⪻―Volkacio Anniversary―⪼

Día 5「Cita en la feria」

Las festividades más famosas son las del invierno como pueden ser: noche buena, navidad, año nuevo y los reyes magos. Estas son los días preferidos de la gente, la mejor parte del año.

Para Volkov era una de sus favoritas, pero no por las celebraciones que habían esos días, sino por el frío clima que lo recordaba a su infancia y sobre todo de dónde provenía.

Se habían diagnosticado una fuertes nevadas para los próximos 3 días, pero como la época lo ameritaba se ponían increíbles atracciones como juegos mecánicos, bazares de ropa, regalos, comida; entre otras cosas. Horacio esperaba esta época para llevar a su amado a la feria. Sería una primera cita rodeada de atracciones que después probarían una a una.

Estás ferias eran famosas entre las personas de la ciudad porque eran limitadas, alrededor de mil boletos salían al día, pero se agotaban una vez puestas disponible. Horacio refrescaba la página para la compra de dos boletos, estaba tan nervioso que se quedó hundido en sus pensamientos del cómo sería su cita en ese lugar tan "prestigioso".

Había estado ahí una vez con Gustabo en su infancia, se habían colado por las grandes rejas de seguridad. Entendió porque el lugar era tan limitado, pues todos los espacios que ahí estaban eran increíbles, horas después los descubrieron y los echaron, pero la imagen de ese precioso lugar nunca la olvidó. Lo recordaba con tanta nostalgia porque aquel par de niños años atrás no lograban conseguir boletos o no les alcanzaba el dinero.

En cuanto regreso a la realidad, reinicio la página que está a su vez mostraba como los boletos que no llevaban ni 15 minutos disponibles se habían agotado. El gran "Tickets sold out" relucía en la pantalla.

El de cresta se puso pálido como si acabará de ver un fantasma, reviso los otros cuatro días que estarían abriendo las puertas y también se encontraban agotados.

Se dejo caer sobre su cama, pensando en como conseguir aquellas entradas lo más probable es que estén siendo vendidas al doble de precio en internet, eran épocas fuertes para el turismo y también una forma fácil de ganar dinero.

Por su parte Volkov había pensado el llevar a su novio a un sitio diferente, pensó directamente en aquella feria que se abría una vez al año una semana. Esta vez se acortaría el plazo de abrir sus puertas, pues las fuertes nevadas caerían y este parque tendría que cerrar por seguridad.

Sabía que conseguir esas entradas era complicado. Al estar patrullando había conocido a un par de personas y por fortuna conocía a uno de los dueños de aquel parque, a veces patrullaba la zona y cuidaba de este.

—¿Si? —se escuchaba al otro lado de la línea

—Soy Volkov, ¿Qué tal estás?

—Eeeeh Volkov, tío ¿Cómo estás? —la otra voz se escuchaba alegré

—Muy bien Liam, que bueno es saber de nuevo de ti ¿Ya estás por la ciudad?

—Sí, si ya estoy aquí, la apertura es pronto y espero tenerte por aquí, haces mucho por este lugar así que ya sabes.

—Muchas gracias, ahí estaré.

—Me voy que tengo que administrar algunas cosas, pásate para darte un par de entradas. Siempre es bueno saber de ti

—Me alegra saber de ti, claro que sí, en cuanto salga de servicio nos vemos. —y colgó, estaba aliviado porque no había tenido que pedir ningún favor. En media hora más saldría de servicio, así que aprovechó el tiempo patrullando.

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Aquella feria sí que era bonita, las luces de la ciudad eran opacadas por todas aquellas.

—Aquí tienes, eres siempre bienvenido aquí. Trae a una chica linda contigo y disfruta de esto —«Aja, una chica» pensaba. Le entrego un par de boletos con acceso a todas las atracciones para los cuatro días, lo demás fue historia, subió a su auto y se dirigió a casa de su novio para darle la sorpresa, no quería esperar más.

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Hola, estoy afuera ¿Podrías salir un momento?

Dirigió la mirada a la ventana del cuarto de su amando y las luces de esta se encendieron y seguido de esto el chico de la cresta asomo. Volkov con una sonrisa levanto una bolsa con lo que parecía ser la cena. El de cresta se miró al espejo acomodándose la ropa y la cresta, bajo las escaleras y las ultimas de un salto.

—Viktor cariño, te eche mucho de menos —se abrazo a él y este le correspondió al instante sin antes besar su frente—. ¿Todo bien en el trabajo?

—Sí y como me fue tan bien quise traerte esto —le tendió el bolso y este lo abrió de inmediato, en esta había pasta con camarones y una botella de vino.

—¿Quieres quedarte hoy? No me molestaría si decides hacerlo.

—Sí, yo me quedaría contigo siempre.

Después de la cena Volkov le invito aquella feria que para Horacio había sido un sueño desde pequeño y la cual no pudo conseguir entradas, este acepto contento.

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Cuando Horacio despertó su novio ya no estaba, pero se verían para ir juntos aquel lugar. El día se fue lento para él, pero para Volkov trascurrió más rápido a causa de su trabajo. Directamente se fue a su casa para poder limpiarse un poco y después recoger a su pareja.

La noche había caído sobre la ciudad y todas aquellas luces navideñas resplandecían en esta, cuando se encontraron de nuevo sus corazones parecían estar conectados pues comenzaron a latir con rapidez tan solo verse.

Llegaron aquel lugar tomados de la mano y a pesar de estar lleno de coloridas luces Volkov solo notaba la de Horacio, era él, el que más resplandecía en aquel lugar.

Liam a lo lejos observo a Volkov de la mano de otro hombre, este se sorprendió por aquello, pero no le molesto en absoluto, se acercó a ellos y les deseo una increíble velada.

Probaron un par de juegos en los cuales se divertían mucho, al ruso en otro momento no se le hubiera pasado por la cabeza el subirse a juegos mecánicos que lograba ponerlos de cabeza o marearlos, pero desde que había conocido a Horacio todas sus perspectivas habían cambiado y por eso es que esa noche la disfruto como nunca.

En una de las atracciones que pedían derribar con una escopeta de balines ciertas figuras para ganar premios, Volkov la jugo tras ver a Horacio mirar un peluche con tanta ilusión, y este al tener buena puntería gracias a su trabajo lo gano, para él, para poder observar su brillo de cerca.

Cuando llegaron a la noria sabía que era momento de expresar todos aquellos sentimientos. Subieron y al estar en la cima de esta observaron la ciudad, Horacio tenía un brillo tan inocente como cualquier niño con juguete nuevo, tomo su mano y este lo miro.

—Horacio, tengo que confesar que nunca había compartido algo tan especial como todo lo que está pasando hoy. Es increíble como los días son mejores desde que estoy contigo y quiero que estos comiencen a tu lado ¿Te gustaría vivir conmigo?

Y como si todo hubiera estado planeado, los fuegos artificiales se hicieron notar en el cielo, Horacio se abalanzo sobre él y junto sus labios.

—No sabes cuánto esperado este momento, quiero que al empezar el día estés tú y cuando la luna se meta, sigas ahí, a mi lado.