Poemas para un corazón roto - [ Philxmc ]

Capítulo dos

.-Vale, vale, antes de iniciar, esta historia será mayormente desde la vista de Phil, pero de vez en cuando habrá unos cambios.-

Cuando llegamos a este mundo, nos vemos solos,claro con nuestra familia de nuestro lado pero aún así, incompletos por mas que no lo notemos, con la otra parte de nosotros en algún lugar del mundo esperando a ser encontrada.

Muchos dirán que el amor es parte de nuestra vida, otros que solo es un lujo, para cada ser humano es una perspectiva diferente de un mismo tema, pero eso  sí, que en el momento que encuentras a esa persona que abarca tus pensamientos y nubla tu lógica, y logras tenerla a tú lado, de alguna extraña manera te sientes.. completo, que tienes y tendrás a alguien a tú lado que te comprende, te ama, y no te dejará sin importar lo que suceda.

Pero nada es eterno, ni si quiera uno de los sentimientos mas bellos que se pueden experimentar en esta vida, pero aún peor, y si te lo arrancan en tú propia cara?, viendo como tu otra parte deja sus últimos rastros de vida frente tuyo? Y sabiendo, que fue tú culpa?.

Todos esos eran las similares comparaciones a los en aquel momento distorsionados pensamiento de aquella chica de oscuros iris, y notorias ojeras que resaltaban en su pálido rostro, mientras que pequeñas gotas caían, empapando su ropa y largo cabello mientras se balanceaba en aquel columpio, con su mirada perdida, únicamente esperando a que su alarma sonara y fuera momento de ir.

Deseaba, tal y como lo había echo los últimos días, poder ir a hablarle al menos, aunque no sienta sus brazos rodeando su cintura, o no pueda acariciar su suave cabello, mientras observa esa tímida mirada, que de verla el corazón se le salia.

Honestamente no era lo mismo, ya absolutamente nada era lo mismo, tanto esfuerzo y noches en vela, investigando con toda su alma, poniendo vidas en riesgo, con tal de que algún día tenerlo a su lado, pero tan rápido como llegó lo perdió.

Poco después la alarma sonó, sacándola de sus pensamientos sin siquiera exaltarse a tal repentino sonido, sin mucha fuerza frenó el movimiento del columpio, para levantarse y limpiarse las lágrimas que por su rostro caían, ignorando aquella leve lluvia que había a su alrededor, se acomodo su pequeña mochila, para emprender su camino, por el cual se esforzaba por tener la mente en blanco.