Capítulo 38

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Capítulo 38

Dos días, eso fue lo que le concedió Sasuke a Harry para que se recuperara del ataque verbal sufrido por parte de Naruto. Dos días en los que los Harry se quedó encerrado en el Barrio Uchiha junto a Orión, Kei y Sasuke.

Al tercer día, Sasuke obligó a Harry a que mandara un mensaje a Tsunade, para que fuese pedir una cita con ella en su consultorio privado.

Harry todavía no quería hablar con nadie, así que se encargó de tener bien localizados los chakras de todos, para así evitar encontrarlos por el camino.

Al llegar al hospital, suspiró aliviado al asegurarse de que Sakura no estaba ahí.

Harry y Sasuke fueron directamente hacia el consultorio de la Sannin.

Entraron al despacho tras recibir el permiso.

-Buenos días, Harry. Sasuke -la mujer estaba sorprendida-. ¿Qué haces aquí?

-Es él quien ha insistido en que pidiese una cita contigo -admitió Harry, dejando a su ahijado y zorro sentados en una de las sillas que estaban frente al escritorio de la Kunoichi.

-Harry, no te hace falta concertar una cita para verme, aunque me alegra que lo hayas hecho. Verás Kakashi y yo queríamos pedirte perdón.

-Es lo mínimo que pueden hacer -dijo el Uchiha de forma mordaz.

-Sasuke.

-No, el Uchiha tiene razón -dijo Tsunade-. Siento no haber cumplido con la promesa que te habíamos hecho.

-Ya no pasa nada. Lo importante es que Naruto ya sabe quiénes son sus padres.

-¿Sakura os ha contado lo que pasó?

-Más o menos. Naruto llegó al despacho furioso buscando respuestas, pero estaba tan alterado que no podía formular palabras, así que Sakura, quien lo había seguido, nos lo contó todo. De verdad que lo siento, Harry. No merecías soportar la furia de Naruto.

-Está bien, pero no estamos aquí por eso. Necesitaba verte por otro tema.

-¿Estás enfermo? -preguntó preocupada. La mujer se acercó a Harry y lo instó a sentarse en la camilla. -Sasuke, sal de aquí.

-No pienso dejar a Harry solo -fue todo lo que dijo.

-Sasuke.

-Tsunade-sama, está bien. Quiero que Sasuke que se quede y lo oiga todo.

-Bien, dime que pasa.

-Es algo complicado -Harry respiró hondo-. Hay una cualidad que tienen los magos que los ninjas o las personas sin magia no tienen. Nadie sabe cómo pasa, pero la magia nos permite a los hombres que quedemos embarazados.

Harry pudo ver la como su maestra quedaba impactada por la información.

-¿Em... embarazado?

-Si.

-Harry, tú... ¿Estás embarazado? -preguntó atando cabos del porque el mago había ido a verla.

-Si.

La mujer miró el abdomen de su pupilo. Al entender que buscaba, Harry tomó su varita, se quitó el hechizo de ocultamiento y se levantó la camiseta dejando ver su pequeña hinchazón.

Tsunade palideció al verlo e incrédula estiró la mano posándola sobre él. Subió su mirada hasta los ojos de Harry, quien le dio una pequeña sonrisa.

-¡Oh, Dios! Un bebé. ¿Estás bien? ¿El bebé está bien? ¿Cómo se te ha ocurrido aceptar que Kakashi y yo te pusiéramos a prueba en este estado? -de repente había entrado en modo médico-. Estírate y deja que os revise. -Lo obligó a estirarse y le levantó bien la camisa-. Has debido decírmelo desde un inicio.

Una petición a la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora