos.

Pero, por alguna razón, ahora mismo era incapaz de tranquilizarse y actuar como quien realmente era. A lo mejor tenía que ver con el hecho de que impresionar a un grupo de burócratas y famosos de tres al cuarto era un juego de niños comparado con causarle una buena impresión a la realeza de Afterglow Savannah. El rubio nunca había interaccionado con miembros de la realeza antes, a excepción de Leona, Malleus e Idia, pero ellos no contaban. La mera posibilidad de meter la pata y causarle problemas a su novio le revolvía el estómago. Tal vez necesitase una bolsa, por si acaso la náusea decidía perdurar.

-Pero ¿te puedes estar quiero? -bufó el león a su lado.

-No me encuentro bien, Leona.

-Ya, ya veo que no te encuentras bien. Haz el favor de calmarte. ¿Qué tiene tan nervioso al gran Vil Schoenheit?

-¿Y a ti qué te parece? -cuestionó el menor con tono molesto-. Voy a hacer algo mal y tus padres van a odiarme, porque ellos son reyes y yo no soy más que un plebeyo.

-Oh, vamos, te van a adorar. Farena y Cheka no hacen más que hablar de ti últimamente. Está todo el mundo deseando conocerte.

-¡¿Todo el mundo?! -exclamó Vil con evidente pánico.

-Tranquilízate, no va a ser para tanto. Es decir, yo sobreviví a tu padre sobreprotector, podrás con esto.

-Pero mi padre no gobierna un maldito país, él solo es actor -replicó el rubio-. Malleus, Idia y tú sois la única interacción que he tenido con la realeza, ¿es que no entiendes lo perdido que me siento? Una vez actué en un drama de época como un príncipe. Era el villano, como de costumbre. La cuestión es que entre la realeza hay una serie de protocolos y...

-Olvídate de protocolos -le interrumpió el mayor-. Tan solo sé tú mismo. Les vas a encantar, te lo aseguro.

-¿Cómo estás tan seguro?

-No tardaste ni diez minutos en ganarte a Farena y Cheka, ¿recuerdas? Estarás bien, el resto de mi familia es igual. Además, estoy bastante seguro de que la mayoría apostaba por que no encontraría pareja jamás, así que son capaces de montarte una fiesta.

-Por favor, no -suspiró Vil-. Lo único que quiero es una cena discreta y poder enterrar la cara con vergüenza en la almohada hasta mañana.

-Pues me parece que te vas a llevar una... pequeña sorpresa. Los conozco demasiado bien.

-¿En qué momento se me ocurrió que esto era buena idea? -sollozó el líder de dormitorio de Pomefiore, cubriéndose el rostro con ambas manos.

¿Podía el avión estrellarse antes de llegar al aeropuerto? Tampoco pedía tanto, solo necesitaba que alguien o algo le librase de una inminente humillación.

***

Vil había estado en castillos con anterioridad, prácticamente estudiaba en uno. Sin embargo, no estaba preparado para descubrir lo que era un palacio de verdad. Nada más llegar desde el aeropuerto (encima en un coche que les habían mandado los reyes), comenzaron a sonar unas trompetas y unos sirvientes aparecieron para cargar su equipaje por ellos. El rubio no estaba muy seguro de cómo debía reaccionar, pero Leona tampoco le dejó mucho tiempo para pensar en eso y en seguida apresó su cintura con total naturalidad y lo instó a seguirle y entrar por la puerta principal. Tenía que admitir que lo agradecía. Si fuera por él, se habría quedado embobado en su sitio.

LeoVil Week [Twisted Wonderland]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora