Capítulo 2

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Con algo de vergüenza e incluso incomodidad, Carter es capaz de admitirse a sí misma que vive en un constante estado de intranquilidad, pensamientos negativos y desconfianza, aquello fue el primer paso para identificar su inestable salud mental y, luego de meses, pedir la ayuda correspondiente a un profesional. Carter supo en ese momento - y hoy está aún más segura de ello-, que a pesar del apoyo familiar que tuvo, solo un profesional podía ayudarla como ella necesitaba.

La adolescente siempre lo tuvo claro, pero realmente no pidió ayuda hasta después de su primer intento de suicidio a los catorce años debido al acoso y bullying en el ambiente académico, incluso por parte de algunos profesores que dieron incentivo a otros niños para molestarla. Aquella vez estuvo casi dos semanas hospitalizada, la cambiaron de escuela e inició su terapia con la psicóloga en Londres, semanas bastante ajetreadas para la mente intranquila de Carter y su desesperada necesidad de alejarse de toda persona que invada su espacio sin consentimiento.

La pequeña chica, en ese entonces de catorce años, durante su estadía en el hospital, también descubrió que la música es un gran acompañante en los momentos donde solo quieres callar tus pensamientos y desconectar tu mente de la realidad. Ya integrada en el mundo cinéfilo gracias a su familia, deseó probar nuevas experiencias culturales de las cuales se sintiera parte, y la música sin duda fue una de las mejores, aunque, jamás desligándose del cine, pues sus canciones favoritas normalmente eran parte del soundtrack de sus películas favoritas. Uno de los que más apreciados por ella era el de High Art, el cual, en este momento, se reproducía aleatoriamente por sus auriculares mientras su vista no se despegaba del blanco techo de su habitación.

La dramática historia de amor sáfico llegó en el momento justo a su vida, los cuestionamientos y extensas noches de insomnio llenas de preguntas sin respuestas eran parte de la cotidianidad en la vida de Carter y lo siguen siendo hasta el dia de hoy, hace poco más de cuatro años las interrogantes de su sexualidad eran parte de su rutina generando en mas de una ocasion crisis de ansiedad y mas complejos de los que ella misma es capaz de identificar, pues el acoso y bullying que desencadenó su primer intento de suicidio se debía a la mentalidad infantil y heteronormada de sus ex-compañeros que rechazaban su expresion de genero "poco femenina" y su evidente desinteres en los hombres.

Irónicamente, escuchar las canciones de una de sus películas lésbicas favoritas la tranquilizaban a pesar del constante recordatorio de su desconocida orientación sexual, con eso, su mente traidora, la llevaba a aquellos días de acoso escolar y, al mismo tiempo, creando los peores escenarios en su cabeza con quienes serian sus nuevos compañeros en senior. Aquello siendo el ejemplo vivo del constante estado de inseguridad generado por la ansiedad.

En realidad, nadie podia culparla, pues los recurrentes comentarios, las burlas, golpes e incluso encerronas en las que solo se dedicaban a acosarla la dejaron con traumas casi imposibles de superar hasta el dia de hoy. A pesar de que aquello ocurrió hace un par de años, el miedo persistente y el estado de alerta eterno en el que vive le hicieron creer que sus nuevos compañeros podian ser igual o peor que aquellos pubertos que la molestaron por mas de un año.

En el fondo, trataba de convencerse que un chico de dieciseis, casi diecisiete años, no se comporta tan infantilmente que un chico de trece o catorce años, pero su ansiedad y estres pos-traumático no pensaban lo mismo.

De manera inconsiente, mientras su mirada se mantenía en el blanco techo, la música se reproducía por sus auriculares y sus pulgares chocaban inquietamente, su madre la miraba desde el marco de la habitación tratando de descifrar las emociones de la adolescente. Cualquiera podría pensar que al ser una persona con ansiedad, depresión y estrés pos-traumático era sinónimo de crisis más efusivas, con llanto, algunas convulsiones e incluso falta de respiración; claro, en definitiva las crisis suelen ser así, pero la ansiedad se manifiesta de diversas formas en todas las personas. Sin duda, la adolescente ha pasado por crisis efusivas, pero en su mayoría se veía apacible, tranquila y con una enorme serenidad, mientras que en su mente todo era un caos.

Charlot | Español Donde viven las historias. Descúbrelo ahora