Día 4. Date / Magicam

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A Vil no le costó demasiado convencer a Leona para que pasara las Navidades con él y su padre ese año. Ya estaban en tercero y, aunque el león llevase unos cuantos cursos de retraso, sería el último curso de Vil como estudiante antes del año de prácticas y el modelo quería saborearlo al máximo, también durante las vacaciones. Además, el menor estaba siendo capaz de compaginar su trabajo, sus estudios, su puesto como líder de dormitorio y su vida personal. Se merecía, como mínimo, que su novio le consintiera y pasase las fiestas de invierno con él.

Por suerte para el actor, Leona estaba más harto que de costumbre de su familia (y en particular de su sobrino) últimamente, así que fue bastante sencillo que aceptara irse a pasar aquellas fechas tan especiales a un lugar desconocido, frío y peleando con su suegro. Porque esa era otra, a Eric no le hacía ninguna ilusión que el novio de su querido hijo fuese a Pyroxene, pero qué iba a hacer si era incapaz de negarle nada a su niño. Era un padre débil, lo sabía. Sin embargo, mientras Vil fuera feliz, él tendría que aguantarse y conformarse.

Al final, las cosas fueron más agradables de lo que ninguno anticipó, y los tres pudieron tener una cena de Navidad afable y tranquila, aunque Eric y Leona estuvieron a punto de iniciar una competición para ver quién le entregaba su regalo a Vil antes. A pesar de que el moreno solía ser bastante apático y le hacía regalos constantes, la presencia del padre del rubio parecía despertar la competitividad que escondía el resto del tiempo. A Vil le divertía verlos comportarse de esa manera, por lo que no les detuvo y dejó que se pelearan por su atención. Los dos hombres más importantes de su vida no eran tan diferentes después de todo, pero eso, por supuesto, nunca lo diría en voz alta a menos que buscase generar una nueva riña entre ellos. Ya discutían suficiente cada vez que se veían, y durante esas vacaciones se cruzaban a diario, a veces incluso nada más salir al pasillo por las mañanas.

El día de Año Nuevo la joven pareja decidió aprovechar la tarde para tener una cita. O en otras palabras, dar un paseo por la ciudad tranquilamente. El actor insistía en que iba siendo hora de que el león viese algo más que las paredes de la casa y, en ocasiones, el jardín. Tenía un especial interés en darle a probar el casi tan célebre como él chocolate de Pyroxene. Leona no era un fanático del chocolate, pero supuso que no sucedía nada malo por concederle su capricho. Total, se pasaba todo el año concediéndole caprichos, uno más no iba a hacerle ningún daño. Así pues, se prepararon para salir.

Vil, como siempre, estaba radiante, ni siquiera el frío lograba hacer disminuir su belleza. El abrigo que le había regalado Eric no era demasiado engorroso y resaltaba su esbelta figura. Leona, por otro lado, causaba risa, o pena, según se mirase. Llevaba abrigo, guantes, una bufanda que le cubría incluso la nariz, y gorro para proteger sus sensibles orejas. No estaba acostumbrado a unas temperaturas tan bajas y eso era evidente, no era su culpa haber crecido en un país de clima cálido. El menor le aseguró que entraría en calor al caminar, pero Leona no las tenía todas consigo.

Nada más abandonar la casa, una figura conocida apareció. Era Jack, y parecía muy sorprendido de ver a su líder de dormitorio allí. Iba con sus dos hermanos pequeños, los cuales no tardaron ni dos segundos en abalanzarse sobre el modelo según lo vieron. Vil les había enviado algunos regalos por Navidad y querían darle las gracias. Al mayor le conmovió en cierta medida lo bien que se le daban a su pareja los críos, era como si siempre supiese qué hacer y qué decirles. Leona no era esa clase de persona, pero porque a Leona no se le daban bien ni los niños ni los adultos en realidad, no se le daban bien lidiar con nadie, a veces ni siquiera con Vil. Mientras los pequeños mantenían al rubio ocupado contándole todos los regalos que habían recibido, Jack se acercó al felino.

-No sabía que estabas aquí -comentó, tratando en vano que no se le notase la sorpresa.

-Vil insistió mucho este año para que viniera a pasar las fiestas con él, así que aquí estoy -respondió sin mucho interés el león, concentrado en la expresión de su novio-. Hace tanto frío que siento que podría congelarme en cualquier momento, pero al menos es mejor que soportar a mi familia.

LeoVil Week [Twisted Wonderland]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora