treinta y seis.

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── Bueno, creo que ya estoy listo

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── Bueno, creo que ya estoy listo. ──la suave voz de Felix hizo que el rubio se reincorporara rápidamente.

Bang no pudo evitar mirarlo con demasiada fijeza. Inconscientemente relamió sus labios y apreció con total lentitud aquella esbelta figura.

──¿Qué pasó? ¿Me veo mal? ──preguntó con preocupación, deslizando su mano por la delgada camisa para poder desaparecer cualquier arruga. No contando con que aquel conjunto hacía lucir sus curvas de una manera linda y sutil.

La camisa blanca y holgada era sujetada por sus pantalones anchos justo a la altura de su cintura, resaltando lo pequeña que era esta y a la vez haciendo que sus caderas se vean deliciosamente más prominentes; cayendo a juego con el delgado choker negro que decoraba su lechoso cuello y cierta parte de sus atractivas clavículas.

Ah. Tan delicado y precioso que Bang Chan simplemente no podía quitarle la vista de encima.

──Eh... ──el pelinegro carraspeó algo cohibido──. ¿Podemos irnos ya?

──...

── ¡Bang Chan! ──esta vez el grito de Felix hizo que el rubio se sobresaltara y cayera estruendosamente al suelo. El pelinegro se llevó las manos a la boca medio asustado e intentó acercarse a Bang.

── ¡Estoy bien! ¡Estoy bien! ──exclamó, alzando la mano derecha para luego levantarse torpemente.

Felix soltó un suspiro aliviado y puso algo de distancia entre ambos──. ¿En qué rayos estabas pensando? ¡No me escuchabas para nada! ──le recriminó.

El rubio tragó grueso y se rascó la nuca en claro acto de nerviosismo. Mierda, sabía que estaba mal mirarlo con claramente otras intenciones. Estaba más que claro que era demasiado pronto. Pero aun así, con Felix como una dulce tentación, simplemente no podía ser tan fuerte. Lo sabía.

── Uh...──acarició su mejilla interna con la punta de su lengua──. No, nada importante. ──resopló──. ¿Nos vamos ya?

Felix se dejó convencer y asintió levemente, cruzándose de brazos para dejar que el rubio saliera primero del apartamento. Su mirada fue fija, como tratando de buscar algún error en las acciones de Bang Chan.

── ¿Seguirás viéndome o te dignarás a acompañarme? ──el pelinegro observó la amplia y ladina sonrisa del rubio.

Lee rodó los ojos y se dispuso a salir para cerrar correctamente la puerta con su llave. Justo antes de dar vuelta, sintió como su cintura era rodeada por los brazos de Bang Chan. Tan cálido y dulce a la vez.

── Te ves precioso. ──susurró juguetonamente. Dejándole un corto beso en la mejilla.

── Lo sé. ──sonrió, decidiendo divertirse también──. Muchos me lo han dicho.

sucker for you › chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora