Capítulo once.

180 35 8
                                    

11

Las tardes no tan calurosas se disfrutaban más en familia, y Taehyung disfrutaba tanto estar únicamente con la persona que consideraba su familia; su nana.

Bastaba con verle tejer, con verle cocinar o únicamente mecerse sobre su asiento bajo la frondosa sombra de un gran árbol, justo como en ese momento. Llevaba entre sus manos aquel libro que nunca abría, el mismo que hablaba de dios. Lo apreciaba tanto y aunque no lo mencionaba, tenía ganas de leerlo nuevamente como muchos años atrás, pero su vista no daba para mucho, menos para letras tan pequeñas y tan juntas.

Taehyung le observó de nuevo y con más calma, sus ojos cerrados, su cabezo cubierto de canas blancas y esas arrugas que se marcaban en la mayor parte de su rostro. Se veía tan hermosa incluso teniendo tantos años.

Una cadena de oro siempre estaba colgando de su cuello, tenía un dije de corazón y en ciertas ocasiones llegó a verla jugueteando con él sin saber correctamente del significado que tenía aquella joya.

Suspiró suave y llamando su atención, la mujer abrió sus ojos mirándolo. — ¿ahora por qué suspiras? — le preguntó.

— Siempre quise saber por qué llevabas esa cadena en su cuello, jamás me contaste que el abuelo te haya regalado joyas, hasta donde sé, el matrimonio fue arreglado. — susurró acomodándose en su mecedora, al igual que la mujer. — ¿Fue un regalo de tu madre?

La mujer sonrió.

— También conocí a otros hombres antes que tu abuelo, pequeño Taehyung. — confesó la mujer tocando con la punta de sus dedos aquel hermoso dije que se acomodaba en el centro de su pecho.

Taehyung le miró con sorpresa y moviendo su asiento junto al de su abuela, logró sacarle una buena carcajada.

— Cuéntame.

— Ha pasado tanto tiempo, pequeño, no recuerdo tanto.

— Nana, sabía tenían otros amores antes que mi abuelo, pero jamás me contaste de alguno que dejara un sentimiento tan fuerte como para que aún guardes algo que te regaló. — le dijo con algo de emoción. — ¿fue tu primer novio?

— Fue mi primer amor. — le corrigió. La mujer suspiró sintiéndose consumida con por la nostalgia, habían pasado tantos años desde aquel suceso que le marcó tanto y tan profundo. Un momento que hasta entonces su corazón no podía olvidar. — Estaba muy joven en aquellos años... — comenzó a contar.

— Su nombre era Benedit, todos lo conocían como el jefe de mandos. — mencionó muy concentrada. — en aquel tiempo todo era muy diferente a lo que imaginas Taehyung, solo la gente millonaria tenía televisores y solían ser tan arrogantes como podía ser posible, pero eso nunca me importó, me dedique a trabajar desde los trece y mis únicas compañeras fueron chicas que también se dedicaban a trabajar en un bar a las orillas del puerto.

— ¿No solías vivir aquí antes?

— Nos mudamos aquí cuando estuve embarazada de tu padre. — respondió antes de continuar. — era normal que los marineros y parte de los miembros del ejército visitaran un sitio como ese, y hasta eso, fue demasiado decente que me dejaran servir a los hombres hasta que cumplí los dieciséis, pero a Benedit lo conocí meses después de mi cumpleaños número diecisiete, cuando mis padres aún no conseguían una pareja para mí.

Taehyung le observaba en silencio, casi comprendiendo parte de esas emociones que la mujer podía expresarlo con las muecas de su rostro.

— Fue un escándalo entre mis compañeras cuando escucharon que el jefe de mandos estaba en el lugar y pedía que solo una persona fuera la encargada de atender su mesa y la de nadie más. Probablemente porque el muchacho era demasiado guapo, o tal vez solo porque era extranjero y solía dejar demasiada propina, en aquel tiempo, cada moneda contaba. — prosiguió. — me eligieron a mi tras ser la mayor, tenía una gran facilidad para entregar las bebidas sin derramar nada de ellas, además que era demasiado rápida, tenía ventajas.

Róbame los suspiros.→ • k o o k t a e •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora