Era de noche, Nat se encontraba sentada en una pequeña silla que se estaba en el jardín de su casa.
Miraba el cielo y respiraba profundamente mientras acariciaba su creciente vientre.
-Cómo quisiera verte de nuevo mi amado James, ojala nunca te hubieras ido- Unas lágrimas corrieron por sus mejillas, cerro sus ojos claros y unas manos se posaron sobre sus hombros provocando que diera un pequeño brinco. -¡Madre!
-Hija, perdón- Respondió la mujer mayor mientras colocaba una suave manta sobre el cuerpo de su hija - Es tarde ya, pensé que estabas durmiendo además hace mucho frío- Se sentó a lado de ella.
-Lo se madre pero, no puedo dormir, no he conciliado el sueño desde... desde aquella carta que recibí, solo de pensar en todo mi corazón me duele.
- Entiendo hija pero, debes estar tranquila no solo por tu bien; sino también por el bebé, no quiero que estén mal, tienes pocos meses y aún puede ser riesgoso.
- Si, tienes razón pero ya nada más tiene sentido, me hace tanta falta James. Por cierto, ¿Steve ha enviado algo?
Su madre negó mientras tomaba la mano de su hija. Tampoco hay noticias de Steve, él no ha escrito nada.
- Espero que él esté bien, me dolería ahora perder a nuestro amigo.
- Estoy segura que estará bien, tranquila mi niña, vamos ahora a dormir, mañana llegará tu padre, no quiero que te vea triste.
Nat sonrió y entró de nuevo a su casa hasta su habitación en donde logró conciliar el sueño en compañía de su madre.
Por la mañana Steve y el general salieron en búsqueda de James. Los ataques en esa zona habían cesado, por lo tanto aprovecharon ese momento para adentrarse a lo más profundo del bosque.
Su guía era un ya desgastado mapa, el cual indicaba las zonas más difíciles de encontrar.
Caminaron por horas y parecía que solo lo hacían en círculos. Steve sentía que no avanzaban.
- General, ¿no cree que ya pasamos por aquí? -
- No Steve, confía en mi. Estamos en un bosque pero aquí encontré un par de cuevas hacia el sur así que vamos bien.
La noche anunciaba su llegada con la aparición de la luna, ambos estaban más que agotados pero si algo caracterizaba a Steve era que él a pesar de la situación no se daba por vencido.
Ya la luna alumbraba con mayor intensidad y la oscura capa los cubrió cuando se detuvieron justo en la entrada de una enorme cueva.
- Es aquí, lo ves no estuvimos caminando en círculos, entremos con mucho cuidado -
Steve asintió y sacó su arma, ambos entraron con cuidado a aquella cueva. Lo primero que sintieron fue un frió que les caló hasta los huesos. Poco a poco avanzaron a lo mas profundo y el aroma a humedad se hacía más intenso, pudieron notar como de las rocosas paredes brotaba agua formando en el suelo un charco.
El general notó algunos objetos en el suelo, le parecían familiares. Con la antorcha que tenían para alumbrar su camino la acercó y sujetó con la otra mano esos objetos. Se sorprendió al tener una de las insignias de su tropa y la funda de una arma.
- No puede ser - Exclamó el general y Steve se sorprendió al escucharle.
-¿Qué ocurre? - Se acerca rápidamente
- Cuidado, no hagas ruido, aquí estuvo alguien de los nuestros.
Los ojos de Steve se abrieron de sorpresa y con su arma apuntaba a todos lados supervisando que nadie estuviera ahí.
- Tenemos que buscar bien - Dijo Steve
Estamos ya en lo más profundo de esta cueva, lo mejor será salir de aquí y buscar por otro lado
- ¿Crees que esto le pertenezca a ... ?
- No lo se Steve, debemos de averiguarlo pronto.
Los dos visualizaron el lugar y estar seguros de que nadie se encontraba ahí, sólo pudieron percatarse de unos rastros de sangre que formaban un camino hasta salida de la cueva.
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At The Beginning
FanfictionCada día era eterno, contaba las horas para volver a verte. Fuimos separados de una manera tan absurda y lo único que más deseaba era tenerte de nuevo a mi lado y saber que estabas bien. Pero, ¿sería eso posible ? ¿estaremos juntos de nuevo? o ¿tend...