Capitulo 1, Comienzos.

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No lo podías creer, simplemente no lo podías creer, tus ojos te estaban traicionando o eso querías imaginarte, te encontrabas en un lugar desolado, putrefacto, espantoso y similar a un cementerio, ¿Cómo habías llegado allí?, ¿Qué hiciste que merecieras tal castigo? Esas preguntas invadían tu mente. Intentaste caminar lo mas tranquilamente posible, regulando tu respiración, no sabias por qué, que nada de esto pintaba bien.


Había cuervos, trampas de osos y unos extraños ganchos que colgaban de unos palos que apenas si sostuviesen el cuerpo de alguien, pensar en ello te produjo escalofríos.


- Solo queda avanzar, ¿Verdad? – 

Mas que una pregunta, fue una afirmación para ti mismo. Intentabas darte ánimos, pero realmente el panorama no pintaba para nada bien. Seguiste caminando hasta encontrar un generador de energía, no sabias nada de maquinaria o mecánica, pero viste que solo había que mover un par de engranajes, conectar unos cables y todo estaría bajo control, o eso pensaste. Comenzaste lentamente a utilizar la máquina, a medida que la arreglabas se ponía más difícil la cosa, pero lograste hacerlo, finalmente, se ilumino y sonreíste victoriosamente mientras observabas tu creación. Sin embargo, fuiste sacada rápidamente de tus pensamientos, pasos, sentiste pasos, no sabias si era bueno o malo, por ende, procediste a esconderte detrás de una pared a esperar que alguien se manifestada. Esperaste unos segundos que parecieron eternos y finalmente apareció, un hombre, uno muy grande se manifestó sosteniendo un gran y afilado cuchillo, vestía un overol azul y una mascara blanca con cuencas negras en los ojos. El hombre inspecciono el lugar y parecido intentar oler su fragancia, miedo, olías a miedo y sudor.

El hombre ladeo la cabeza en tu dirección y se comenzó a acercar, sin embargo, algo lo detuvo, mejor dicho, alguien.

- Myers, te tengo trabajo – Hablo claramente un hombre de su mismo tamaño con una mascara de blanca sucia sucia y llena de sangre, la cual tenía espacio para sus ojos y boca, llevaba una especie de overol verde manchado y unas trampas de osos en su mano izquierda. Parecía tener a una persona noqueada cargando en su hombro, no pude distinguirle bien.

Al parecer se apellidaba Myers, se acerco con paso decidido y tomo a la persona ahora en sus hombros, el otro hombre le dio una palmada en el brazo y se fue, dejándonos en la escena. Myers comenzó a caminar, contra todos mis instintos y señales de advertencia, lo seguí, se dirigió ante uno de los ganchos mas cercanos y clavo a la persona allí, el joven comenzó a gritar de desesperación y a forcejear, pero sus intentos eran en vano. Sentiste una pena e impotencia tremenda al ver la situación y no poder hacer nada, el hombre de mascara parecía aburrido de la situación y opto por irse. ¿Seria yo tan valiente para salvar a esta persona? Me acerque sigilosamente ante la persona.

- Ayúdame por favor – rogó el muchacho.

- Dame un momento – tomaste unas cajas y las acercaste frente a él para lograr llegar a su misma altura.

- Gracias, gracias – sollozo mientras se afirmaba de mis hombros para poder salir del agarre del gancho. Logré liberar al joven y bajarlo del gancho, caminamos hasta alejarnos del lugar y comencé mi interrogatorio.

- ¿Qué es este lugar? –

 - Tampoco lo sé – respondió afligido.

- ¿Tienes una idea de lo que hacemos aquí? –

- No lo sé... -Opte por detener el interrogatorio, el estaba igual o tal vez mas confundido que yo. Se encontraba muy herido, intente vendarlo con el ropaje que traía, pero era inútil, seguimos sentados con nuestras espaldas contra la pared unos 10 minutos, cuando finalmente nos íbamos a buscar respuestas sentimos pasos, unos pasos pesados y creo saber de quien se trata. Aguantamos la respiración lo mejor que pudimos y esperamos. Pero no fue suficiente, el hombre de la mascara blanca nos encontró, me pare dispuesta a correr, pero me sujeto fuertemente del cabello, intente golpearlo para zafarme, pero la escena que me encontré fue horrenda, se encontraba apuñalando al chico que estaba junto a mí, una y otra vez enterraba su cuchillo en su torso, las lagrimas no tardaron en salir y comenzaste a gritar. A duras penas lograste zafarte de tu agarre, pero no duro mucho tu tan ansiada libertad, volvió a tomarte, pero esta vez te tomo por debajo de las axilas y te levanto dejándote a tu altura. Por un segundo quedaste en estado de shock y lo miraste con cara de pocos amigos.

- Bájame ahora mismo..por favor – exclamaste dando la orden con nerviosismo.

El simplemente se limito a ladear la cabeza cual cachorro extrañado y te dejo caer. Caí torpemente y enseguida me pare para comenzar a correr, mientras corría pude divisar que me seguía y que también se encontraban mas personas dentro de lugar, sonreí fuertemente y seguí corriendo. Tal vez no todo estaba perdido.

The Devil and IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora