Capítulo 5

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Capítulo 5

Más calmadamente, Naruto guio a Harry por las tiendas consiguiendo así algunos cambios de ropa, y las armas básicas, como kunais y algunos shuriken. Por su parte, Harry insistió en comprar la comida de los dos para el resto de la semana.

-No hacía falta que compraras todo eso -dijo Naruto mirando apenado la compra que cargaba.

-Es lo menos que puedo hacer. Me has ofrecido un lugar donde quedarme sin saber cuánto tiempo me voy a quedar. Si no fuese por ti, a saber, donde me habría metido la Hokage.

-La vieja Tsunade puede parecer muy estricta, pero es una buena persona. Estoy seguro de que te habría buscado un buen lugar.

-Confiaré en tu palabra. Oye, ¿por qué la llamas vieja? Se que es mayor que nosotros, pero tampoco es tan mayor como para ser llamada vieja.

-Qué no te engañe su aspecto, todo es parte de un Jutsu -le avisó-. En realidad, tiene más de 50 años.

-¿Qué? -Harry estaba boquiabierto-. Me estás mintiendo, no puede ser.

-Todo es verdad, lo juro. Ella estuvo en el mismo equipo que el ermitaño pervertido.

-¿El ermitaño pervertido? -Harry quedó descolocado por ese sobrenombre.

-Así llamo yo a mi maestro, Jiraya-sensei -le aclaró-. Más o menos, los últimos 3 años los he pasado viajando y entrenando con él. Gracias a eso soy mucho más fuerte.

-Creí que Kakashi-sensei era el que estaba a cargo de tu formación.

-Si, pero pasaron cosas y he acabado viajando con Jiraya-sensei. -Repentinamente, el ánimo de Naruto decayó al recordar la marcha de Sasuke. -Es como con Sakura. Es parte del equipo 7, pero Tsunade es su maestra en el campo médico -intentó acararle.

Notando el cambio en el ánimo del rubio, Harry intentó cambiar de tema.

-¿Entonces Tsunade-sama es tan mayor?

-¿Eh? -Naruto miró a Harry, pero este caminaba mirando hacia delante. Sonrió agradecido-. Si. Ya estamos llegando, vivo en este edificio.

Harry miró hacia donde indicaba Naruto y se sorprendió por lo antiguo que se veía el edificio, pero no dijo nada. Siguió a Naruto por las escaleras hasta que llegaron a su departamento. Naruto abrió la puerta y los dos entraron.

El rubio estaba nervioso y algo avergonzado cuando Harry miraba al rededor el estado de desorden de su vivienda. Era pequeña y Sasuke tenía razón al decir que era un desastre.

Tras volver de su viaje, Naruto había retomado sus viejos hábitos. En varias partes de la casa, había potes de ramen vacíos, platos usados, ropa tirada, algunas pilas de papel que debían tirarse; se notaba que los muebles necesitaban ser limpiados del polvo.

-Se que es un poco pequeña, pero es mía -intentó sentirse un poco un poco mejor con la situación.

Harry se giró hacia él y le sonrió.

-No está tan mal. Por lo que había dicho Sasuke y por como actuabas me habíais hecho tener miedo -bromeó intentando que su nuevo amigo no estuviera avergonzado-. He vivido en espacios más pequeños que este. Y te aseguro que si no fuese por mí, la casa de mis tíos estaría en un estado mucho peor que lo que Sasuke y tú me habéis hecho imaginar.

Tras esas palabras, Naruto pudo relajarse. Su casa era un desastre, pero Harry no se burlaba de él.

-Se que debes estar cansado, pues acabas de salir del hospital...

-Tenemos toda la tarde para limpiar -lo tranquilizó Harry-. Comamos los onigiris que hemos traído y nos ponemos a limpiar.

Naruto asintió y empezó a despejar la única mesa que había en la casa, antes de preparar un poco de té. Por su parte, Harry dejó cerca de la mesa, las bolsas con sus cosas y rebuscó en las bolsas de comestibles que previamente su amigo había dejado sobre la mesa. Sacó los triángulos de arroz que Naruto le había dicho que estaban buenos y se sentó a esperar a que el rubio trajera el té. El mismo vivía en un país, donde el té era la base de su cultura, pero jamás lo había tomado junto con la comida.

Una petición a la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora