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—¡Hyuka, prepara tus mejores trapos porque de ésta no te escapas!

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—¡Hyuka, prepara tus mejores trapos porque de ésta no te escapas!

Hueningkai despertó de su corta pero profunda siesta gracias al estrepitoso ruido que se ocasionó cuando su mejor y único amigo Kang Taehyun entró a su habitación como si fuera un general con su batallón en pleno ataque.

—Santo Mistoffelees, casi me matas del susto Taehyun. —expresó el menor incorporándose y tomando asiento en su cama, el sueño había desaparecido casi por completo.

—Oh no, aún no puedes morir, después de que me acompañes a ésta asombrosa ocasión que tu maravilloso e increíblemente brillante amigo consiguió puedes perecer si es que así lo deseas, ni un minuto más, ni un minuto menos. —el pelirrojo se acercó a Hueningkai, sentándose junto a él con orgullo en sus facciones.

Taehyun generalmente era una persona un poco más tranquila, segura de sí por supuesto, ruidoso cuando se trataba de deportes pero en su día a día tenía una actitud despreocupada que compatibilizaba perfectamente con el apacible carácter de Hueningkai.

Por eso mismo era una sorpresa para el rubio ver a su amigo tan exaltado, así que ignorando todas las banderitas rojas decidió escucharlo, aunque no es como que tuviera muchas opciones.

—Le diré a mis padres que ya no te dejen pasar. —habló el menor tallándose su ojo para estabilizarse un poco.

—Tu madre dejaría afuera a Papá Huening antes de no dejarme pasar, Hyuka. —contestó altanero el mayor, sosteniéndole el brazo con fuerza de la que no fue consciente debido a su emoción. —¡Pero sí! —exclamó Taehyun mientras su amigo lo veía con una sonrisa atenta. —¿Recuerdas que te dije que ayer en la noche iba a ir a la casa de mi primo a jugar?

El rostro de Hueningkai se deformó en sorpresa, abriendo aún más sus grandes ojos de venado.

—Yo recuerdo haberte dicho que el póker no es un deporte Tae. —el rubio terminó rodándole los ojos al pelirrojo, era obvio que no lo iba a escuchar pero aún así creyó que Taehyun dejaría de probar su suerte con los juegos de azar después de perder 200 dólares en una "partida amistosa" la semana pasada.

—Shh, Hyuka, eso ahora ya no es importante. —siseó el otro. —por cierto dice que hace tiempo que no te ve y tal vez deberías de unirte a nosotros para la próxima. —comentó abriendo un paréntesis a su tema.

—Mmm, sí, bueno, creo que considerando mi mala suerte no sería una buena idea... —respondió Hueningkai, siendo totalmente consciente después de tantos golpes en su corta vida que la única manera de conseguir algo era mediante muchos esfuerzos, y a veces ni así.

Aún esperaba el día en el que su suerte cambiara.

—Como sea, —continuó el menor. —¡Cuéntame que te sucedió! —exclamó, y fue como un interruptor en el cerebro de Taehyun que volvió a activar su lado eufórico.

Anti-Romantic | Sookai Donde viven las historias. Descúbrelo ahora