Alma de fuego

32

1.412Capítulo 32
Alma de fuego

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Matatabi agitó la cola de un lado a otro con frustración. Yuzu había salido corriendo por la puerta justo cuando sonaba una alarma en toda la aldea. Ella había tratado de perseguir a su nueva mascota humana una vez que vio la ola de clones de tinta pululando por la aldea, pero las barreras alrededor del apartamento de Kurosaki estaban angustiosamente bien hechas, e Ichigo no las había modificado para responder a ninguno de los dos. Bestias con cola. Ese fue un descuido que el niño tendría que corregir en el instante en que ella arrastró a los niños a casa.

Finalmente, Matatabi e Isobu habían podido encontrar una debilidad en las barreras. (Kurosaki había pasado por alto las tuberías que conducían al inodoro. Después de que Isobu las hizo estallar, el par de Bestias con Cola había sido lo suficientemente pequeño como para salir del agujero). Pero cuando finalmente llegaron al mundo exterior, el contingente de voluntarios de Konoha ya se había marchado.

Matatabi, Isobu y todos los demás estaban recibiendo actualizaciones de Kurama y Shukaku a través de su enlace en Naruto, por lo que Dos Colas y Tres Colas sabían que tenían que dirigirse a Uzushio. Por el bien de la conveniencia, Matatabi había crecido tan grande como un carro de tamaño moderado, y amablemente permitió que la tortuga más lenta montara sobre su espalda, pero ella era un gato, no un guepardo. Además, necesitaba la fuerza para luchar cuando llegaran, por lo que no podía desperdiciar toda su energía en correr.

A unas pocas horas de Uzushio, Matatabi e Isobu tropezaron con una cohorte de shinobi de Suna que se dirigían en la misma dirección. La presencia de las Bestias con Cola detuvo al Sand-nin. A pesar de los mejores esfuerzos de Naruto, los humanos y las Bestias con Cola no se sentían cómodos entre sí. Ninguna de las partes se movió para atacar, pero mientras estuvieran detenidos, no estaban ayudando a Naruto ni a los demás humanos.

Matatabi miró al grupo y reconoció al que iba a la cabeza por los recuerdos compartidos por Shukaku. Ella merodeaba hacia él, provocando que algunos de los shinobi reaccionaran con gritos y desenvainando armas. Pero Matatabi estaba dispuesta a priorizar la seguridad de sus mascotas humanas sobre la rudeza del Suna-nin (sin mencionar que Shukaku sería insoportable si dañara a uno de sus shinobi), por lo que no siseó ni gruñó ni mostró colmillos al shinobi.

"Baki de Suna, vamos en ayuda de Naruto y nuestros familiares", anunció Matatabi. Su voz retumbó a través de la llanura haciendo que los humanos se estremecieran.

Baki se negó a mostrar su malestar al ser identificado por su nombre por una Bestia con Cola, aunque ella podía oler la ansiedad que emanaba de él en oleadas. En cambio, dio un pequeño paso hacia ella y le hizo una reverencia.

"Dama de Dos Colas, vamos en ayuda de nuestro Kage y para vengar a nuestros camaradas", respondió Baki.

Matatabi aprobó la dirección respetuosa. "Entonces cabalgaremos contigo", admitió. Aquellos que nunca habían albergado a una Bestia con Cola dentro de sí mismos deberían ser honrados con tal favor.

De espaldas, Isobu resopló silenciosamente. Sabía que ella no quería correr más, pero era demasiado inteligente para decir nada. Se subió a su hombro, haciendo que los Suna-nin murmuraran entre ellos, luego saltó por el aire sobre un shinobi de aspecto robusto. No era un movimiento que una tortuga real pudiera hacer, pero las Bestias con Cola eran superiores a los animales comunes en todos los sentidos.

El hombre en cuestión se quedó con los ojos muy abiertos, pero no apartó a Isobu de inmediato, lo que era lo mejor. Su única concesión fue reubicar el bulto de tela atado a su espalda. Los Dos Colas notaron que todos los Suna-nin llevaban paquetes similares. Estaban empapados en suficientes aceites picantes y chakra para hacer que la nariz de Matatabi se contrajera si hubiera tenido menos control sobre su forma.