Veintiuno

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Capítulo veintiuno.

Confesiones inesperadas.

Morgan.

Entro de manera apresurada al hospital con las manos entrelazadas a las de Brian.

Nuestro viaje estuvo lleno de incertidumbre por no saber en concreto el estado de Alexa y en todo el recorrido ambos estuvimos en completo silencio tratando de asimilar lo que había ocurrido. Ni siquiera fuimos a su departamento para dejar las maletas porque en cuanto llegamos, tomó rumbo directo al hospital.

Es cierto que no tengo conocimiento de lo que en realidad le sucedió a ella ya que Brian no me dio muchos detalles sobre ello, pero eso no quita el hecho de que me preocupa mucho lo que pueda pasarle.

Alexa se ha ganado mi cariño con el pasar del tiempo y la considero una gran amiga. Es una persona que se gana tu corazón con sus acciones y su forma tan carismática de ser. 

Vuelvo del hilo de mis pensamientos cuando Brian se suelta de mi agarre para ir de manera apresura en donde se encuentra la mamá de Alexa. Camino detrás del él y llego a donde están los gemelos y Arthur. 

Los primeros me saludan con una inclinación de cabeza y les correspondo con una sonrisa de boca cerrada mientras que el rubio se encuentra sentado en una de las sillas con sus manos apoyadas en las rodillas y centrado en la nada, como si se olvidara de su alrededor. Creo que en estos momentos no estamos para charlas animadas ya que la protagonista de ello no se encuentra presente.

Centro la mirada en la mamá de Alexa que se ve demacrada. Alrededor de su ojo izquierdo luce un enorme morado y unas marcas bastante notorias resaltan en su cuello. Sus ojos lucen apagados y tristes, no queda nada de aquella mujer alegre que conocí aquella vez.

—Señora Diane —saludo un poco tímida.

—Morgan, que bueno es verte de nuevo. Lamento que sea en estas condiciones —me sonríe cálidamente, pero no llega a sus ojos.

—Descuide, ya habrá tiempo.

—Desde aquella vez no has vuelto a casa, sería bueno que fueras nuevamente.

Una incomodidad se instala en mí y paso el peso del pie de un lado a otro sin saber que responder a aquello. Mi visita de aquel día no fue grata para muchos ahí y no deseo volver a molestar, ni mucho menos encuentros inesperados.

Centro ahora la mirada en Brian que me observa con curiosidad por estar hablando con su tía, sin embargo, nota que es un tema del cual no me es cómodo, así que la distrae de la conversación.

—¿Qué fue lo que pasó exactamente? —le pregunta y ella permanece en silencio, desviando la mirada a otro punto—. ¿Fue Adrián?

Ella sigue en silencio mientras Brian aprieta su mandíbula con fuerza como si eso ya fuera suficiente respuesta para él.

—Él... él volvió a casa y yo... no sabía —solloza sin poder completar la oración—. Fue mi culpa.

La envuelve en un fuerte abrazo mientras ella entierra su cara en el pecho de Brian para desahogarse llorando. Besa la coronilla de su cabeza para después mirarme por un corto momento y puedo notar en sus ojos la preocupación.

La separa de él y posa sus manos a cada lado de su mejilla para limpiar las lágrimas con sus pulgares.

—Deja de culparte siempre por lo que él haga porque no es así —le asegura—. Prometo que vamos a salir de esta. Ustedes dos son mis rubias fuertes.

Ella lo vuelve abrazar mientras Brian frota sus brazos cubiertos.

En este momento inicio a sentirme un poco fuera de lugar porque no entiendo de que hablan o quien es el Adrián que Brian mencionó. Inicio a cuestionarme realmente si debo estar aquí porque ya se encuentran las personas importantes para Alexa y no estoy segura si yo hago parte de ese círculo. Sin embargo, Alexa realmente me preocupa y no quiero dejarla, al menos hasta saber que está fuera de peligro.

After Him - Completa ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora