─I'm beggin, I'm beggin you ─Tardareo, marcando el compás con un lapiz, pérdida entre palabras escritas sobre el pizarron─ So put your loving hand out baby~
Muchos son bendecidos con el regalo divino de una hermosa voz o una increíble habilidad para la música, pero son pocos los que nacen con la pasión y están dispuestos a practicar tanto que fácilmente vencen al talento. Pero aún así, la pregunta no se evita ¿Qué diferencia hay entre el talento y la pasión? ¿Realmente uno es más relevante que el otro?
Detrás de ellos, pero no menos importantes, están esas personas que solo tienen el honor de contemplar con los odios; el público. Sin el publico, no importa que tan buena pueda ser una canción o cuanto trabajo tenga, es inútil si no hay nadie pueda admirarla.
¿Qué eres? ¿La estrella o el espectador?
─I'm beggin, I'm beggin you~ ─Con la música a tope, fue difícil notar como sus compañeros y la profesora escuchaban la música sobresalir de sus audífonos─ So put your loving hand out baby~
─Señorita Amai ─Al primer intento por llamar su atención, se acercó y reposo su cuerpo sobre su pupitre, teniendo en la cara la mejor expresión de buenos amigos.
─Ridin' high, when I was king. played it hard and fast, 'cause I hand everything.
─¡Señorita Amai! ─Ya al segundo elevó la voz, pero sin obtener respuesta.
─I walked away, you want- ─Y al final a la tercera logro llamar su atención tras azotar una regla en el borde de su banco.
─¡Señorita Amai Tanjerin! ─Rechista, frustrada y estresada por la jornada escolar─ ¿¡Por cuanto más tiempo tengo que llamar su atención!?
─Oh, hola ─Saluda, inconscientemente de que ya llevaba casi cuarenta minutos de clase.
─Si sigue por el mismo camino, terminara reprobando mi clase y no por sus calificaciones, sino por su conducta ─Escupe, como si mirarla por encima del hombro le diera alguna clase de superioridad. A decir verdad, ese fue un gran error.
En el mundo hay miles de géneros musicales, que al unirse le dan un solo y sólido significado; Libertad. La música es libertad. Y por más que sea una pena que muchos no sepan aprovecharla, existen pobres almas que cierran sus mentes y e idealizan que el arte solo proviene de un solo ritmo, uno robótico y mezquino, uno al que se lo llama hipotéticamente; sociedad.
─Realmente me disculpo, Sendai-Sensei ─Viro sus ojos, tomando el atrevimiento de sentarse todavía peor.
─Y por favor ─Agrega con un tic en el ojo, viéndola abrirse de piernas peor que un hombre─ sientese correctamente.
─Ah, mí error ─Sonrió con picardia, subiendo y cruzando sus piernas sobre su pupitre─ ¿Así esta mejor?
[•••]
─¡Esto es el colmo! ¿¡Como alguien como ella puede estar dentro del consejo estudiantil!? ¡Deberían sacarla del puesto y suspenderla por mal educada!
─Señora Sendai, yo-
─¡Incluso toda la clase le tiene miedo! ¡Nadie es capaz de acercarse a ella y no terminar en la enfermería!
La famosa maestra Sendai, todos las reconocen por su dulce forma de ser y el suave tacto que tiene con sus estudiantes, tan comprensible y amistosa, ella solo continúo quejándose por un largo rato de su alumna menos favorita, nuestra protagonista. Ya acostumbrada a la misma rutina, suspira y refunfuña, pues bien que empezaba a ser problemático que cada autoridad de esta escuela estuviera en su contra.
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" 𝙅𝙪𝘯𝘵𝘰𝘴 " ─ Tokyo Revengers [ reescrita ]
Fanfiction" ─¿𝘠 𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘪 𝘱𝘦𝘳𝘥𝘦𝘮𝘰𝘴? 𝘓𝘰 𝘪𝘮𝘱𝘰𝘳𝘵𝘢𝘯𝘵𝘦 𝘦𝘴 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘳 𝘫𝘶𝘯𝘵𝘰𝘴. "