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Puedo sentir la adrenalina correr entre mis venas, mi pulso haciéndose cada vez más rápido. Las pequeñas ramas y viejas hojas crujir bajo mis pies, cada vez suenan mucho más fuerte que antes a cada paso que doy. Los árboles siguen apareciendo frente a mi, como si este asqueroso bosque no tuviera un final. Solo hay oscuridad, ramas cortando mi fina piel y en menos de lo que me imagino estoy rodando colina abajo. No se en que momento se me acabó el camino y se volvió una inmensa bajada, pero lo que si se es mi posiblemente mi tobillo este roto. No puedo esquivar que aquella enorme roca golpe mi cabeza con fuerza. Todo a mi alrededor es borroso y duele demasiado, pero no puedo parar ahora, si me detengo ellos me atrapara y no quiero saber las consecuencias de eso.

Por más que duele logro ponerme de pie y si, efectivamente, mi tobillo se a roto. Puedo escuchar sus fuertes y rápidas pisadas en mi dirección, dando órdenes a gritos para que sepan en que dirección e ido. Observó a mi alrededor buscando algún escondite en el que pueda protegerme. Con cada paso que doy solo hace que una pequeña mueca se formaba en mis labios, doy un último paso antes de esconderme entre unos arbustos, que posiblemente me den una reacción alérgica, pero es mejor eso a ser atrapada. Me escondo lo mejor que puedo, puedo escucharlos caminar a mi alrededor, y por un largo momento dejo de respirar. Todo se detiene, ya no hay ruido, no hay gritos ni pisadas. Se que no sen ido que solo tratan de distraerme para que salga de mi escondite y así llevarme. Pero no soy estupida, se que siguen allí, observando a su alrededor en alerta de cualquier ruido o movimiento.

Mi nariz pica, siento el ardor subir hasta llegar a la punta de mi nariz y luego solo pasa.-¡Achu!...demonios...- soy sacada de entre los arbustos con un fuerte jaleo, por más que patalee y rasguñe nada funcionará. Estoy muerta. 

-¡La tengo!- Grito el mastodonte que me tiene sujeta por el cuello de mi camisa. Su asquerosa sonrisa no me hace sentir nada, no siento miedo, pero por primera ves en años comienzo a temer por mi vida nuevamente. Puedo sentir sangre correr por toda mi frente debido al el golpe de antes, se me había olvidado chequearlo, aunque gracias a la adrenalina en mi cuerpo no duele.

-Vaya, no voy a mentir, tu pequeña rata has sido el mayor dolor en el culo que e tenido en toda mi vida. Mira disque robarnos y pensar que podrías escapar con vida. Tienes suerte de que yo no se el que decidirá tú destino, Blanca Nieves.- El más pequeño y el único que parece no haber sudado un carajos se acerca a mi. Puedo sentir el enojo en sus palabras, no está para nada feliz pero si no detiene el noto burlaos en sus palabras. Su sonrisa de superioridad solo me hace querer escupirle en la cara, y bueno, eso hice.-Mala idea niña, espero que disfrutes de el infierno.- Su puño impacto contra mi rostro, haciéndome pasar de estar en el agarre del mastodonte al frío y mugroso suelo. Mi cuerpo rebota antes de que mi cabeza vuelva a dar contra el suelo y todo se vuelva nada más que oscuridad.

Aquí comienza mi infierno y no creo estar lista para ello, no estoy lista...

Ghosts of the pastDonde viven las historias. Descúbrelo ahora