cap 2 | 𝙁𝙪𝙚𝙜𝙤𝙨 𝘼𝙧𝙩𝙞𝙛𝙞𝙘𝙞𝙖𝙡𝙚𝙨

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Otro aburrido día, con la mala suerte de comenzar la jornada escolar la tediosa clase historia, seguida por literatura y actualmente matemática. Con tantas fracciones, cálculos combinados y logarítmicas, no pudo evitar hacerse la gran pregunta ¿De que le serviría saber cual es el valor de la "x" en una situación de vida o muerte?

─Señorita Amai

Levanto la vista de su celular, dejo de lado el juego que tanto llevaba intentando ganar y se encontró directamente con la amenazante mirada del profesor, joven y con una envidiable cara bonita, por el que todas sus compañeras lloraban. A decir verdad, peor que perros en celo.

─Parece que ya ha entendido el tema ─Enfatiza el teléfono en su mano─ ¿Por que no hace una demostración en el pizarron?

─Seguro ─Respondio, poniéndose de pie y enfrentando el intento de humillación.

En lugar de guardarlo en su bolso, solo lo deja dentro del bolsillo, paso por los bancos de todas las que la miraron con resentimiento y, con "Won't Bite" sonando a todo volumen en sus audífonos, tomo la tiza. Frente ella, en el incipido espacio de plástico y cartón repleto de anotaciones y números, lo analizó profundamente con su debido tiempo. Ni el propio docente había empezado a resolver una cuenta de tal grado.

Raíces, ecuaciones, potencias, quien sabe cuántas "x", letras mezcladas entre números y más cosas difíciles.

A grandes rasgos, era como ver una partitura con notas sueltas que juntas suenan como el asco, solo hacia falta reordenarlas. Así que con la mirada de más de treinta personas en su nuca, que por si fuera poco no podían entender como ya lo había resuelto en cuestión de un instante,  le dio fin al absurdo movimiento por hacerla quedar mal.

─¿Puedo sentarme? ─Dejo la tiza en su lugar y miro al mayor, boquiabierto.

─S-Si... ─Asintio, cohibido.

Dio media vuelta de regreso a su silla, orgullosa de su cerebro y capacidad, ahora es Hebi quien se disponía a dar cada paso con una enorme sonrisa de burla hacia sus compañeros. No hay nada mejor que él insuperable sentimiento de cerrarle la boca a alguien.

Poco antes de retomar su asiento y disponer de regresos sus ojos a su celular, este empieza a vibrar un por de veces. Un mensaje de Line enviado por Mikey. Que raro es verlo escribir a estás horas de la mañana.

"Ven a XXX, daremos un paseo"

Si ponemos en la balanza el peso de ambas prioridades; Seguir con la dichosa clase de repaso de matemática o ver qué se trae entre manos su escurridizo amigo ¿Que obtendría más peso? Para cualquiera, las clases serían una suma prioridad, pero como ya menciono, siendo de repaso no son tan necesarias. ¿Así que que podría salir mal? La duda iba hacia Mikey, nunca se sabe que sorpresa se puede esperar de él.

─ ¡Mis disculpas, debo irme! ─Da aviso, interrumpiendo una segunda vez la reunión.

─ ¡¿Ah?! ¡Amai, ¿Donde-

Así que tomo su bolso, metió sus libros dentro y solo saco las llaves del candado de su bicicleta, dejo su celular en su bolsillo y con todo el descaro posible, ajena ya a los gritos que llamaban a su nombre, y se escapo de clases sin miedo alguno a las consecuencias. Todos se asomaron por la ventana que daba hacia el pasillo a ver hacia donde se marchaba, pero solo la vieron esfumarse entre las escaleras con prisa.

[•••]

Con más de diez minutos de demora, no hubo un solo segundo en el que no maldijera a Sano Manjiro. De solo haber visto con más detenimiento a dónde rayos la cito, lo habría reconsiderado una diez veces al menos, porque por lo que le dijeron las últimas diez personas a las que le pregunto por el lugar, se trataba de un estúpido instituto que quedaba literalmente al otro lado de la ciudad. No se le ocurría una razón de que hacían allí, pero como ya llevaba la mitad de camino completo, no había marcha atrás. Sus piernas dolían con tan solo hacer un ridículo giro, porque vaya que odiaba moverse tan innecesariamente hasta un lugar que ni siquiera sabía que existía.

" 𝙅𝙪𝘯𝘵𝘰𝘴 " ─ Tokyo Revengers [ reescrita ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora