Junghope_UNEXPECTED🐺

🐺XV🐺"G"🐺

Jungkook extendió una manta sobre Hoseok mientras dormía tranquilamente en la silla, su cara suave como si descansara bien. Pasando los dedos por los mechones plumosos del hombre, no quería dejar de tocarlo. La forma en que Hoseok lo había mirado en la habitación de ese motel cuando lo había visto lleno de barro; Había visto la necesidad y la lujuria en los ojos del hombre, perfumado el débil interés carnal.

El hecho de que se sintiera físicamente atraído por él no significaba que Hoseok quisiera vivir con él. Era improbable que una vez que la realidad lo golpeara, él resintiera a Jungkook por lo que había hecho.

Aún así, tuvo tiempo con el rubio y estaba decidido a disfrutarlo. Él aceptaría lo que sea que estuviera dispuesto a dar. Era extraño que un pequeño híbrido pudiera hacer que Jungkook se sintiera tan solo en su soledad. No fue fácil vivir solo y lejos de la gente, pero Jung lo hizo desear alguien con quien compartir su vida.

Cuidadosamente, arrastró un solo dedo por la mejilla del menor. Estaba contento de que su Omega estuviera a salvo e ileso.

Había llegado a Hoseok justo a tiempo, pero había estado demasiado cerca para su gusto. La batalla había sido breve y para sorpresa de Jungkook, Hiroto había sido el primero en retroceder, había querido perseguirlo y acabar con él, pero sabía que su hermano era astuto.

No se permitiría separarse del menor. Estaba seguro de que Hiroto no había venido intencionalmente a buscarlo: su cabaña estaba cerca del territorio original de Blackwood. ¿Qué pasaría si Hiroto hubiera traído a la manada a su casa?

Sus ojos se posaron en los labios regordetes del hombre. Quería probarlos de nuevo con tanta fuerza que pensó que el dolor en su corazón nunca desaparecería. Levantándose a su altura, se obligó a sí mismo a dejar que Hoseok durmiera. No podía permitirse el lujo de dejarse apegar. Mantendría su promesa de cuidar al macho y al cachorro si el rubio decidiera tenerlo en sus vidas.

Una sacudida de dolor recorrió su cuello y se frotó las cicatrices. Sabía que era una incomodidad, pero la preocupación era muy real. Al menos estaban a salvo en la burbuja protectora.

Hoseok se movió y comenzó a roncar, provocando una sonrisa en Jungkook. Probablemente Hiroto había olido el aroma del omega, era lo único que tenía sentido.

Hizo una nota mental para ponerse en contacto con Yoongi más tarde y ver si había oído algo de su hermano.

Jungkook dejó dormir al omega e hizo la tarea de hacer un inventario. La despensa estaba llena de comida, y él tenía todas las hierbas para preparar galones del té que nutrirían a Hoseok durante el embarazo.

Pensó en cómo podría hacerlo menos asqueroso: ¿canela? ¿Manzanilla? Hurgando en el estante de especias, recogió una variedad de sabores y componentes para un té para reducir las náuseas. Al seleccionar varias especies de flores secas, concluyó que tenía todo lo que necesitaba para preparar una infusión que ayudaría al cachorro a crecer fuerte y saludable. Mirando los suministros repartidos por el mostrador, se sorprendió sonriendo como un tonto. Nunca imaginó que un día tendría a un pequeño corriendo, llenando el lugar de risas.

Tampoco se dio cuenta de lo mucho que quería que eso se convirtiera en realidad. Mirando a Hoseok, esperaba que el hombre pudiera aceptar su nueva vida. Quizás se quedaría aquí con él, no como estaban, sino como dos padres. Era lo máximo que podía desear.

Pasó a contar los suministros médicos y se dio cuenta de que no tenía idea de qué esperar con respecto a la llegada del cachorro de Hoseok.

Jungkook cerró los ojos y se concentró en los latidos del cachorro, el golpe sordo cada vez más fuerte. Quería quedarse dormido con la oreja pegada al estómago de Hoseok y escuchar ese encantador sonido.

—Jungkook —Hoseok llamó desde la silla. Estaba a su lado en un instante, buscando algún indicio de angustia.

—¿Qué pasa? ¿Tienes náuseas?

—No —contestó, mirándolo con enojo.

—Creo que ya sé la respuesta, pero ¿tienes un baño?

—Sí. Afuera —El joven gimió y alborotó su cabello. Agitó su mano en un gesto desdeñoso y se levantó, sin equilibrio, pero rápidamente se corrigió.

Jungkook lo siguió por la puerta donde Hoseok se detuvo para respirar un poco de aire fresco.

—Es tan lindo aquí afuera —comentó distraídamente y el corazón de Jungkook se disparó al ver que había complacido al varón de alguna manera pequeña. Su expresión rápidamente se agrió cuando vio la choza que servía de baño. —Supongo que no puede ser todo genial.

Hoseok comenzó a caminar y Jungkook lo siguió, sus ojos recorriendo el cuerpo del hombre.

Tenía un buen culo y su polla se sacudió como si recordara la forma en que se sentía al tenerlo estrangulando su miembro. Rezó para que Hoseok estuviera abierto a la idea de ser su pareja, pero no lo obligaría, incluso si su naturaleza alfa exigía que reclamara al omega.

—Um, me he estado limpiando el trasero desde que tenía cinco años, gracias —dijo Hoseok, con la cara arrugada por la ironía.

—Solo estoy aquí para asegurarme de que no te desmayes y... —Hoseok hizo un sonido parecido al de un lobo y cerró la puerta detrás de él.

Jungkook se rascó la barbilla, recordándole su instinto de que los omegas embarazados podían estar malhumorados.

Él podría lidiar con eso y estaba dispuesto a golpear a su orgullo. Un momento después, la voz de Hoseok cruzó la puerta.

—¡No me digas que todas estas hojas amontonadas aquí remplazan el papel higiénico! —Jungkook se mordió el labio y silenciosamente retrocedió, haciendo todo lo posible por ocultar su sonrisa.