Lo que restaba de ese día ni Willy ni Rubius habían regresado a ver a Vegetta, entonces el omega pudo descansar el cuerpo esa noche; sólo después de tocarse a sí mismo, pues el calor seguía apoderándose de su cuerpo.Habían regresado ambos la mañana siguiente para darle algo de comer y beber, retirándose rápidamente cuando Vegetta comenzaba a soltar feromonas; no planeaban volver a tocarlo, por lo menos no abusando de él.
El único que no había ido a ver a Vegetta o a cuidar de él era Fargan, quien trabajaba de policía, por lo que esa tarde cuando terminó su jornada sus hermanos oscuros le habían pedido que vaya él a cuidar a Vegetta, pues ellos no se querían acercar más a él durante su celo. No le dieron razones, por no querer confesar lo que le habían hecho.
Fargan no le tomó mucha importancia y fue a ver al omega después de haberse puesto su traje oscuro. Caminó por su túnel con tranquilidad, llegando a la guarida secreta y yendo directamente a ver el estado de Vegetta; le llevaba algo para beber, pues se imaginaba que el pobre debía estar sediento.
Cuando llegó a la mazmorra, le dio de golpe el dulce aroma del omega en celo, por lo que se tapó la nariz sobre la máscara, aunque sabía que no serviría de mucho. Pero lo que más le llamó la atención fue la escena con la que se encontró.
No era la primera vez, pues hace unas noches vio una escena similar en casa del ojimorado, y ahora no fue muy diferente, pero ahora lo veía más cerca, más detallado.
Lo observaba revolcándose sobre la cama, su sola presencia lo tenía loco. El omega estaba apoderado por su celo, y sus feromonas de alfa sólo lo excitaban más. Frotaba sus suaves muslos contra sí mismos, de su entrada salía el dulce lubricante natural y dejaba escapar pequeños gemidos mientras una de sus manos jugaba con su propio pezón; buscaba incitar al alfa para que entrara a la celda.
Fargan sólo observaba cómo Vegetta le ofrecía su cuerpo, y él estaba muy tentado en tomarlo. Quería tomar a ese omega, hacerlo gemir. Y bueno, ¿cómo no iba a aprovechar la situación? Sus hermanos ya decían que follaba con Vegetta, ¿por qué no hacerlo en verdad? Pero el ojimorado era su amigo, y por el momento estaba fuera de sí. No quería aprovecharse así de él, aunque su olor lo estaba llamando, su cuerpo le gritaba que tomara e hiciera suyo el cuerpo tembloroso del hermoso omega frente a él.
Se giró para irse, pero la dulce voz del omega lo llamó.
— A-alfa... por favor, hazme... hazme tuyo... alfa... —
— No sabes lo que dices, te vas a arrepentir después... tanto como yo... — murmuró.
Estaba por irse, pero regresó a él, para asegurarse que estuviera bien. O por lo menos eso era su excusa. La verdad, ya no aguantaba el olor, y su cuerpo traicionaba su mente. Él se encontraba excitado tal como el omega, y cómo iba a disfrutar tomarlo nuevamente.
Cuando entró a la celda pudo apreciar cómo temblaba en anticipación el cuerpo desnudo del omega. Una de sus manos enguantadas acarició la mejilla caliente de Vegetta, quien cerró los ojos y ahogó un gemido por el toque. Fargan recorrió el cuello con la misma mano, bajando hacia su pecho donde se encontraba el pezón desatendido. Pasó uno de sus dedos encima, apenas rozándolo, pero eso fue suficiente para hacer jadear al omega.
– A-Alfa~ —
– Shh tranquilo. Te daré lo que quieres – desabrochó su corbata ante la atenta mirada del omega – Pero te tendré que poner esto. —
Aquella voz ronca y distorsionada le provocó un escalofrío a Vegetta, mordiéndose el labio y asintiendo un par de veces mientras se incorporaba. Él no quería ponerse eso, él quería ver quienes eran sus captores. Llevó sus manos hacia la corbata tapando su vista pero sintió como el alfa juntaba sus manos y amarraba sus muñecas con lo que se imaginaba era su cinturón. Hubiese luchado más de no ser porque el celo se apoderaba de su cuerpo y mente.
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After Wild Nights (Rubegetta, Wigetta, Fargetta)
FanficLa Hermandad Oscura estaba harta de que cierto ladrón con acento francés les ganara en cuanto a robos de riquezas. El famoso ladrón llamado Lobo Nocturno siempre se les escapaba y nunca caía en sus trampas, y hasta parecía que se burlaba de ellos. E...