#1

373 24 16
                                    

"La organización había tenido últimamente problemas mayores que Carmen Sandiego, se preparaban para un mal mayor, algo que se salía de sus manos. Las bajas se contaban por cientos, los alumnos preferian renunciar antes de salir a misiones que no salian de lo cotidiano. Porque ahí afuera, lejos de los límites de la protección de sus profesores, alguien se dedicaba a matarlos como si de su ganado se tratara.

Había sembrado el terror por todo el mundo, no se movía con el objetivo de devolver las cosas que robaban, solo a deleitarse con las vidas que arrebataba y burlarse de lo que quedaba de sus cuerpos exponiéndolos como trofeos.

Sentada en su trono, buscando los más jóvenes retoños de la organización de villanos, ansiosa de enseñar con la muerte que eso no era para ellos. Por eso mismo ¿Como esperaban V.I.L.E que Mimobomba se encargara de la próxima misión con una psicópata acechándoles?"



.    ·    .    ·    .    ──────────── ─ ─

En estos momentos nos situamos en Grecia, Atena. Misma historia sin ningún cambio, V.I.L.E con planes para robar y ganar dinero con el único propósito de sembrar el mal, ganar más reclutas y por consecuente, crecer. La única pega actual, surgió en el interior de la sala donde los profesores se reunian.

—¿¡CÓMO QUE NADIE QUIERE IR!?

La imponente voz de la Couch resonó acompañado de un fuerte golpe que dió con ambas manos en la mesa, temblando tanto el mueble como los alumnos que se postraban delante de ellos. La psicópata que andaba matándolos había sido divisada en Grecia antes de que ellos tuviesen si quiera planes de robar algo y aún que se intentó mantener la noticia en secreto, corrió como la pólvora.

—P-Pero profesora... –Alguien habló entre el alumnado con apenas un hilo de voz– E-Ella...

—¡¡Me da igual!!¿¡Desde cuando formamos a cobardes!?

Volvió el silencio a la sala. Era frustrante, no solo para la couch si no para todo el profesorado, buscaban una solución eficiente para acabar con aquella asesina, pero cuanto más agentes enviaban más cuerpos tenían que recoger. ¿Cuántas opciones habían gastado hasta ahora? No lo podían soportar más.

—Tal vez deberíamos enviar a alguien que pasase desapercibido. –Sugirió la Dra.Bellum– Alguien qu-

—No. –Brunt la silenció– De todos los agentes que tenemos ¿Vas a enviar a ese?

Hubo un intercambio de miradas, algo breve pero bastante conciso.

—¿Tienes a alguien mejor, entrenadora?

—Será mandarlo a morir.

Otro par de segundos llenos de miradas. ¿Cuándo enviar a sus alumnos a realizar misiones tuvo una posibilidad alta de morir como ahora? Era como tirarse un cubo de agua fría encima. Ellos ni si quiera fueron capaz de matar a Oveja Negra pero su reciente enemigo no diferencia entre adultos, niños o ancianos. Por las pocas transmisiones que habían recibido de sus ladrones antes de morir, deducieron que estaban delante de algo que no podáan derrotar si no era con la muerte. Pero sin recursos, no había armas y sin armas, no había lugar para la muerte.

Brunt suspiró, pasándose la mano por el rostro, resignada.

—Avisen también a los limpiadores para que borren los rastros si la cosa sale mal...

Ya solos profesores y limpiadores a un lado, hicieron pasar al candidato que la Doctora había seleccionado. Las puertas se abrieron y cerraron, unos pasos silenciosos avanzaron hasta quedar un par de metros de distancia. Cabellos pelirrojos, boina negra y lo más destacable, su maquillaje de mimo. De ahí su nombre después de todo; Mimobomba. El agente que iba derecho a la boca del lobo.

Trás una extenuante explicación de los detalles sobre que hacer, cuando hacerlo y donde hacerlo, se retiró, sin nada que decir, como siempre, pero a la hora de abandonar la sala, nada más las puertas se cerraron, su cuerpo se deslizó contra estas. Aterrado. El dolor que sentía en el estómago no le dejaba de pensar. No era idiota. Claro que sabía que pasaría si se encontraba de cara con la chica a la que habían llamado ____.

El dolor se hizo tan intenso que se inclinó hacia adelante para vomitar, vaciando hasta el último rincón de su estómago. La saliva se deslizaba de entre sus labios pintados de rojo, destiñéndolos al mismo tiempo que sus ojos se humedecieron, borrando parte de su maquillaje. Iba a morir. Lo sabía.

Al levantar la mirada encontró a varios compañeros, mirándolo, y encontró lástima en ellos. Pero al igual que él no podían hacer nada para ayudarlos. Además habían un pensamiento en común: "Mejor él que yo" y hasta hace unas horas aquel mimo pensaba igual que ellos, pero ahora deseaba tanto que alguien lo ayudara, hasta unirse al bando de Oveja Negra le parecía mucho mejor.

Como pudo se levantó, y se retiró. Tenía una misión que cumplir. Con miedo o sin él, haría lo que estuviera en sus manos para cumplirla.


Volvemos a Grecia, en alguna casa de entre todas las que había. Piernas cruzadas una sobre la otra, en una silla cualquiera frente a unos monitores cualquieras que mostraban la imagen del museo de Acrópolis y de distintos planos de esta, por dentro y por fuera. ____ esperaba pacientemente a la caída de la noche porque lo sabía, claro que sabía que mandarían a robar algo de allí y la persona a la que V.I.L.E mandase sería su nueva presa.

Entre los rincones de aquella casa aún habían rastros de quienes alguna vez la habitaron, pero ahora solo eran un vago recuerdo en su memoria. La sangre goteaba de sus cuchillos y mientras sus amarillentos ojos repasaban los monitores, limpiaba con un trapo mojado en agua oxigenada su fúsil, casi con cariño.

Las horas pasaron. Lentas. Pesadas. Tuvo tiempo de pintar las paredes con pintura en spray, bailar sobre los cadáveres de los inquilinos, beber y hasta masturbarse delante de ellos solo para acabar orinando sobre la carne en su lento proceso de descomposición. Entonces la alarma sonó. La alarma que marcó pasadas las doce de la noche y al girarse para revisar los monitores, ahí lo encontró.

—¡¡Ahí estás!! ¡¡Aw ahí estás, ahí estás!!

Su dedo siguió el movimiento del agente que aquella organización de villanos habían mandado. Su aliento empañaba la pantalla de lo cerca que estaba, el corazón palpitaba con fuerza pero es que no podía controlarlo: estaba extasiada. Cambió de monitor, una cámara que apuntaba directamente al rostro de aquel mimo que, nervioso, buscaba su objetivo.

___ bajó la mano a su pantalón, apretando su intimidad por encima en donde exhaló un fuerte quejido de exaltación, mordiéndose el labio.

—M-Mimobomba...~ –Gruñó, relamiéndose– tenía tantaaaas ganas de conocerte..~...

Abrió la boca, deslizando su pegajosa lengua por donde se proyectaba la cara del chico. Incorporandose. Tenía planes. Grandes planes solo para él y la emoción estaba recorriendo el cuerpo de ____ como si de un hormiguero se tratara. Contuvo la compostura, aireando su torso al sacudir su camiseta mientras se colgaba el arma de fuego a la espalda,revisando la munición. Era su momento de brillar.

Encendió un cigarrillo con una cerilla, echando un vistazo hacia atrás. Solo un momento para repasar lo que quedaba del lugar y al darse la vuelta, arrojó la cerilla al suelo, cerrando la puerta. El olor a humo apareció minutos después, justo cuando ya estaba calles abajo. El fuego se propagaba bien y estaba ya lo suficientemente lejos para cuando la gente no notó, avisando a bomberos y policias. Perfecto para cuando sus botas pisaron el umbral que separaba el museo de la acera para los peatones. Una enorme sonrisa deformó sus labios agrietados, quitandole el seguro al fúsil.

—Con permiso...~


I DON'T THINK THIS IS RIGHT {[Mimobomba x Reader]}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora