Prólogo.

823 64 11
                                    

El amor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El amor. 

Una bonita experiencia plasmada sobre las hojas de un libro que Taehyung apenas podía sostener con ambas manos. Le repasaba con la mirada, letra por letra y palabra por palabra, casi sintiendo por cada parte de su cuerpo e imaginando todo aquello que el protagonista le mencionaba a su tan amada mujer. 

Pero, ¿Qué era lo que realmente le describía el amor?. Estaba muy consiente de que no solo eran mariposas y agradables momentos como en cada libro lo decía. Estaba muy seguro de que era algo mas allá de un bonito sentimiento que le caminaba por la garganta para decir palabras bonitas, algo que simplemente no se pudiera explicar, más lejos de narrar sobre las nubes hasta el calor del infierno, eso que seguramente no solo sería alegría y paz completa. 

De ser todo a colores claros, cualquiera sería feliz por amor. 

Taehyung no se quejaba, apenas y había sentido el amor de su madre a los pocos años de nacer, pero siendo así, tenía sus preguntas, unas más fuertes que otras. 

Recién se despertaba de una buena siesta tranquila, pues aunque el tren seguía haciendo mucho ruido al avanzar, no era la primera vez que subía para salir de la ciudad. Le hubiera gustado haber abierto los ojos cuando ya estuviese por llegar, más no le había tocado la suerte, por eso no tuvo más remedio que tomar sus libros y continuar con esa lectura que antes había pausado al salir de casa. 

Por eso estaba así, preguntándose sobre algo de lo que jamás había sentido. 

Y era que se perdía mucho en las preguntas que le surgían de la tanta imaginación que le llegaba, volvía a agitar la cabeza antes de regresar uno o dos párrafos antes tras haberse perdido un poco de lo que estaba ocurriendo. 

No le importaba mucho, al final solo eran emociones que le robarían una ligera sonrisa, y no por el sentimiento, quizá por la imagen, pues las chicas siempre aparecían siendo tímidas, muy respetuosas, como si nunca en su vida hubiesen hecho alguna maldad, y cuando el hombre le agarrase por las caderas, siempre se asustarían y renacerían como un tomate con el rostro cubierto de rojo. 

¿Siempre era así?. 

Cerró suavemente el libro con sus manos antes de pasar una de sus piernas sobre la otra. Admitía que el traje ya estaba siendo molesto, pero su madre insistió tanto que apenas y había podido suspirar tranquilo cuando terminó de arreglarse. Pero sus quejas tan pronto se fueron por la ventana desde su boca una vez se asomó ligeramente notando cerca la estación. 

El aire le despeinó los cabellos negros y aunque luchó para acomodarlos de nuevo en su lugar, le restó importancia una vez el tren se detuvo sacando humo y llenando el lugar. 

Por fin había llegado a su destino. 

Tomo sus maletas con rapidez, casi olvidando por un momento que no llevaba puesto el saco, pero ese pronto lo vio y le tomó con la punta de los dedos dejándolo caer sobre su hombro. La fila se sentía un poco larga, había muchas personas y otras más ya subían por la parte trasera, parecía que tardaría años para bajar de aquel lugar, pero podía esperar. 

Al final terminó llegando hasta la salida pegando un salto hasta que sus pies tocaron la banqueta. 

Respiró fuerte y hondo, casi empalagándose con el bonito olor de la naturaleza en primavera. Sin duda le agradecía tanto a su profesor por esas merecidas vacaciones que les había regalado, las disfrutaría al máximo y con mucho cariño. 

— ¡Taehyung!.— le gritaron a lo lejos. Esa bonita mujer de cabellos blancos ya se le acercaba de manera lenta, aunque parecía ser más rápida desde la última vez que le vio. Llevaba un bonito vestido largo de flores junto con un gorro que le cubría del fuerte sol que ya anunciaba el medio día. 

Con la maleta aún entre sus manos, se decidió a correr hasta llegar a los brazos de su abuela que con mucha paciencia ya estaba esperándole. Amaba tanto ese olor jazmines que desprendía la mujer, le envidaba por tener un aroma tan bueno llenando su cuerpo, él juraba que aún tenía a olor a tinta y quizá a humo del mismo tren en que había viajado. 

— Nana. Te he extrañado tanto. 

— Oh mi pequeño Taehyung, sigues siento un cachorro tan lindo.— le dijo ya con los brazos rodeándole por los hombros.—  Estás más alto, apenas y puedo alcanzarte...— el pelinegro sonrió divertido apenas separándose un poco para que le observara bien.— Dios, te pareces tanto a tu padre.

Un ligero sentimiento le llegó al corazón. Le encantaba tanto cuando su abuela le comparaba con ese hombre mayor; con su padre.  Aquel que le dejo tan bonitos momentos que con mucho esfuerzo aún podía recordar.

— He pensado mucho en el mientras estudio, Nana, quizá por eso tengo mucho parecido a él.— le mencionó con los labios humedecidos y con un ligero nudo queriéndose formar en su garganta. 

— Todo un hombre, mi pequeño Taehyung. 

El muchacho no pudo evitar alzar la mirada negándose a que las gotas le resbalaran de los ojos y finalmente se apartó de la mayor para tomar con aún más fuerza sus maletas. Tenían mucho tiempo para convivir y para hablar de cualquier cosa que su abuela deseara escuchar, aunque de cualquier forma, ya se encontraba ansioso por llegar hasta su habitación, la misma que su abuela le preparaba cada vez que le avisaba que ya iba en camino. 

 — Sabes, Nana, nada me vendría mejor que descansar un poco.— murmuró el chico mientras sonreía suave y de manera cálida. 

— ¡Oh! Claro, vamos pequeño, te prepararé algo delicioso para cuando despiertes, ¿Qué se te antoja?.

Taehyung lo pensó y rápidamente sonrió.— Kimchi. 

— Ah, aún te fascina el Kimchi, ¿no es así?.— el menor se rio divertido y asintió siguiéndole el paso a la mujer.— Me alegra que te hayas acordado de tu Nana para éstas vacaciones, nada me hace más feliz que tenerte en casa por algunos días. 

El pelinegro suspiró calmado. Admitía que él también estaba feliz por pensar en su abuela cuando su madre le preguntó donde pasaría sus últimos días libres antes de graduarse de la universidad. Estaba a un paso de terminar  esa licenciatura que tanto le había costado, y no solo hablaba de esfuerzo. 

Y mientras caminaba hacia donde la casa de la mayor, pudo perderse un poco entre los bonitos paisajes que se encontraba por el sendero que ambos cruzaban. La mujer se le abrazaba por el bíceps mientras que el más alto solo podía divisar las bonitas flores que había en los jardines de algunas casas que habían por la zona, todo muy agradable y simplemente hermoso. 

Cuando llegaron a casa, Taehyung no lo pensó para lanzarse libremente sobre la cama, casi dejando de lado que aún tenía que desempacar. Se sentía algo cansado, había tomado el primer tren por la mañana y la noche anterior apenas había descansado un poco. 

Lo único que necesitaba para comenzar con sus vacaciones era dormir un poco, luego de aquello se encargaría de buscar una buena diversión.

Lo único que necesitaba para comenzar con sus vacaciones era dormir un poco, luego de aquello se encargaría de buscar una buena diversión

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

kim_ny18

Róbame los suspiros.→ • k o o k t a e •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora