Capítulo 2

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─ ¡Me cago en todo! ─ Willy golpeó la mesa redonda donde sus compañeros de la Hermandad Oscura se encontraban reunidos.

La noche anterior habían estado esperando en su trampa para Lobo Nocturno, quien nunca apareció. No se habrían enojado si no fuera porque, en un pequeño descuido, los contenidos del cofre habían desaparecido. No hubo rastro del ladrón, ni una marca ni mucho menos un olor. Lo cual confirmaba que fue Lobo Nocturno quien les robó en la cara. La trampa había funcionado en el sentido que llamó la atención del ladrón, pero no contaban con que él estaría al pendiente de ellos para rápidamente robarles.

─ ¿Cómo es posible que se nos haya escapado? No puede ser tan rápido. ─ se preguntaba Willy.

Rubius y Fargan estuvieran riendo si no fuera porque estaban molestos también al haber perdido una noche entera, por algo que al final no valió la pena.

─ Sabía que era rápido, pero esto es una broma. ─ murmuró Fargan.

─ Tantos diamantes... ¿qué haremos para atraparlo? ─ Rubius suspiró, apoyándose sobre la mesa ─ parece imposible. ─

─ No, tiene que haber una manera... ─ Willy tomó asiento junto con los otros dos.

─ Es rápido, pero... ¿qué tan fuerte es? ─

Rubius y Willy voltearon a ver a Fargan después de que haya dicho aquello, pensando lo mismo. Ellos eran tres alfas, y él un beta. No sólo le ganaban en números, sino también en casta.

─ Entonces... ¿nos lanzamos a pelear con él y ya? ─ preguntó Rubius con duda.

─ Me parece bien a mí, ¿qué podría salir mal? ─ Fargan habló con una pequeña risa.

─ Lobo Nocturno, ya te tenemos ─ Willy tenía una media sonrisa en sus labios, listo para atrapar al ladrón.



*~*~*~



─ ¡Es que no me lo creo! ─ Willy, como la noche anterior, golpeó la mesa. Sus hermanos soltaron un gruñido por el ruido, y las vibraciones que causó el golpe, ya que uno de ellos tenía la cabeza apoyada sobre esta. ─ No entiendo. De verdad que no entiendo lo que ha pasado. ─

Esa noche habían salido los tres en busca de Lobo Nocturno, por suerte lo encontraron justo afuera del pueblo. No dudaron en atacarlo, pero no contaron con que el ladrón aullaría, así llamando a una manada de lobos que aparecieron corriendo en su dirección para defenderlo. Al parecer tenía varios lobos como mascotas, quienes rondaban cerca cada que salía. Rubius, al ser un híbrido de oso, no quería pelear con ellos; Fargan no podía siquiera noquearlos, pues eran muy ágiles; Willy tenía la capacidad de escapar de ahí sin problema, pero no quería irse sin sus hermanos y eran muchos lobos para él solo. No tardaron en darse cuenta que Lobo Nocturno había escapado, por lo que decidieron retirarse; no sin antes llevarse alguno que otro rasguño, así como mordidas.

─ ¡Nos ha humillado otra vez! ─ Willy estaba furioso ─ No podemos dejar que lo siga haciendo. Somos oscuros, se supone que intimidamos, que damos miedo. ¿Cómo es posible que él ni se inmute? ─

─ Willy, entiendo que estés molesto, nosotros también lo estamos ─ habló Fargan ─ pero tranquilízate un poco, de nada sirve planear algo si estás alterado. ─

Willy suspiró, tomando asiento y pasando la mirada por sus hermanos. Fargan tenía varios rasguños y la marca de una mordida en el brazo, Rubius estaba casi igual, con la única diferencia que se le notaban más; tenían sangre seca embarrada, y en algunas heridas la sangre aún estaba fresca. Él es quien salió con menos heridas al haberse defendido. Respiró hondo para tranquilizarse y tener la mente fría; debía planear bien, no permitiría más dolor ni humillación a sus hermanos oscuros.

After Wild Nights (Rubegetta, Wigetta, Fargetta)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora