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Mi cuerpo tiembla, tengo frío. Pero no puedo moverme, me siento pesaba. Escucho voces a mi alrededor, algunas tratan de dar explicaciones y otra que solo quiere que sus órdenes sean escuchadas. Mi cuerpo no me obedece, solo quiere seguir rendido sobre en suelo y disfrutar de la comodidad, aunque me esté muriendo del frío. Una puerta a mi alrededor es abierta, y vuelve a ser cerrada con más fuerza de la que es necesaria. Pisadas pesadas y fuertes, quien quiera que sea debe de estar enojado. Supongo que no le importa que esté aquí dormida por todo el ruido que está haciendo. Aunque yo ya debería saber que no estoy aquí para dormir.

Antes de que pueda procesar algún pensamiento más siento el ardiente calor de algún metal hacer contacto con mi piel. Mis ojos se abren de par en par, y sin importarme el dolor en mi cabeza el grito que es arrancado de mis entrañas sale de mi como si no hubiera un mañana. Cuando finalmente despega lo que se a que estaba contra mi piel ya es demasiado tarde, una enorme marca esta sobre la tersa piel de mi muslo y es hay cuando me doy cuenta de que estoy solo en ropa interior y encadenada a una pared, nunca estuve acostada en el suelo.

-¿Así que tú eres la pequeña bastarda se que a atrevido a robarme y causarle tanto problema a mis hombres?- Su voy en gruesa, como cuando pasas todo el día gritando y luego decides hablar bajo pero tú voy no te deja. Se que está enojado, bueno eso no es difícil de deducir el hombre puso un cuchillo con la punta caliente contra mi piel sin pena alguna. Hablando de eso.

-¿Pero que carajos, cabron hijo de pu...?- Antes de poder terminar mi frase nuevamente soy golpeada en el rostro, hubiera caído al suelo pero las bellas cadenas en mis muñecas me lo impidieron. Escupido toda la sangre acumulada en mi boca, asqueroso nunca me había gustado aquel sabor metálico y solo traía malos recuerdos.

-Una palabra más y yo mismo arrancaré esos lindos dientes uno por uno, ¿entendido?- Su enorme mano tomo mi barbilla con fuerza, manos demasiado suaves para alguien haciendo este trabajo. Su apretón se hace más fuerte al no obtener una respuesta de mi parte, lo que me obliga a simplemente murmurar una pequeña afirmación al mismo tiempo que abro los ojos.

Estoy más que segura que el poco color de mi miel acaba de desaparecer dejándome aún más pálida. Frente a mi estaba el mismo Hades en persona, aquel que todos temían y respetaban. ¿A este tipo fue a quien le robe? Por el amor a los dioses Mayya ¿no podías ser más estupida? Se que el podía ver el temor en mis ojos pues su sonrisa se volvió enorme, y se en este mismo instante supe que lo que se me venía no era nada lindo. Soltó mi rostro para así volver a darme la espalda. No lo podía creer, tantos años corriendo y escondiéndome de la gente y este maldito demonio fue el que me vino a encontrar.

Salí de mi pequeño trance cuando dicho demonio se acercó a mi con un pequeño cuchillo para carnes.-Ahora me vas a decir a detalles donde está mi anillo antes de que yo comience a rebanar ese suave piel tuya y se la de los otros prisioneros como su cena.- Paso aquel cuchillo por todo mi abdomen, haciendo la presión suficiente para dejar un rastro pero no para perforar la piel. -Mis hombres ya revisaron tus pertenencias y allí no está y mi amada prometida no estará esperando mucho más.-

-No lo se, se me habrá caído mientras corría o cuando caí por la colina.- Mi confesión fue corta pero sincera. Si el anillo no estaba en mis pertenecías eso significa que se me cayó, no tiene que ser un genio para saberlo, había estado huyendo por un buen tiempo. Otro grito escapó de mi cuando el demonio hundió aquel cuchillo en en centro de mi abdomen. Empiezo a creer que no le gusto mi respuesta. La sangre corre por mi piel hasta llegar a las pequeñas bragas blancas manchándolas con su asqueroso color carmín.

Posa su mano sobre mi rodilla justó cundo intento levantar esta para patearlo. Sus reflejos son más rápidos que los míos y obviamente es mucho más fuerte. Su mano sube por toda mi pierna llegando hasta estar entre medio de estas tocando allí. Quiero que se detenga, que quite sus manos de mi. Mis ojos están cerrados justo como lo hacia cuando era una pequeña. Puedo sentir sus dedos juguetear en al quelo lugar. Me siento asqueada nuevamente, pero no quiero, no quiero llorar, no quiero mostrarle lo débil que soy. Sus dedos se alejan de mi, dejándome pasmada contra aquella fría y húmeda pared. Y antes de que pueda imaginarlo estoy de rodillas en el suelo, acariciando mis rojas muñecas.

-Tienes 15 horas para encontrar mi anillo y ni creas que puedes escapar.- Coloco un extraño collar en mi, para luego arrojarme mis prendas y acercarse a la puerta para retirarse.- Tan solo un pensamiento en huir y este pequeño collar enviará choks eléctricos por todo tu cuerpo hasta que termines muerta.- Y sin más se marcha.

Me coloco todas mis prendas, aún sintiendo aquel asqueroso sentimiento sobre mi. Sacudo mi cabeza en un vago intento por alejar todo eso. Salgo de allí en camino a buscar aquel mugroso anillo y devolvérselo para así poder salir de aquí.

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⏰ Última actualización: Jul 10, 2021 ⏰

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