PRÓLOGO

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  • Dedicado a Nuestros padres Juan y Dulce Nict
                                    

Prólogo

Estoy jugando con mi gran hermano Bolt a las atrapadas, ya sé que eso es muy infantil pero ¿qué esperan? Yo apenas tengo 12 y Bolt 10, y como aclaración Bolt no es mi hermano de sangre, pero él siempre ha estado conmigo y nos tratamos como tal, no porque nos llevemos siempre bien y todas esas cursilerías que dice la gente, sino porque él y yo tenemos ratos malos y buenos, pero sobre todo discutimos como hermanos.

Finalmente algo aburridos decidimos ir a la casa de Kean, mi amigo que no conocía un cómic ni a los superhéroes. Sí, no sabía de su existencia y vamos todo el camino hacia su casa hablando de eso, hasta que llegamos. Tocamos la puerta y abre Kean.

-Hola, persona ignorante a los superhéroes y cómics. -me burlo y comienzo a carcajearme.

- Yo no tengo la culpa de que mis amigos no me enseñen de esas cosas raras, por cierto son divertidas... -comienza a hablar rápidamente como todo un obsesionado por los cómics.

-Me parece que cometí un grandísimo error la semana pasada al enseñarte "esas cosas" tengo el presentimiento de que en algún futuro te obsesionarás con esas irrealidades -pongo los ojos en blanco. -Mejor juguemos o hablemos de algo en vez de perder el tiempo en un debate como estos- les sugiero, en eso entramos a su casa y cuando estamos a punto de entrar en su habitación somos interrumpidos por el repentino ruido causado por el padre de Kean al azotar la puerta, lo que me sorprende ya que el para empezar solo viene los sábados y no es nada violento, entonces nos dirigimos inmediatamente a la puerta principal, el padre de Kean luce demasiado agitado y alterado. Todos permanecemos algunos segundos en silencio hasta que Bolt interviene.

- Pero... ¿qué ha pasado señor? Se ve algo agotado, además no creo que sea conveniente andar con armas así como así, mire yo sé que su hijo no es el mejor, pero acaba de conocer algo con lo que se entretendrá y le juro que ya no lo molestará y si Kean hizo algo mal, castíguelo, es malo recurrir a eso -el padre de Kean da un profundo respiro, suelta una risilla ahogada, sonríe a la vez que sus ojos se humedecen.

Creo que algo sucede, pero no logro entender qué, tal vez se acaba de desatar una cuarta guerra mundial. Después de la tercera -que por cierto, no fue totalmente mundial, sino más bien provocada por un país, o eso es lo que dicen los libros de historia- fue hace ciento treinta años que empezó y terminó con un tratado de paz, en el año 2060, donde se acordaba la prohibición del uso y creación de armas nucleares, se deshicieron de las existentes y su uso como combustible se redujo por el invento del mexicano Pedro Ramírez, que se basaba en el uso de agua contaminada con una sustancia llamada dymeirón; algo inesperado pero funcionó un tiempo y desde entonces el mundo no ha tenido grandes problemas. Han surgido vacunas contra una gran cantidad de virus... pero en fin. El papá de Kean está muy alterado.

-Bolt, lamentablemente esto no es un juego, esta vez estamos siendo atacados, así que salgan por la puerta de atrás y vayan con Bill y... - Dice el papá de Kean

-¡No piensen que me voy a quedar como si nada, definitivamente yo iré a luchar, no esperen que me quede con los brazos cruzados y jugando a las Barbies, ni voy a vivir con un obsesionado con los laboratorios y esas cosas de nerds, mientras unos soldaditos intentan acabar con el lugar en donde vivimos y también quieren destruir mis videojuegos, eh!

Ese niño es un tonto. Le diría que ni siquiera me gana en una carrera pero en realidad sí, es el más pequeño de los tres pero vaya que es rápido, también me gana en fuercitas y en saltos pero en los videojuegos soy un poco mejor, tal vez no lo aplasto, pero sí le gano casi siempre.

- ¡Tienes diez años!- le grito a Bolt.

-Mira Bolt, yo sé que eres muy valiente - Dice el papá de Kean, tomando la cabeza de Bolt, que frunce el ceño -por eso te estoy mandando a casa de Bill - y antes de que Bolt pudiera emitir sonido alguno le entrega 2 cajas- te voy a encargar que cuides a mi hijo y al hijo del señor Niberu, además tendrás que entregarle estas 2 cajas a Bill, son muy importantes y es urgente que se las des, por favor sería una gran ayuda para la humanidad-

-Lo ven, puedo ser el salvador de la nación- Nos presume Bolt mientras alza una ceja.

Al instante Bolt sale disparado como si no hubiera un mañana gritando que es un héroe mientras que Kean y yo íbamos calmados, pero en eso su padre lo toma del brazo y le da un gran abrazo, pareciera que no lo va a volver a ver.

-Te quiero, hijo- pronuncia y lo abraza todavía más fuerte que antes -Se cuidan, escóndanse bien con Bill y mantengan a Bolt callado. Para que no diga incoherencias - esboza una pequeña sonrisa mientras Kean y yo salimos caminando hacia la casa de Bill.

¡¿Qué estará pasando?! No dejo de cuestionarme, pues no se me ocurre nada ya que se supone que había un consenso y me preocupa cuánto tiempo estaremos escondidos, espero que Bill nos de una buena explicación a la situación.

SumisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora