E T I Q U E T A S

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Tenía solo 5 años, me abandonaron en las afueras de la ciudad, al bajo mundo, un lugar deprimente en el cual pasaría el resto de mi vida, desde el día en que me enteré que mi familia me quería desaparecer entendí que ya no podía confían en ellos, ¡¡pero era un niño!!, Pasaba todas las noches intentando descifrar la razón por la cual ya no podría ver a mis padres, la razón por la que tenía que ocultar mi apellido y el origen de mi Casta, recordando las últimas y frías palabras de mi madre.

[03,07,06]

-Te voy a dejar las cosas claras, así que presta atención, no nos conocemos, no eres mi hijo, no eres nadie, tu nombre solo es Luffy, tus padres murieron, eres un Omega.

- Bien, ahora te los voy a preguntar, ¿Cuál es tu nombre?

- Monkey D. Luffy.- Tristemente aseguro, recibiendo una fuerte cachetada.

- ¡¡ACASO ERES ESTÚPIDO!!, tu ya no eres un D. aprende de una vez tu lugar, escoria, desde este día dejaras de vivir con nosotros en cambio te irás a las afueras de la ciudad y ahí vivirás tu corta vida.

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En el corto lapso de una semana, ya se habían encargado de echarlo fuera, de llevar acabo un funeral y entierro, al cual muchas, pero muchas personas importantes asistieron, tragando se el cuento de cómo fue la trágica desaparición y posible muerte del niño... Monkey D. Luffy.

Es decepcionante la manera en la cual un niño tuvo que actuar como un adulto desde temprana edad, aprender a cocinar junto con un libro de guía, lavar su ropa, aprender a limpiar una pequeña casa, tener que asistir a una escuela donde no conoce a nadie, fingiendo no recordar absolutamente nada para pasar desapercibido, cosa que no funcionó del todo pues un Omega viviendo solo, que cada mes una gran camioneta se estacione frente a la pequeña casa no es algo que se ignore fácilmente.

Porque si, aunque lo desterraron de su hogar, de sus herencias y del trato médico, no quedo completamente en desamparo, se encargaban de dejarle todos los meses suficiente ropa, comida, agua y dinero. Hasta la edad de 12 años, ya que fue cuando poco a poco perdieron total rastro y contacto del niño.

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[18,03,27]

Actualidad...

La primavera comenzaba a llegar, el frío aun estaba presente, el hielo y la escarcha comenzaban a desaparecer, y las flores comenzaban a ocupar su lugar, la alegría parecía volver despues de fechas tan deprimentes.

Los accidentes,y las innumerables muertes comenzaban a disminuir, los jóvenes entran a clases despues de las largas vacaciones, los trabajadores regresan a sus monótonas vidas, unos solo esperando a llegar a casa, descansar y dormir, otros deseando ya no estar en ella y zafarse aunque sea por un momento de todas sus responsabilidades.

Los gritos de las madres luchando por traer a sus hijos al despreciable mundo en el que vivimos, los doctores orgullosos de haber recibido a un nuevo ciudadano... Es algo de admirar.

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Se encontraba huyendo desesperadamente, acababa de salir del quirófano y tenía que ocultar su rastro para que el no lo encontrara

- ¡¡Alto ahí!

- ¿Qué ocurre Torao?, Acaso vienes a felicitar a la madre por el nacimiento de su bebé, si es así no puedo acompañarte, ¡¡Tengo que atender a otra paciente!!.. - aunque no se notara se encontraba tratando de huir del doctor Trafalgar, su mejor amigo.

- ¿Me crees idiota?... Se supone que hoy comienza tu semana de descanso, ¿Qué haces aquí, Luffy-ya?, ¿Acaso tú celo no comienza en dos días? - pero es imposible, Trafalgar tiene total control en Luffy.

- Lo sé, pero tú ya lo dijiste...¡¡Aún me quedan 2 días para mí celo!!, Quiero ayudar en todo lo que pueda, tal vez y este es el último de mi vida, así puedo irme tranquilo sabiendo que serví de algo, así que permíteme pasar, tengo otra paciente que atender - es cierto, aunque Luffy este en el mejor estado de salud, mientras no encuentre a alguien que pueda ayudar a controlar los dolorosos días con sus feromonas, los riegos seguirán presentes.

- Ajam, como tú doctor no es aceptable, pero, si me prometes que tomarás el descanzo necesario, supongo que puedes seguir con tus labores - Ambos son la debilidad del otro.

- ¡¡Claro!! - antes de salir corriendo le regaló un gran abrazo de oso a su querido Toraoo.

- ¡¡TE DIJE QUE NO PROVOQUES SOBREESFUERZO, MALDITO!!

"Así son la mayoría de los días en el hospital, muchos aseguran que si ambos no fueran Omegas serían pareja, por lo bien que se ven juntos y el gran equipo que forman."

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[24,12,17]

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años atrás.

Japón estaba pasando por un mal momento, un gran terremoto había sacudido gran parte de la cuidad, muertes, heridos, grandes perdidas, innumerable cantidad de personas que se había quedado sin su hogar, la miseria podía sentirse en aire.

Luffy había perdido lo que con arduo trabajo y esfuerzo junto durante 5 años, la desesperación de haber perdido su casa, su mascota, absolutamente todo, eso lo había dejado sin esperanza alguna, no podía dejarse ayudar de las personas desconocidas, ellos lo único que buscan es aprovecharse de su necesidad para después botarlo justo como lo hicieron sus "padres".

Tenía que volver a juntar suficientes fuerzas para levantarse mejor que nunca después de de ese gran derrumbe... Bueno, eso cambio el día que conoció a su querido Torao.

Era una fría noche, en la cuál necesitaba buscar un refugio seguro para quedarse, tenía casi tres días sin comer, no le quedaban muchas fuerzas, sabía que si seguía así no aguantaría mucho tiempo, pero tenía que ser egoísta, era un lujo que no pensaba darle a los demás, pues la mayorías las tiendas habían aprovechado subir a precios muy altos los suministros necesarios para una comida.

Prefirió comer insectos, y morir de hambre, cosa que casi ocurre.

- ¿Estás muerto?

Continuará...

No me maten porfis, ya actualice.