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Taehyung no era chismoso por observar a Jeon salir y entrar de su casa como si estuviera esperando algo, pero tal ve se sentía muy metiche al esperar junto con él desde la esquina de su ventana deseando que desde ahí no le viera espiando con mucha...

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Taehyung no era chismoso por observar a Jeon salir y entrar de su casa como si estuviera esperando algo, pero tal ve se sentía muy metiche al esperar junto con él desde la esquina de su ventana deseando que desde ahí no le viera espiando con mucha normalidad. 

No era como si fuera sospechoso que el mayor estuviera paseándose de un lado a otro por su casa o por el porche de la misma, sin embrago, esa ligera preocupación sobre su rostro en cierta manera le robaba la atención y sobre todo la curiosidad. Había estado mordiéndose las uñas ansioso cada vez que el castaño se acomodaba los cabellos mirando el reloj sobre su muñeca. Se notaba más desesperado con el paso de los minutos.

Salió con un libro al primer momento, más tarde sostenía una taza de algo para beber y hasta ese momento solo estaba acomodándose la camisa mientras se mordía los labios sin dejar de caminar. Taehyung comenzaba a sentirse ansioso tan solo verle.

Suspiró dejando caer su cabeza contra la almohada nuevamente al notar como JeongGuk volvía a meterse dentro de casa con una mueca de frustración.  Era desesperante saber que esperaba algo o tal vez a alguien, parecía más como la llegada de una persona, pues incluso si no llevaba una ropa tan formal como siempre, seguía luciendo más decente, como para una visita ya planeada.

El pelinegro se desesperó metiendo las manos bajo la almohada topándose con el libro del vecino. Era cierto que no sabía como dejar de leerlo, pues entre más pasaba las hojas, la historia se volvía incluso más entretenida, algo que solo le llenaba de emoción. Había pasado demasiado tiempo desde que se sintió con interés por seguir leyendo, y aunque tal vez podía ser fastidioso el hecho de sentirse deseoso por terminarlo rápido, le fascinaba sentirse como nuevo, como en un principio. 

— Debería levantarme ahora.—musitó con suavidad acomodándose sobre la orilla de la cama elevando los brazos para dejar que su cuerpo perdiera esa tención que le causaba estar dormido profundamente. Había sido una buena mañana hasta entonces y descartando lo que Jeon le había hecho sentir. 

Dio un último vistazo hacia la casa de al lado, y tras confirmar que seguía sin salir de nuevo, pego el primer salto fuera de la cama en lo que llevaba del día. Se revolvió los cabellos y masajeándose el cuello emprendió camino hacia el cuarto baño. No siempre amanecía con una fuerte necesidad y ese era aquel momento, pues se distrajo tanto con la imagen de Jeon, que apenas y había pensado en aquel tipo de necesidades. 

Pero ahí estaba, bajándose los shorts para orinar tranquilo mientras seguía bostezando suave para espantar el poco sueño que le había dado por el calor de su hogar. 

Fue poco lo que tardo en concluir y luego de lavarse los dientes, sin siquiera haber desayunado, salió tranquilo mirando directamente hacía el jardín de Jeon, llevándose la sorpresa de que aquella persona que el castaño esperaba había llegado y no solo eso, había dejado un par de votes sin etiqueta en la entrada, justo a un lado de la puerta. 

Róbame los suspiros.→ • k o o k t a e •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora