Día 15「Sirenas/Tritones」

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Día 15 Sirenas / Tritones

Poseidón el rey del océano concibe un hijo (Horacio) con Anfitrite, describida por los demás como una ninfa maravillosa.

Zeus en su reino quiere casar a su hija Hebe con un Dios de fuerza ilimitada, Volkov aquel que fue concebido por Alcmena y Anfitrión.

-Cabe destacar que tuve que cambiar un poquito la mitología griega para evitar el vínculo familiar jajaja y si me la tuve que leer para poder hacerlo con las expectativas que deseaba :3-

El día de la marea baja se acercaba, todos los tritones y sirenas de Atlantis esperaban este día cada año, la oportunidad de ser eternos y sobre todo ser amados.

Esto funcionaba de la siguiente manera: Poseidón cada año bajaba la marea para que su población más joven (100 o 200 años) emergieran al mar esto lo hacía por un mes, cada día por 2 horas, en esas dos horas estas criaturas debían encontrar a un humano que los amase para así conseguir la eternidad, si en este mes no encontraban a esa persona, estos se convertían en espuma de mar. No era obligatorio hacerlo, pero las sirenas y tritones querían ser eternos a pesar de vivir 300 años y mantener su belleza.

Tenían que ser amados por humanos para ser eternos, pero estos tenían la opción no amarlos a ellos de hecho tritones y sirenas se procrean y se aman entre sí.

Anfitrite se adentraba a la habitación de su amado hijo, sabía que él amaba el espectáculo de la marea baja.

—Cariño es hora, debes prepararte para ver el espectáculo de la marea, tu padre está muy contento.

—¿Por qué yo no puedo participar? —se sentó sobre una silla de oro reluciente—. Ya tengo 150 años, quiero conocer a alguien que me ame.

—Pero tú eres eterno, no necesitas a alguien del exterior, necesitas a una sirena para tomar el trono y ayudar a tu padre.

Horacio sin rechistar siguió a su madre hasta donde se reunían todas las demás criaturas a la espera del rey.

Cuando el espectáculo inició, Poseidón con su poderoso tridente agitó los mares y las olas para que la marea bajara, Anfitrite asignó a un par de guardas para cuidar de su hijo en caso de haber peligro, entonces tritones y sirenas comenzaron a nadar a la superficie para conocer a sus amados.


—Pase por aquí, Zeus lo espera. —Volkov se adentraba aquel palacio en los cielos, sabía que había nacido para ser unido en matrimonio con Hede, sus padres y los de ella eran muy cercanos por lo que desde pequeños fueron comprometidos.

Hede la diosa de la juventud y Volkov Dios de la fuerza.

Habían crecido juntos por lo que Hede estaba enamorada de él, sin embargo él vivía enamorado de aquella criatura del mar, del reino del tío de su prometida.

Cada año observaba a Horacio desde el cielo, apreciaba el espectáculo entre mortales y criaturas. Cada año durante un mes lo observaba.

—Volkov, ven hijo. Ahora que serás esposo de mí amada hija y que serás el padre de mis futuros nietos, quiero llevarte a conocer los reinos de mis hermanos y ampliar tus conocimientos. Empezaremos con Poseidón, en estos días hay eventos increíbles —salieron de aquella habitación para empezar a caminar por un jardín impresionante de rosas blancas, sabía que le iría bien casarse con Hebe.

Zeus había preparado todo para dirigirse con Poseidón, le tenía un cariño importante a Volkov por lo que lo llevo a Atlantis. Llegaron disparados de un rayo que pego el mar con una fuerza que podría matar pueblos enteros de los mortales.

Zeus y Volkov llegaron a ese impresionante lugar, en lo más profundo del mar una ciudad enorme con edificios dorados desde donde se podría observar a las criaturas marinas de las profundidades en todo su esplendor.

Fueron recibidos por la multitud de gente, apreciaban a todo aquel que tuviera relación con Poseidón. Dentro de aquel palacio era esperando por su hermano, su esposa e hijo.

El corazón de Volkov dio un vuelco, latiendo a mil por hora al ver a Horacio acercarse. Muchos estarían nerviosos al tener a Poseidón, su esposa e hijo o a Zeus frente a ellos, pero la causa de que su corazón latiera de esa forma era por Horacio, el primo de su prometida.

Sabía que no era normal que aquel chico no conviviera con los mortales y sobre todo estuviese rodeado de guardias, pensaba que probablemente era uno más de la clase alta, pero no que fuese hijo del rey del mar. Cuando se presentaron Horacio no le quitó la mirada de encima, eso lo hacía sentir incómodo, pero no sé mostró indiferente. Poseidón le pidió a su hijo que llevase a conocer Atlantis al nuevo integrante de la familia, este asintió y lo guio, le mostro en su mayoría el palacio.

—Y bueno lo mismo de todo en el palacio ¿Quieres salir de aquí? Hay cosas más divertidas —el peligris asintió con una sonrisa en la cara y Horacio se la devolvió—. Ven tendremos que salir por aquí sino queremos guardias —se adentraron por la cocina explicando cómo estaba conformada para despistar a los demás y al no estar vigilados por nadie salieron por la puerta trasera.

Recorrieron los mejores lugares de Atlantis escurriéndose por lugares donde los guardias no pudieran verlos, se comportaban como pequeños tritones, nadando de un lado otro siendo perseguidos por guardas para su cuidado, se adentraron a un callejón para tomar aire.

El silencio se hizo primero acompañado de las respiraciones entre cortadas y después las risas.

Sus miradas parecieron echar chispas cuando se encontraron, Horacio desvió la mirada de golpe, sentía arder la cara.

—Debo preguntarte algo y espero que seas honesto, dime ¿Tu eres el que me observaba desde el cielo? Es que te he visto por años. —el peligris se había quedado sin respiración a causa de la pregunta «¿A caso me ha visto?» se preguntaba a si mismo con cierto pánico.

—La verdad es que si, te he observado por años, no sabría decir por cuántos exactamente, pero si han sido los suficientes.

Horacio no espero tanta honestidad de su parte

—¿Pero porque a mí?

—Creo saber el porqué, pero aún estoy descubriendo de que se trata. —desvió la mirada aquellas criaturas que nadaban tranquilamente por su lado—. Me siento atraído por ti, creo que más bien me gustas o puede que esté enamorado, te juro que mi corazón late con más fuerza cuando te siento cerca, siento que se podría salir —coloco su mano sobre su pecho con los ojos cerrados, la mano del moreno sobre su pecho aceleró una vez se más su latir, él también quería saber cómo se sentía.

—Así que así se siente ser amado, he visto sirenas y tritones amándose sin aceptar la eternidad y no entendía el porqué. Ahora comprendo esto. —se deslizó por la pared dejándose caer—. Mi madre dice que si amas a alguien sea como o quien sea no debes avergonzarte. Estoy feliz de que alguien me amé, lo busque por años y tú me lo diste, gracias.

—Yo no amo a Hebe, lo descubrí el día que vi tus ojos en la lejanía, miraste el cielo y supongo que fue porque me viste, pero desde ahí siento amarte. —suspiro—. Y sé que esto no es posible, pero tampoco imposible. Quiero estar contigo.

El silencio se hizo de nuevo y al no tener respuesta por parte de Horacio, comprendió que eso no podría ser.

—Yo... Quiero intentarlo pero tenemos un gran problema. Mi tío y mi padre, sabes que es imposible llevarles la contraría. A menos de que escapemos, nos encontrarán pero podemos intentarlo. —la seguridad de las palabras del moreno le hizo tener el valor de acercar tanto su rostro para poder juntar sus labios.

Horacio sabía que el haber aceptado aquel beso que estaba desafiando a su padre, pero también sabía que ahí, en esos labios y esos brazos que lo rodearon después podrían ser su felicidad.

Disculpen el atraso, pero la escuela me quema el foquito de la cabeza ): 

⪻―Volkacio Anniversary―⪼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora