Prólogo

563 61 22
                                    

Jamás llegué a imaginar que la felicidad estuviera hecha para mí después de tantos acontecimientos desastrosos que me sucedían una y otra vez. Cada golpe que la vida me daba se volvía cada vez peor, abriendo grietas que han sido difíciles de sanar. Por eso, había perdido la esperanza de una vida normal.

Dejé de creer en las personas, en la sociedad, en la bondad humana. Una vida allí afuera me aterraba bastante y nunca llegué a pensar que una persona fuera capaz hacerme sonreír de verdad, que me generara esas ganas de compartir mi tiempo, que me hiciera olvidar de todo lo malo que me persigue, sacándome de mi zona de confort.

La mayor parte de mi vida me la pasé ocultándome del mundo, no quería sufrir más, no quería que me hicieran más daño, suficiente tuve con mi pasado y ahora que por fin la vida me está demostrando que no siempre es una tempestad, quería ser feliz al lado de él y seguir experimentando esas nuevas sensaciones bonitas, esas experiencias tan únicas como los últimos momentos que hemos pasado juntos.

Pero no siempre es así, ¿verdad?

Me mostré por fin ante una persona que, a pesar de mi indiferencia y resentimiento al principio, se fue acercando poco a poco a mí hasta sacarme de la tempestad en la que pensaba vivir para siempre, rompiendo esas barreras que había construido.

Antes de él, mi vida era un caos... después de él, la vida me la pintó de maravilla, me enseñó a verla de una manera más colorida y menos dolorosa, pero tarde o temprano eso terminaría y lo acababa de comprobar.

—Perdóname, morenita —dice él con un poco de desespero, mirándome con sus ojos cristalinos desde abajo—. Yo... yo no sé...

—Déjalo —respondo, limpiándome las lágrimas que había derramado—. Da igual, esto me pasa por volver a confiar. Al final siempre me dañan.

Intento irme nuevamente, pero él me toma de las manos, incorporándose del suelo.

—Deja que te explique las cosas por favor, morena —pide de nuevo, no quiere dejarme ir sin aclararme las cosas. Sin embargo, no quiero escucharlo. Toda esta situación puede más que yo y no me encuentro en la capacidad de oír cosas que seguramente me herirán más.

—No hay nada que explicar, ya todo está claro. Me dañaste como lo hacen todos —me zafo de su agarre—. Al final nunca debí salir de mi tempestad, porque al menos estaba consciente de lo que la vida me daba, pero tú... —lo señalo—. Tú me mostraste una parte diferente, la de colores, y ¿para qué? ¿Para luego hundirme más de lo que ya estaba? Porque eso es lo que acabas de hacer Brian Deep.

Y me marcho de ahí con el corazón hecho pedazos, pensando que una vez más la vida me demuestra que no debo confiar en nadie.

Él no me sigue, solo se queda ahí con los ojos llorosos y la mirada perdida.



Antes de leer: tengan en cuenta que esta historia no contiene escenas de sexo explícito, pero si hay ciertos capítulos en los que se tratan temas delicados y autolesión. Pido mucha discreción y empatía con los personajes.

También aclaro que en ningún momento idealizo las acciones de los personajes, cada uno está propenso a cometer errores. 

Si no te sientes cómoda(o) con algunos aspectos estás en todo el derecho de dejar la historia<3.

¡Espero que la disfruten mucho!

After Him - Completa ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora