Capítulo 1

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   Era una noche fría y tranquila. Se escuchaban los gruñidos de los monstruos aprovechando la oscuridad para salir, mas no había nadie cerca para atacar, permaneciendo tranquilos, pero vagando. Tres figuras se encontraban reunidas dentro de una estructura oculta en forma de calavera; lugar que anteriormente le pertenecía a la temida banda de criminales, los "Rapitorii", antes de ser eliminados por la ahora más temida Hermandad Oscura, conformada secretamente por tres de los héroes del tranquilo pueblo, Karmaland. Era un secreto que juraron guardar, juraron nunca revelar a sus hermanos, sea cual sea la situación.

Estaban reunidos, teniendo una junta para hablar ciertos temas con respecto a sus fechorías recientes, así como hablaban de un enemigo en específico para ellos. Si tan solo aquel ladrón con un peculiar acento francés no se estuviera interponiendo en sus asuntos, no estarían planeando su muerte en ese mismo momento.

─ Como bien saben, aún tenemos a cierta rata que se nos adelanta por las noches en cuanto a robos. Tantos objetos valiosos se nos han escapado porque él es más rápido. ─ habló el líder, un alfa albino con ojos verdes rasgados. ─ ¿Tienen alguna idea de cómo ponerle un fin? ─

─ Yo sugiero que le tendamos otra trampa ─ habló después un alfa con ojos color miel, un híbrido de búho ─ Ya saben, ponerle algo de valor que le pudiera gustar y atraparlo mientras lo intenta robar. ─

─ Bien, Fargan. ¿Tú qué opinas, Rubius? ─

─ Pues, me gusta... ─ habló ahora el tercer alfa presente, un castaño teñido de rubio con ojos verdes, un híbrido de oso pardo ─ Pero tengo mis dudas. Si ya lo hemos intentado antes, ¿qué nos garantiza que esta vez funcione? ─

─ Porque estaremos más atentos. La última vez dejamos los diamantes sin más y no cayó en la trampa del cofre explosivo. Pero yo pienso que si no le dejamos explosivos no se olerá que sea trampa ─ explicó Fargan.

─ No entiendo la diferencia... ─

─ Es que es tonto el pobre... ─ murmuró Willy, el líder de los tres.

─ A ver, escuchen. Dejamos un cofre de valor, lo verá durante el día sabiendo que no es una trampa, y en la noche cuando salga es cuando estaremos al pendiente del cofre para capturarlo. ─ Fargan los veía expectante.

Willy al parecer le gustaba la idea, mientras Rubius procesaba la información para después sonreír travieso.

─ Entonces... ¿lo estaremos esperando? – habló Willy, asintiendo lentamente ─ ¿Y si nunca llega? ─

─Dudo que no lo haga ─ Rubius se recostó en su silla, levantando los pies sobre la mesa frente a ellos ─ Cada cofre que haya, no importa su contenido, lo roba. ─

─ Rubius tiene razón, Willy – habló el búho ─ Les aseguro que querrá robar ese cofre. ─

─ Bien... ─ Willy comenzó a caminar alrededor de la mesa, pensando bien en las palabras dichas.

Según ellos, ya habrían atrapado al ladrón hace mucho, pero había un problema. Aquel ladrón no tenía olor, por lo que no les era muy fácil identificarlo. Se imaginaban que podría ser un beta, pero con la gran mayoría de los pueblerinos siendo betas no podían mantenerlos a todos vigilados. Ni siquiera estaban seguros de que sea alguien de Karmaland, y no de un pueblo vecino, aunque dudaban eso último; aun así, no podían descartar ni una posible opción.

─ ¿Pero entonces estaremos esperando toda la noche hasta que aparezca? ─ se quejó Rubius ─ Tengo cosas que hacer, no pienso estar esperando toda la noche. ─

─ Eso ya lo veremos. Aún ni hemos decidido fecha ─ habló Willy tranquilo, para después empujar los pies del oso y así bajarlos de la mesa, provocando que este se quejara nuevamente.

After Wild Nights (Rubegetta, Wigetta, Fargetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora