Hoy era uno de esos días en que el sol se encontraba en su máximo esplendor, el ambiente era un poco más cálido que los otros días, por las calles transitaban personas con ropa más ligera y menos calurosa. No es como que me agradará el clima pero no estaba tan mal.
Conducía de manera tranquila, después de todo era temprano para él trabajo y no tenia muchas ganas de volver a dormir o quemar tiempo en casa.
Tan pronto llegue a la empresa fue lo mismo de todos los días, los empleados saludaron, mi secretario esperaba con una buena tasa de café y más trabajo.
El día transcurrió con naturalidad nada fuera de lo normal, sino fuera por los problemas en los negocios del bajo mundo, lo cual se arreglo con unas cuantas muertes y de eso nada diferente.
Nuevamente y como siempre realicé la misma rutina de regreso a casa. Aparqué cerca de su institución a esperar que saliera y poder apreciarlo.
Me tome un momento para cerrar mis ojos y descansar. Realmente estoy agotado.
Momentos después pegué un pequeño saltito al escuchar mi ventana ser golpeada con suavidad. Instantáneamente lleve mi mano a la pequeña arma que se encontraba en la guantera, debía tomar precauciones después de todo no soy un santo.
Al bajar un poco la ventana, me relaje no era alguien peligroso, solo era el pequeño chico que persigo desde que tiene 15 nada de otro mundo, aunque debo admitir que me sorprendió un poco.
- Buenas noches, yo he quería darle esto - me extendió una pequeña funda, que por lo que logré ver contenía un pequeño topper - no pude agradecerle correctamente por lo de ayer y esperaba verlo para poder hacerlo.
- Buenas noches, he, no tuviste porque hacerlo, lo hice porque no permitiría que le hicieran daño a alguien frente a mis ojos - hable lo más tranquilo que podía o almenos eso espero.
- Igualmente muchas gracias, sino hubiera estado en ese momento, quien sabe que me hubiera hecho ese hombre - hablo antes de hacer una pequeña reberencia.
- No debiste, pero igual muchas gracias a ti también.
- He, bueno, buenas noches y disculpe por hacerlo perder su tiempo.
- No, no, no preocupes - mencione, antes de observar como se retiraba, pero antes de poder retirarce completamente, me baje del auto y dije algo de lo que más tarde estaba seguro que me arrepentiría - quisieras que te lleve a casa
- No gracias, no se moleste
- No te preocupes, no sería ninguna molestia, al contrario de eso modo llegarías más rápido y no preocuparías a tu madre - lo vi algo dudoso, pero con su marcha así mi supe que la respuesta era positiva.
Abrí la puerta del acompañante y subió tímidamente al carro con un pequeño gracias, de la misma manera lo hice yo y tomamos marcha a su casa que en estos momentos ya no sería sospecho si voy con toda la seguridad del mundo, después de todo ya lo había hecho ayer.
Creí que el camino a su casa sería silencioso y tranquilo, pero como todo joven entusiasta y curioso, comenzó a sacarme platica y bueno para mí eso era una señal verde de que almenos tenia algo de confianza en mi. Platicamos todo el regreso a su casa sobre sus gustos (aunque los conocía de memoria me sacaba sonrisas inconscientes) y los míos, la música, el tipo de color favorito y muchas cosas más.
El camino realmente fue reconfortante.
Aparqué en su casa (y nos despedimos) pero sobre todo espere a que entrará sano y salvo. Ya una vez visto eso me retire con una gran sonrisa que estaba seguro que ni el peor de los problemas me la borraría.
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