I DON'T THINK THIS IS RIGHT {[Mimobomba x Reader]}

#4

Mimobomba intentó en vano gritar, intentó, porque de su garganta no salía ni el menor sonido, ni un suspiro, ni si quiera un pequeño quejido de angustia, solo estaba allí sentado en la cama mirando fijamente a la misma mujer que abrió el agujero en su pierna.

—Buenas noches, cariño ¿No crees que es un poco temprano para seguir despierto?

El primer pensamiento que vino al oir aquello fue "Ya está. Voy a morir" pero nada más lejos de la realidad, al menos de momento. ____ se aproximó con fusil a la espalda, tomando con ambas manos sus mejillas y apretarlas un poco, tirando de la parte inferior de sus ojos hacia abajo, examinándole con detenimiento como si hubiera algo en él raro o mal colocado. Desconcierto, eso le generaba, por un momento quiso golpearla pero por miedo o por angustía, no sabía como o cuando hacerlo.

—Ah sí, sí sí –Soltó, levantando el labio superior del contrario, observando sus encias y dientes– Como había dicho, eres guapo.

No tenía palabras para decir y aún que las tuviera tampoco las habría dicho. Sus manos estaban más frías de lo que alguna vez pudo imaginar, tal vez por el frio que hacía a causa de los vientos huracanados del exterior.

El tiempo que pasó entre miradas hasta que decidió tomar el móvil fue exageradamente largo, ____ limitaba cuantas veces pestañeaba y lo supo al ver como aguantaba hasta que él lo hiciera. Extraño.

—¿No vas a decir nada?

Quiso decir algo. No lo hizo. Giró muy, MUY despacio su torso hacía atrás para señalar el móvil, advirtiendo de lo que iba a hacer, porque si algo aprendió es que esa mujer era más inestable que un reactivo nuclear y era mejor no hacer movimientos bruscos. Eso le recordó de alguna manera a los perros.

—Ugh, si quieres hablar usa esto –Golpeó con los dedos sus labios– Te escuché gritar al dispararte ¿Harás que lo haga de nuevo?¿Hm?

Mimobomba movió acelerado sus manos, cruzándolas ¡¡No, no haría falta otro disparo!! Si era sincero más que su cara había visto el fusil a sus espaldas, el gris del acero destacaba entre toda esa ropa negra con olor a humedad y a tabaco. Hizo un último intento. Se levantó, prudente, yendo a un rincón del cuarto sin darle la espalda, buscando un cajón para sacar papel y lápiz. Ella lo miraba sin apenas apartar la vista, las dos únicas veces fue para ver su pierna vendada y en dirección a la puerta.

El sonido de la mina desgastándose en el papel sonó durante unos segundos antes de que el pelirrojo levantase el folio al nivel de sus ojos; "¿Así mejor?"

—Sí. –Fue demasiado seco, hasta pensó que le dispararía– supongo que es suficiente por ahora.

"Por ahora" también era suficiente para él, porque aún que no lo pareciera, que de todas formas sí lo hacía, casi era incapaz de respirar correctamente al estar en su presencia, tuvo que apoyarse en la pared para dejarse caer al suelo y dar rienda suelta a sus temblores que le comenzaban a acalambrar las piernas, acercándolas al pecho sin romper contacto visual. ¿Qué quería?¿Por qué estaba aqui de nuevo?¿Es porque no consiguió matarlo? Tal vez, pero no encontraba hostilidad en sus ojos, más bien una curiosidad insaciable, parecía más razonable ahora que en el momento de su "afortunado" encuentro en Grecia. Sin embargo, eso no significa que confiara en ella.

Y ella tampoco confiaba en él. Lo admitía, era tierno, era pequeño, era hasta adorable de una manera que hace que quieras partirle el cráneo de lo achuchable que resulta, pero seguía molesta porque no se dejó matar. No estaba tan loca para saber que la gente no se dejaba matar pero si le molestaba en exceso que fuera el primero en conseguir salir vivo.

—Me das asco.

El mimo talló un gran signo de interrogación en el papel antes de mostrárselo.

—Huiste, te salvaste. –Sus palabras empezaron a parecerse más a una persona normal que a una loca– Maté  a cada persona que pertenecía a este asqueroso lugar para demostrarles que esto no era para ellos pero tú... tú fuiste el primero en escapar.