𝔽𝕚𝕟 ღ

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POV Kirishima

A duras penas logré llegar a tiempo a la mansión, a diferencia de las veces anteriores la parte de enfrente estaba llena de carros lujosos, habían algunas personas que solo había logrado ver en las revistas de espectáculos, no cabía duda que la familia Bakugo era muy importante y realmente no sabría decir si eso era bueno para mí.

Un poco más nervioso de lo usual me encaminé hacia el interior. Todo estaba perfectamente decorado, los colores negro, naranja y dorado eran los que más abundaban en las finas decoraciones.

Las personas seguían llegando, junto a chicos que parecían de mi edad, un chico con el cabello de dos colores venia junto a otros dos, uno con pelo rizado verde y otro con un color azul oscuro ¿Serán amigos de Bakugo?

A pesar de ser ya la hora establecida aún no habían señas del cumpleañero. Hasta 30 minutos después, apareció frente a todos con un hermoso traje carmesí que combinada son sus hermosos ojos. Los aplausos y felicitaciones no tardaron en llegar, pero sentí que mi corazón se paró cuando su mirada chocó con la mía y peor aun cuando se habría camino hacia mí.

-Hey cabello de mierda, es bueno que vinieras

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-Hey cabello de mierda, es bueno que vinieras. –Y su sonrisa me destrozó en ese mismo instante.

-Ba...Bakugo, te... te ves muy bien. Feliz cumpleaños –Fue lo único que pude formular frente a su mirada penetrante. Dios...

-¡Ja! Lo sé... ahora vamos, que ni de chiste me quedo en esta horrible fiesta. –Su mano tersa toco la mía llevándome a rastras con él, sinceramente no podría decir de qué color estaba mi rostro para este instante.

Llegamos al patio trasero, era muy bello pero realmente no podía quitar mi atención del chico frente a mí.

-La vieja bruja siempre hace lo mismo, invita a todos esos viejos estirados que traen a sus odiosos hijos para ser "Amigos" que molestia. –Dijo Bakugo mientras tomaba asiento en una de bancas del lugar.

-¿Ellos no son tus amigos?

-Por supuesto que no, son solo unos extras ¡En especial en imbécil de Deku!

-Jajaja te haría bien hacer amigos.

-Co-como sea –Dijo desviando la mirada al suelo ¿Dije algo malo?

POV Katsuki

Mierda, se mira tan tierno cuando sonríe pero se ve más lindo cuando se sonroja. Inconscientemente llevé mi mano a acariciar la mano con la que había sostenido la suya.

Ambos nos quedamos en silencio por unos cuantos instantes hasta que poco a poco él empezó a hablar y yo le seguí. Él siempre sabía que decir, decía idioteces pero a veces hablábamos de temas muy interesantes para mí.

-¿Tu estudias algo en especial? –Fue uno de los temas que tocamos.

-Ahora estoy estudiando gastronomía, luego pienso estudiar otra cosa pero aún no me decido.

-Oh, que interesante. Yo estudio artes visuales.

-Por eso trabajas pintando, mmm creo que lo veía venir.

-Si pero a veces trabajo de medio tiempo en el restaurante de Fatgum, imagino que has oído sobre él.

-Sí, he ido un par de veces.

La plática siguió hasta que la bruja nos vino a avisar que ya era hora de descubrir la pintura. En realidad que quería verla.

POV Kirishima

Ambos fuimos hacia la sala donde enfrente a la chimenea (Apagada) estaba la pintura, sentí mis manos sudar pero mi corazón se paró al momento en que descubrieron la pintura... esa pintura no era ¡Esa pintura no tenía por qué estar aquí!

Un silencio se expandió por toda la sala y podía jurar haber visto como los ojos de Katsuki se abrieron un poco más. Cuando salí de la impresión sentí como mis piernas se movieron solas hacia la salida, y una vez fuera corrí con todas mis fuerzas... la había cagado.

Días más tarde-----

No había podido dejar de culparme mientras miraba la pintura que debería de estar en aquella mansión y no esta. ¿Había acabado con mi carrera?, ¿Bakugo me odiará?, ¿La había cagado? Mierda la respuesta a todo ello era sí, pero debía de seguir ¿Me quedaría encerrado en mi habitación por siempre? No, eso no sería nada masculino.

Con pocas fuerzas me arregle y salí camino a el restaurante. Si había arruinado mi carrera tenía que ver cómo conseguir dinero para pagar la universidad y los gastos de la casa.

No había problema con llegar sin avisar, Fat era como un padre para mí y más de una vez había llegado a trabajar sin dar aviso alguno y ciertamente no sabía en donde había quedado mi celular.

El día no había sido pesado y ya era hora de salir, me despedí de Fat y de Tamaki, mi compañero de la universidad.

-¡Hey cabello de mierda, te fuiste sin despedir!

-Bakugo... yo

-La bruja te está buscando como loca- Y allí todo color en mi rostro se fue.

-Perdón es que yo...

-Ella no logró pagarte ¿Por qué carajo te fuiste así de la fiesta?

-Yo... hubo una equivocación, la pintura... es que

-Mierda deja de balbucear, ¿Acaso ya te han llamado para más trabajos? Muchos pidieron tu número, les encantó la pintura.

-¿Les qué?

-¿Estás sordo? Ahg les gustó la pintura... en realidad nos gustó ¡Pero te largaste!

-Yo pensé que no les gustó y que estarías molesto conmigo.

-No, no fue eso pero si estoy molesto contigo.

-¿Por qué?

-Porque tenía planeado hacer esto.

Sus labios chocaron con los míos mientras sentía como tomaba fuertemente el cuello de mi camisa. Mi corazón latía fuertemente y mis manos inquietas fueron a parar a su cabello cenizo, nuestros labios se movían torpemente a causa del nerviosismo y la inexperiencia pero podía sentir como si millones de mariposas se chocaran en las paredes de mi estómago mientras que mis mejillas alcanzaban el mismo tono que el de mi cabello.

Cuando nos separamos mis manos poco a poco bajaron a sus hombros, nuestras respiraciones alteradas y separados por apenas unos cuantos centímetros pero realmente ninguno de los dos quería separase más, nuestras miradas de un rojo intenso no podían abandonar a la otra y podía jurar ver un brillo en los de él.

-No vuelvas a irte sin despedirte.

-Bakugo... yo.

-Realmente nada me importa ahora. 

Fuera de mi alcanceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora