Dahyun x Yoongi (El chapulín)

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Todo empieza desde la recámara de un pelinegro de piel muy pálida, la noche anterior se había desvelado con proyectos de su colegio por lo que teniendo clases al día siguiente no tuvo oportunidad alguna de descansar lo necesario.

Sin embargo el castigo aún no había empezado, puesto que el reloj al lado de su cama señalaba que eran las 6:59 de la mañana, a tan sólo unos cuantos segundos antes de verse obligado a abandonar su sueño.

Y por un momento pudo sentir su cuerpo relajarse, solamente para que al siguiente segundo una molesta melodía irrumpiera en sus oídos.

-"Ya cállate, porquería"- Alegó mientras con angustia se levantaba de su cama.

Claro que sí, el día de nuestro querido Min Yoon-Gi apenas empezaba.

Arrastró sus pies como si de cadenas se tratasen hasta el baño, así tratando de aprovechar el tiempo se cepillo los dientes mientras se daba una ducha rápida. Luego de diez minutos salió disparado a cambiarse, asegurando cada mínimo detalle para poder verse bien.

A Yoongi no le gustaba presumir, pero nunca podría negarse a admitir que el uniforme del instituto le quedaba de maravilla. Después se aseguró de tener todo listo para sus clases, ordenando cautelosamente cada libro y cuaderno que usaría ese día dentro de su impecable mochila.
Algunos consideraban al chico como alguien raro por su inusual adicción al orden. Sin embargo eran palabras que no podrían importarle menos al pelinegro.

-"Son las siete y media, no tengo tiempo para hablar, te veo luego"- Le dió una despedida muy amigable a su hermana.

Y es que ni él mismo sabía la causa de su ansiedad por llegar al instituto, solamente pudo echarle la culpa a su mejor amigo Jeon JungKook, quien le mandó un mensaje hace pocos minutos en los que le pedía hablar temprano antes de entrar a clases. Tenía un presentimiento extraño en aquellas palabras, pero como de costumbre no le dio importancia.

Luego de unos minutos llegó a su destino, pero no pudo visualizar a su amigo alrededor por lo que aprovechó el tiempo para comprar un desayuno saludable, como su padre le había enseñado.

-"Me da una Coca Cola y dos cigarros, por favor"- Dijo mientras ponía el dinero sobre el mostrador de aquella tienda ambulante.

-"Niño, tienes un uniforme de estudiante"- Dijo una señora un tanto mayor.

-"¿Y?"- Al parecer no fue una respuesta esperada la que recibió, el no se iría sin su desayuno.

-"Nada"- Se rindió mientras entregaba los productos en una bolsa negra -"Por favor, vete"-

Pero claro, Min Yoon-Gi aún no se sentía lo suficientemente animado, así que decidió molestar un poco más al vendedor -"¿Me regala algo de fuego?"-

Pero bueno, el vendedor se cansó y le extendió los cinco dedos antes de voltearse y negarle más el servicio. Cosa que ofendió al pelinegro, pero no se molestaría más, para eso él traía su propio encendedor.

Así que puso el fuego delante del cigarrillo antes de inhalar tan fuerte como pudo, sólo para liberar el humo unos cuantos segundos después. Luego abrió la lata de cola y casi quiso agradecerle al vendedor por mantener el producto tan frío, justo lo que necesitaba.

Estaba disfrutando el momento, pero para su mala suerte, su mejor amigo estaba llegando. Y eso normalmente alegraba al pelinegro, pero esta vez se quedó congelado al ver su mano entrelazada con la de una chica.

No, no era cualquier chica...

-"Buenos días Suga"- Saludo muy alegremente aquel chico conocido coloquialmente como el galletas -"Espero estés disfrutando el desayuno"-

BangTwice [3er mundo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora