La Reina Analía
Reino Meryl.
Los guardias me dejaron pasar a la sala donde mi padre discutía con sus subordinados.
Padre nunca me negaba el pase por más difícil que fuera el debate, lo cual a mi hacía sentir que era una de sus prioridades.
¿A quién no le iba hacer feliz eso?
Aunque debería comportarme, no podía estarme presentado cuando quisiera, pero necesitaba compralo con mis propios ojos, sino, no estaría tranquila.
Mi padre me sonrió cuando me vio, me hizo una seña para que me acercara a el, pero le hice una reverencia con una pequeña sonrisa.
A él le molestaba que lo hiciera, yo lo hacía simplemente porque no quería hacerlo quedar mal, el me decía que no tenía porque arrodillarme ante nadie, ellos eran los que tenían que hacerlo conmigo, pero el siempre iba a merecer está muestra de respetó, admiraba la labor que hacía en el Reino, cómo también lo amo por ser mi padre.
Regrese al mundo cuando escuché la voz de lo que creo es un coronel.
—Majestad, no debería consentir a su hija tanto.
Mi padre lo miro como si lo que le estuviera diciendo fuera el pecado más grande.
—Es mi hija, le daré a ella todo lo que quiera.—respondió con altivez
—Pero sí siempre le está interrumpiendo, ¿No será ella la Reina? Debería comportarse, su majestad.—dijo un señor que estaba al lado del coronel.
—¿Y? ¿No era yo un joven inexperto cuando me posicione como Rey? ¿Y mucho más rebelde que ni tenían esperanzas en que reinara bien?
— Sí, majestad, pero...
—Nada, ella siempre será una de mis prioridades, ahora salgan de la sala por favor.
Yo estaba a nada de decirle a mi padre que podía irme pero si ni siquiera me dejaba hablar.
—Pero majestad...
—He dicho que se vayan.
Le hicieron una reverencia a mi padre, cuando todos se fueron, corrí hacia mi padre cuál niña pequeña, el reía cuando me recibió.
—¿Qué pasó mi rosa?—me preguntó con cariño.
El me decía rosa, la verdad sólo lo dejaba porque era mi padre, para el la rosa porque es hermosa, pero a pesar de eso tiene con que defenderse, no una flor delicada, sus espinas la hacían ver, preciosa y letal.
Eso era para el, preciosa y letal.
—Soñe algo que tenía ver con ustedes y necesitaba ver, que sólo era eso, un sueño.
El me habló mientras caminábamos hacía la sillas altas de ahí, siempre ocupada la de mamá y padre la suya.
—¿Qué soñaste?
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Reina de la oscuridad [#1] [Saga Reinos]
Novela JuvenilLa princesa Analía Meryl era una joven muy dulce, era la hija que todos habrían deseado tener, amaba el lago cerca de el castillo, ese era su lugar especial, ahí conoció a Wilden, le parecía un joven apuesto, era muy caballeroso. Los días junto a él...